16. Desvelando La Verdad

666 81 2
                                    

- "¿C- C- Cómo es esto posible?" - pensó Koneko, mirando al pequeño zorro.

Koneko estaba conmocionada. Eso era porque tenía la sensación, de que el yokai se había contenido, y que si hubiera atacado con todas sus colas definitivamente la hubiera superado. Esto hizo que la chica se tomara muy en serio al zorro.

- Todo ha sido por él... tú... te has aprovechado de él... lo sabes, lo estás matando - dijo Koneko mientras sentía una indescriptible presión en su corazón.

El zorro la miró, y por un momento se pudo ver dolor en sus ojos, pero fue rápidamente reemplazado por fiereza. Justo cuando estaba a punto de atacar, se escuchó una voz.

- Kunou, déjalo, tengo que hablar con ella... - esta voz no había sido emitida en un tono alto. Mas bien, era una voz débil, e incluso se quebró un poco a mitad de la frase, pero causó que ambas figuras se estremecieran y giraran la cabeza.

Ahí, se podía ver a Seishi con sangre saliéndole de la boca y apoyado contra la pared, tratando de ponerse en pie. Los combatientes no se habían dado cuenta, pero esa onda de choque había sido brutal, y Seishi tenía una fuerza que era solo un poco superior al humano promedio debido a sus capacidades atléticas. Debido a ello, no pudo hacer absolutamente nada para resistir la presión que irradiaba de su choque.

Al ver esto, Kunou corrió a toda velocidad hacia el chico, tanto que su figura pasó a ser borrosa, y apoyó sus patas en el pecho del chico mientras miraba con preocupación y miedo al chico. Sus colas golpeaban suavemente el estómago de Seishi, como si lo masajeara y tratara de transmitirle su suavidad.

Esto hizo que una pequeña sonrisa floreciera en la expresión de Seishi, y logró levantarse mientras miraba a Koneko con una mirada neutral y le hacía una seña para entrar en una de las aulas que estaban vacías. Esa mirada causó mucho más temor a la chica que si le hubiera reprochado de alguna manera por lo que había hecho.

Cuando finalmente estuvieron solos, el chico miró alternativamente a Kunou y a Koneko, y suspiró.

- Empecemos por el principio. Kunou, sé que no eres un simple zorro, pero no te forzaré a hablar. Has estado conmigo desde que tengo memoria, y siempre me has acompañado. No sé si me has estado perjudicando de alguna manera, pero puedo decir que no me importa. Al fin y al cabo, sé que no me queda mucho tiempo - con eso, el chico dejó a ambas boquiabiertas.

Seishi no era tonto. De hecho, tenía un pensamiento ágil y era bastante inteligente. Si no hubiera descubierto ya que algo extraño estaba ocurriendo, ¿Cómo podría ser considerado extraordinario por la academia?

- Koneko, no sé quién eres, pero al parecer te preocupas por mí, y escuché tu nombre dos veces antes de venir aquí, así que dejaré que hables después de que te cuente algunas cosas, y te escucharé - prosiguió el chico

Esas palabras causaron que un escalofrío recorreriera la espalda de Koneko por las implicaciones que tenían.

Seishi al principio no había sabido nada. Tenía sus sospechas de que Kunou no era un animal normal desde que vio el círculo que hablaba de los demonios tras la visita de Hyodou Issei, pero ahora sus sospechas se confirmaron. Además, el hecho de que Koneko haya reaccionado así, significaba que verdaderamente se preocupaba por él, por lo que estaba dispuesto a contarle la verdad. Además, debido a las palabras de la chica se había dado cuenta de que estaba muriendo. No se había dado cuenta antes, pero ahora notó que todo su cuerpo parecía apagarse y quedarse sin energía con el tiempo.

- Empezaré yo. El primer día que recuerdo es hace unas tres semanas. Me desperté en un hospital y no recordaba nada. Al final, me fui y volví a mi casa. Ahí me dediqué a reacostumbrarme a todo lo que me rodeaba. Un día, un chico llamado Hyodou Issei, que al parecer nos conocía, entró y me dijo que fuera a la academia. Luego, me encontré con una chica pelirroja que me dijo lo mismo, y decidí venir aquí por la verdad. Esto es lo que encontré después de la visita del primer chico - dijo Seishi, mostrando a ambas el círculo mágico.

Uno Con La NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora