VI

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El silencio entre ellos era incomodo pero como interrumpir a Stephanie, ella estaba disfrutando realmente pintar una pared lo hacia con dedicación en cada esquina, y Sebastián la observaba en cada movimiento, cada mechón de cabello que movía, su pintura que accidentalmente se había puesto en la mejilla, ella era tal y como la recordaba,

ella vio lo que Sebastián estaba pintando y le dijo —oye que estas haciendo, tratas de arruinar mi reputación, sabes que deja ya esa pared y ayúdame con la escalera—

Sebastián dejo la brocha y dijo —sabes no se tu pero tengo hambre así que preparare algo, no seré bueno pintando pero soy muy bueno seleccionando comida—

Stephanie mojaba el rodillo mientras Sebastián movía la escalera, ella dijo —la verdad también tengo hambre—

Ella lo vio pasar hasta la cocina para tomar el teléfono y pedir algo de comida, llevo su mano a la barbilla y paso su dedo índice por su labio inferior, el hombre la ponía realmente nerviosa, solo usaba una camiseta gris y un pantalón buso flojo, ella le pregunto —¿podemos poner música?—

—aquí esta mi computadora puedes poner lo que quieras— contesto mientras señalaba el desayunador,

Ella se acerco y abrió lentamente la laptop eligió una canción y luego caminaba, mientras se movía bailando hasta donde estaba su trabajo y Sebastián la veía y pensaba **aun lo haces, después de todo aun bailas**

ella subió a la escalera y dio pequeños retoques con la brocha, Sebastián pedía una pizza, y cuando termino de dar los datos de su nueva dirección, se acerco a ella tomo el rodillo y cuando Stephanie bajaba para mover un poco mas la escalera dejo caer la brocha justo en la pintura salpicando todo a su paso, las gotas llegaron a Sebastián, ella bajo de la escalera y dijo luego de colocar su mano en la boca y tener una gran expresión de vergüenza por lo que había pasado, pero su carcajada no podía disimularse, y agrego entre risas

—disculpa no se que paso—

luego de verlo detenidamente vio que estaba manchado de la horrenda pintura naranja, el pantalón los brazos, y hasta tenia gotas en la frente,

Stephanie comenzó a reírse suave pero luego las carcajadas invadieron de nuevo el apartamento, el levanto su rostro y comenzando a reír,

dijo —¡ah! con que te parece divertido, te gusta jugar pesado—

el tomo el rodillo y lo movió hasta dejarla pintada en las piernas, ella dijo

—acabas de condenarte,—

se movió hacia el y tomo su brocha, la agito haciendo que saliera la pintura disparada hacia el y le mancho el rostro y el cabello, en una gran línea diagonal, el comenzó a seguirla y le mancho la espalda con el rodillo, cuando al fin la atrapo ella comenzó a rogar por su vida, —¡oye¡ era una broma,— dijo Stephanie mientras intentaba soltarse, el la cargo en sus brazos, luego se agacho con ella y le coloco la cabeza hacia abajo donde estaba la lata de pintura destapada, llenándole el cabello de pintura, mientras Stephanie decía —no lo hagas suéltame, ya déjame en paz no lo hagas, por favor, solo perdona no lo volveré ha hacer— gritaba Stephanie sin parar de reír

—deja de rogar nada evitara que haga esto y cobre mi venganza— dijo Sebastián mientras se reían de lo que estaba por pasar. ella dijo —¡ya basta! ¡hay por Dios! ¿que hiciste?, mas te vale que esa pintura sea de agua, voy a matarte—

Sebastián estaba acercándola a el -¿matarme?- Pregunto Sebastián y luego agrego —yo te perdone la vida, y ya estamos a mano—

—ya terminemos esto lo único que quiero es ir a tomar un baño, tu eres un niño muy vengativo.— dijo Stephanie con una expresión muy graciosa en su rostro.

Ella lo observaba y sonreía, viendo su cabello con asco, Sebastián veía las muecas de Stephanie y no podía ocultar su risa, le dijo —basta, no es tan gracioso—

tocaron el timbre y el dijo al ver que era el muchacho que entregaría la pizza, Stephanie le abrió la puerta recibió la pizza y Sebastián se acerco a pagarla, el muchacho al verlo se quedo realmente sorprendido, Sebastián dijo —es muy inmadura verdad—, y luego cerro la puerta,

Stephanie llevo la pizza al colchón se sentaron ya que era el único mueble que tenia Sebastián en su apartamento y ella tomo el primer pedazo y le dio un gran mordisco, mientras comían el dijo —llamaron de la mudanza ya están cerca, así que hoy tendré mis cosas al fin— ella respondió —que bueno, espero todo llegue sano y salvo.—

Sebastián pregunto —¿siempre eres así?— ella se quedo con duda y sin ocultarla expreso —¿así como?—

el dijo —así de interesante— ella se sonrojo un poco y tomo un gran sorbo de refresco.

Luego de terminar de comer se recostaron en el colchón viendo su pequeña obra de arte, como el resplandor del sol de la tarde entraba por la ventana y el horrible naranja de la pared por un momento no era horrible, Sebastián dijo —es increíble que nos haya llevado todo el día pintando una sola pared-—

ella contesto —pero es la pared mas perfecta del mundo— Sebastián giro su cabeza para verla y dijo —es perfecta—, luego de que ella escuchara esto volteo hacia el y Sebastián agrego —y el color no esta tan mal—

—quizá no tanto— ella se levanto y dijo —creo que debería irme tengo que bañarme e intentar que esto salga de mi cabello— Tocándose la pintura ya seca del cabello,

—entiendo, espero puedas descansar— la acompaño enfrente del apartamento, Sebastián dijo —gracias Stephanie por ayudarme, te debo una-—y ella dijo —Teff— Sebastián pregunto —¿que dices?—

El estaba realmente asombrado ella contesto —puedes llamarme así si quieres.— El dijo —esta bien Teff, ¡gracias!— Stephanie entro y solo respiro un poco, y Sebastián volvió a su apartamento con una sonrisa...

Memoria de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora