Tras un rato de paz, finalmente el chico se separó de Koneko y miró a las demás chicas.
- Me voy a la cama. Estáis en vuestra casa, pero por favor no entréis en el pasillo que da a mi cuarto.
Con eso dicho, el chico se fue a su cuarto, dispuesto a dormir y tomar un merecido descanso. Sin embargo, cuando llegó se encontró a Ophis sentada en su cama, con las orejas tapadas por unos aislantes de sonido y con los ojos cerrados.
Ya harto de todo, Seishi ignoró a la chica y, tras salir un momento para ponerse el pijama, se metió en la cama. No dudó ni un segundo en cerrar los ojos, ya que si Ophis hubiera querido matarlo ya sería poco más que un cadáver.
- Toca... - dijo Ophis, mirando al chico.
- Empiezo mañana - contestó el chico suavemente, y volvió a cerrar los ojos.
Ophis iba a replicar, cuando se fijó en la postura del chico. Sus hombros estaban tensos, su ceño fruncido, sus piernas retorcidas como si dolieran y sus brazos estaban desparramados en la cama. Todo esto indicaba una necesidad de descanso urgente.
Ophis no supo por qué decidió no decir nada en ese momento. Normalmente no le importa nada el cansancio de sus subordinados, ni de nadie que no sea ella misma o Great Red para buscar una oportunidad perfecta para matarlo, pero algo le dijo que no iba a conseguir lo que quería aunque insistiera, así que volvió a cerrar los ojos mientras meditaba.
Al ver que Ophis no decía nada, Seishi suspiró y alargó la mano hacia el instrumento. Si hubiera insistido más, o hubiera intentado forzarlo a tocaría, se pensaría hacerlo, pero al ver que le dejaba descansar, el chico no fue capaz de no cumplir lo que le había prometido.
Aún estaba con la cabeza apoyada en la almohada cuando empezó a rasgar las cuerdas, causando que una melodía misteriosa y antigua llenara el aire.
En este momento, el chico se dio cuenta, para su sorpresa, de que podía controlar el flujo de energía natural que liberaba. Podía hacer que se concentrara en una zona concreta, o simplemente dejarlo expandirse libremente. Se quedó boquiabierto ante la gran cantidad de energía que se desprendió de su cuerpo, y rápidamente comenzó a dirigirla a distintas direcciones: la mitad se deslizó por fuera de las ventanas hacia la naturaleza exterior, lo que a su vez hizo que Seishi comenzara a absorber energía natural y a hacerse más fuerte. La mitad de lo que quedaba fue a parar a Ophis, y el resto a las personas fuera de la habitación.
Además, su fuerza aumentaba a casi el doble de velocidad que antes. No sabía si era por haber reparado su alma o por poder dirigir la energía, pero lo agradeció.
Cuando sintió la corriente de energía natural, Ophis comenzó a sentirse somnolienta. Esto hizo que todo su ser se pusiera en alerta máxima, ya que nunca había sentido el más mínimo deseo de dormir, y sin embargo lo único que quería ahora era apoyar la cabeza contra la almohada y cerrar los ojos. La chica miró a Seishi, y luego la cama. Trató de resistirse a la tentación, pero conforme más tiempo sonaba la melodía, menos capaz era de luchar, por lo que, tras una hora de lucha, Ophis cayó en la cama, y durmió por primera vez en su vida.
Así, un ser casi omnipotente, conocido por las leyendas como el dragón del infinito, Ouroboros, que podría poner el mundo entero en jaque y que era temido por incontables poderosos individuos, dormía mientras apoyaba una de sus manos en la almohada de la cama del chico y la otra colgaba a uno de sus lados. Si cualquier ser sobrenatural entrara a la habitación, sin duda querrían acabar con la niña, ya que esta era una oportunidad perfecta para ello. Sin embargo, nadie sabía que estaba ahí, así que era imposible para ellos hacerlo.
Cuando llegó la mañana, las manos de Seishi dejaron de acariciar la cítara, y se desperezó, extendiendo los brazos a ambos lados en un intento de desentumecer sus músculos. Sin embargo, su brazo derecho chocó contra algo peludo, lo que lo hizo fruncir el ceño. Abrió los ojos y miró en la dirección que provocaba la discordia.
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Uno Con La Naturaleza
FanfictionEn la secundaria Kuoh, un nuevo alumno se ha incorporado al comienzo del curso escolar en primer año. Una vez allí, entabla una profunda amistad con una compañera de clase que, curiosamente, también es la mascota de la escuela, Koneko Toujo. Todo ir...