Memoria de Amor

XXXVIII

La partida del hospital fue el día siguiente, las tomografías no mostraban ningún otro daño a sus órganos y su piernas estaba recuperando se, solo necesitaba mucho reposo, así que Michelle pregunto

—insisto hija debería quedarme contigo— mientras le ayudaba a meter unas cobijas en la maleta de Stephanie, ella contesto

—no te preocupes mamá, estaré bien, Sebastián me llevara a casa así que todo estará en orden.—

Llego Sebastián y dijo —¿esta es la ultima maleta?—

Stephanie dijo —si, es la ultima, eran demasiadas para una semana en el hospital—

sonrieron, y luego de eso bajaron al estacionamiento donde Sebastián ayudaba a su novia a subir, le coloco el cinturón y dijo —aun así luces elegante—

Stephanie le sonrió, ella saco el teléfono y reviso un mensaje de voz, tenia muchas llamadas de un numero, pero el contacto no era de Seattle, si no de Minnesota, cuando escucho el mensaje, se incomodo mucho, Sebastián pregunto, —¿Que pasa amor?, ¿quién era?—

Stephanie contesto evasiva y bloqueo la pantalla del teléfono.

Stephanie vio que el camino al apartamento no era el que Sebastián había tomado y pregunto muy curiosa —¿dónde vamos?—

Sebastián sonrió, y dijo —a nuestra cita—.

Llegaron a una reja, se veía un jardín del otro lado, las casas de los alrededores lucían hermosas, pero estaban lejos de la ciudad, al entrar después de la reja, llegaron a una hermosa casa, lucia lujosa, era pequeña se veía bastante acogedora, tenia pisos de madera, ventanas de vidrio, unos pasamanos de madera tallada, un jardín que iba mas allá de la vista, una fuente en el frente, entraron a la casa, vieron los cuartos, habían tres, con calefacción, ventanas grandes y bellos balcones, el color era perfecto, pasearon por el jardín,

Stephanie dijo —el jardín es precioso, y esta casa es... ¿que hacemos aquí?

Sebastián dijo tomándole la mano para ayudarle a subir el puente de madera que cruzaba un bello lago —que te parece la vista—

Stephanie dijo —la vista, estas jugando esto parece el Edén—

—que bueno que te guste—

estando en la mitad del puente El la abrazo y dijo —esta será nuestra casa-

ella volvió la mirada a el rápidamente y dijo —¿nuestra casa?, ¿es broma no?

—dijiste múdate conmigo

—me refería a mi apartamento, yo, esto es...- Ella quedo sin palabras

—este es mi acepto, y ahora quiero que aceptes mudarte aquí conmigo—

ella se volteo completamente y dijo —quieres que nos mudemos aquí—

—eso quiero y además de eso yo...—

El se hinco en una pierna y luego dijo —Teff, yo se que esto sonara a locura, y quizá digas que no pero yo necesito que sepas, que quiero compartir mi vida entera contigo, quiero hacerte feliz, quiero mostrarte que no me marchare cuando me necesites, se que es una locura llevamos muy poco tiempo juntos y después del accidente pensé en que el tiempo es demasiado corto, no quiero arriesgarme a no tenerte, quiero aprovechar cada segundo a tu lado, quiero decirte que...—

el tomo un anillo de su bolsillo y se lo mostró ella estaba emocionada y sus ojos se pusieron cristalinos, ella sentía el corazón acelerado, su respiración se agito, coloco su mano sobre la boca y Sebastián dijo —te amo, Stephanie Parker ¿te casas conmigo?—

Sebastián rodó una lagrima por su mejilla, ella dijo —¿la casa viene con un anillo?, estas loco, tu de verdad estas loco,—

sonrió y continuo diciendo —quizá este mas loca que tu ¡acepto Sebastián!

ella se inclino para besarlo y tiro las muletas pesadas a un lado y lo beso tiernamente colocando sus brazos alrededor de su cuello cuando este se puso en pie.