XXVIII

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—Sabes cuanto odio las redes sociales Cristy, no puedo creer que el numero de Alice no se haya guardado en mi teléfono, estoy segura que lo guarde, tienes idea de cuanto necesitaba esto, quizá aclarara un poco mi mente y ahora no tengo nada, no es que me importara antes pero ahora tengo curiosidad sabes— dijo Stephanie por video llamada mientras se preparaba para su entrada en las bellas artes,

estaba en el salón principal del estudio del museo, estaba interesada en aprender escultura, fue solicitada en arte en pintura moderna y ocultismo,

Cristina dijo —ya paso un mes Teff, déjamelo a mi quizá encuentre algo hoy en la noche ahora concéntrate es tu primer día, éxitos llámame para contármelo todo—

Stephanie contesto —claro te llamo al salir besos—

Sebastián escribió un mensaje para Stephanie y decía

«Suerte, Teff, aunque no la necesitas»

Stephanie leyó el mensaje y mostró una pequeña sonrisa a la pantalla del celular mientras leía el mensaje, cuando un hombre muy bien vestido con un saco color amarillo, resaltaba su cabello con iluminaciones rubias, pregunto, con un tono despectivo —Stephanie Parker,—

la expresión en su rostro de indiferencia, indicaba que no seria fácil ser su nueva compañera de trabajo, siguió diciendo después de verla de pies a cabeza —ven conmigo—

ella lo siguió sin decir nada y sonrió un poco, al llegar a un despacho el joven dijo

—hoy te recibirá Mark Wells, es nuestro vicepresidente, espéralo aquí, vendrá pronto—

Stephanie dijo después de pasar a la desorganizada oficina —¡gracias!—

El hombre llamativo que ni siquiera quiso presentarse se marcho cerrando la puerta sin ver a Stephanie, ella busco sentarse, pero le llamo mucho la atención un lienzo que había a un lado del escritorio, y la pintura estaba por todos lados,

Stephanie se acerco lentamente, vio aquel lienzo, tenia unas cuantas líneas, aun era un pequeño boceto de un retrato, no era muy claro, se abrió la puerta, y un hombre entro y pregunto —¿Termino la inspección Señorita?, tome asiento por favor,—

Stephanie dijo —disculpe, fue curiosidad—

ella se movió hasta el y busco saludar, el hombre rubio y de ojos verdes dijo —eso es personal, a nuestro presidente le gusta la pintura, soy Mark Wells, es un gusto recibirla señorita Parker, fue muy recomendada por sus maestros, tiene usted mucho talento, y todos concuerdan en sus cartas, no solo en sus cualidades positivas, también en sus defectos, así que, espero poder tener de usted mas de sus cualidades—

Stephanie dijo —no es algo que me moleste señor Wells, será un placer trabajar para usted, ansiaba en conocerlo, la verdad su carta de aceptación fue una sorpresa.—

Mark dijo —¡si! Bueno si le soy sincero no fui el único redactando esa carta, nuestro presidente parecía muy contento al traerla aquí—

—¿su presidente?— Stephanie pregunto

Mark dijo —no hablemos de el, créame se lo dirá el mismo, en unos días, ahora quiero que conozca las instalaciones que rodean lo que conoce como el museo, y luego le mostrare algunas cosas con las que puede comenzar—

Stephanie dijo —entonces comencemos— con algo de emoción

Mark, se veía muy serio parecía tener unos treinta años, una barba le cubría el mentón, y tenia un par de lunares, vestía una camisa formal y pantalones grises, zapatos bien lustrados, los puños de las mangas estaban doblados, tenia unos botones sueltos, caminaban y el mostraba cada uno de los rincones del museo, hasta llegar a la parte superior donde estaban los estudios, y le mostró donde estaría ella, estaba muy emocionada, Mark le dijo

—este estudio es para usted, hay muchas obras que necesitan sus manos, claro que puede ocupar este estudio para sus propias obras, por —

mientras se movía a uno de los mesones que estaba cerca continuo diciendo —esto es para usted, es un regalo de bienvenida—

le entrego a Stephanie un lienzo junto con pinturas de oleo, con un gran chongo, Stephanie estaba sorprendida no esperaba tanta amabilidad su primer día, ella dijo —¡esto es para mi!, es un hermoso gesto, muchas gracias—

Mark la dejo sola un momento mientras pedía disculpas para contestar una llamada y ella veía ese estudio como una oportunidad muy importante, no sabia como siquiera había logrado entrar en ese lugar, estaba que no cabía de la felicidad, al regreso de Mark, el dijo —¿continuamos?— Stephanie respondió —por supuesto—

Memoria de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora