Tras eso, las clases se reanudaron, y pasaron volando hasta que terminó el día escolar. Seishi se despidió de sus compañeros y se dirigió a la oficina de clubes. Los de primer año podían unirse a clubes dentro de la academia siempre que hicieran una solicitud al club y fuera aprobada. La jurisdicción recaía completamente en el presidente del club, así que si te rechazaban uno no se podía quejar a ninguna autoridad.
Sin embargo, Seishi confiaba en que podría entrar en el club al que se ha querido unir desde que se enteró de que la academia lo tenía.
— Buenas tardes, ¿Es esta la... oficina... de clubes? —dijo Seishi, aunque la energía de su pregunta decayó al mirar dentro de la sala.
Solo habían tres personas: tres chicas. Esto era lógico, ya que la oficina de clubes no había aceptado nuevos miembros todavía, y el año pasado era una academia exclusivamente femenina. Una de ellas estaba leyendo una revista con los pies apoyados en una mesa, otra estaba durmiendo al lado de esos mismos pies, y la otra parecía estar jugando a un juego.
Seishi se quedó en el marco de la puerta, petrificado y sin saber cómo reaccionar.
La chica que estaba leyendo levantó la vista y vio al chico paralizado. Bajó los pies de la mesa y le hizo una seña para que se acercara.
— ¿Sabes cuál es? —preguntó la chica, agitando la revista en la cara del chico.
Tras mirarla mejor, se dio cuenta de que no era una revista, era manga. Asintió con la cabeza.
— Oh, ¿en serio? ¿No lo harás solo para impresionarme, EH? —acabó subiendo la voz la chica con una expresión bastante intimidante, por lo que Seishi se puso firme.
Con una expresión grave, y con una voz de ultratumba, hizo algo que muchos considerarían una herejía.
— El personaje principal acaba mal, sin poder estar con ninguna de las chicas que ahora le quieren porque no podía decidirse y su indecisión le hizo quedarse solo. Vengo para inscribirme a un club, así que si eres tan amable dame el formulario y lo rellenaré.
Eso dijo.
La chica se quedó con la boca abierta, en shock. Tanto es así que el manga se le resbaló de las manos y cayó al suelo, causando mucho ruido, y retrocedió unos pasos como si la hubieran golpeado.
— Las formas están ahí —dijo la que jugaba sin siquiera mirarle.
Seishi suspiró, cogió una de ellas y la rellenó rápidamente. Cuando la iba a entregar, otra chica apareció por la puerta. Al verla, la expresión de Seishi se iluminó.
¡Parece normal!
— Oh, el chico 100, ¿Te quieres unir a algún club? Déjame ver eso —dijo con mucha energía, quitándole el papel de las manos.
— ¿Chico 100? —preguntó Seishi, un tanto confundido.
— Ah perdón... Seishi, acaban de publicar las notas de las pruebas que hicisteis ayer. Aunque no lo creas, mucha gente las revisa, para identificar futuros talentos. Ten por seguro que todos los clubes académicos se van a pelear por ti. ¿Eh? ¿Seguro que quieres unirte a este club? —preguntó la chica.
— ¿No puedo? —llegados a este punto, Seishi temió lo peor.
La chica suspiró.
— No permiten unirse a nadie de primero. Uno de sus requisitos es que todos los que se unen deben ser de segundo año o mayores. No sé si lo sabes, pero el nuestro es un club de mucho prestigio, por lo que no pueden admitir a cualquiera. Se toman un año para vigilar a los interesados y hacerles todo tipo de pruebas, ¿comprendes? —contestó la chica.
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Uno Con La Naturaleza
FanfictionEn la secundaria Kuoh, un nuevo alumno se ha incorporado al comienzo del curso escolar en primer año. Una vez allí, entabla una profunda amistad con una compañera de clase que, curiosamente, también es la mascota de la escuela, Koneko Toujo. Todo ir...