V

6K 483 351
                                    


Después de la cena, cada quien se puso a hacer algo diferente. Las chicas ordenaban y contaban los suministros que nos quedaban, Patrick y Martin revisaban uno de los mapas y mi hermanito jugaba a las cartas con Jean. Rasmus, por su parte, estaba sentado en el mismo lugar donde yo había estado horas antes. Tomé una de las pocas barras de chocolate que tenía en mi mochila y me la metí en el bolsillo, acercándome al chico.

—Hola.—me senté frente a él—. Aunque no sé qué es lo que hice que te molestó, vengo a darte una ofrenda de paz.—le tendí la golosina.

—¿eso es...?—

—Chocolate, sí.—Rasmus la tomó y la comió rápidamente—. No vayas a decirle a nadie que te di esto. Noah es alérgico y los demás, bueno... Llámame egoísta, pero no voy a darles.—Rasmus sonrió.

—¿y por qué a mí sí?—

—Bueno, no lo sé. Eres especial, supongo... ¿vas a decirme por qué estás enojado conmigo?—

—No estaba enojado contigo, sólo... me molestaba Patrick.—

—¿por qué? Y aún más importante ¿yo qué culpa tengo de que estés molesto con él?—solté casi en tono divertido, haciéndolo sonreír.

—No es nada, de verdad. Lamento si me desquité contigo.—

—No pasa nada ¿amigos de nuevo?—le tendí mi puño, a lo que el chico sonrió.

—Amigos.—chocó su puño con el mío.

Simone se acercó a nosotros con una bolsa.

—¿qué son éstas, ____?—soltó la chica mientras sacaba unos pequeños frascos de colores.

—Son analgésicos, el color indica de qué son.—la chica miró a su hermano, quien bajó levemente la mirada—. ¿sucede algo?—

—No, tranquila. Voy a continuar ordenando estos.—se retiró.

—¿tú sí vas a contarme qué fue eso?—miré a Rasmus.

—Digamos que tuve un pequeño... problema con los analgésicos.—suspiré.

—¿ya estás limpio?—el chico se encogió de hombros—. Eso espero, porque esos son los únicos analgésicos que tenemos y si llegas a tocar uno... voy a matarte.—Rasmus enarcó una ceja.

—¿y si tengo dolor de cabeza? ¿vas a matarme por querer tomar una aspirina?—

—Un dolor de cabeza no es tan importante como para gastar una aspirina...—

—Ya ya, entiendo... prometo no tocar nada.—

—Más te vale...—la sonrisa en el rostro de Rasmus se desfiguró levemente, seguida de un pequeño estornudo—. Tal parece que vas a resfriarte.—

—¿ahora sí sirve la aspirina?—

—No, ahora vas a acostarte y a dormir un poco. Te haré un té y mañana estarás como nuevo.—

—¿serás mi enfermera?—

—Ya quisieras...—Rasmus rió—. Ve a acostarte, arriba están los cuartos.—

El chico se puso de pie y subió las escaleras.

Me acerqué a Lea y a Simone para preguntarles sobre las cajas de té.

—¿tomarás un té ahora?—preguntó la rubia mientras me tendía un saquito.

—Es para Rasmus, está por resfriarse.—puse a hervir un poco de agua—. ¿vieron el bolso rojo? Creo que había un poco de miel ahí.—

—¿Dónde está Rasmus ahora?—

—Lo mandé a la cama.—Simone me miró sorprendida—. ¿qué?—

~° Under The Rain (Rasmus y tu) The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora