XIV

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Tuvieron unas semanas llenas de citas en el cine, y cenas románticas, iban al supermercado juntos, Sebastián llevaba siempre algo de regreso a casa, chocolates amargos los favoritos de Stephanie, girasoles, a veces enviaba vestidos muy finos con invitaciones lujosas, y su cepillo de dientes ya estaba en el baño del apartamento de Stephanie, y su ropa interior tenia lugar en las gavetas rosas de su habitación, se levantaban cada mañana abrazados, amanecía siempre antes que ella para irse al trabajo y siempre dormía con camisetas y bóxer, ella no soportaba mucho la ropa, así que no era algo que a Sebastián le disgustara, un día Stephanie se encontraba buscando ropa interior para ponerse y lo único que encontraba eran los calzoncillos de Sebastián, y dijo mientras se sentaba en la cama y tenia uno en la mano

—esto se acabo—.

Stephanie cito a Cristy en su café favorito y luego de pedir un café, y un te para su amiga Stephanie le dijo —tienes que ayudarme, no se que hacer—

su amiga le tomo las manos y dijo —cálmate Teff, estas enamorada, es normal que te asustes—

—¿estas loca? ¿Enamorada? ¿Yo? Claro que no es solo que el tipo me pone los pelos de punta, es decir me conoce mas que yo misma y no entiendo porque eso me espanta, el sabe que me gusta, que me enoja, el es respetuoso pero en la cama, bueno en la cama es completamente diferente.—

—amiga es a lo que me refiero, además si con el tienes un buen sexo que mas le pides a la vida, yo quisiera que el idiota de Marcos durara mas de quince minutos en la cama,— dijo esto mientras pasaba una anciana con su café, y su boca estaba abierta sorprendida de lo que una joven rubia y educada como parecía ser Cristy dijera cosas tan sucias como esa,

Stephanie le dijo luego de reírse y apenarse un poco por su amiga, —pero también tiene cosas que me disgustan es decir es algo raro, sabes siempre duerme en camisetas, siempre esta despierto antes que yo, nunca hemos peleado realmente, y el es, es tan tierno—

—y eso es malo?

—bueno no la verdad es perfecto, toda mujer sueña con un hombre así, y creo que lo amo—

—y entonces cual es el problema

—no se que somos, no se que piensa el

—amiga estas loca el tipo esta loco por ti, tu me tienes loca con tus llamadas de 'no se que ponerme saldremos al cine' 'me invito al restaurante mas caro de la ciudad' 'me compro una cámara que vale el edificio completo donde vivo'—

—si pero bueno yo, no se como preguntárselo sin que suene a presión

—solo hazlo estoy segura que te casaras este año a este paso.

Stephanie, entro al apartamento, coloco su bolso en la mesita del centro de la sala y dijo

—bien practicare esto, como se lo diré, Sebastián, necesito hablar contigo, hay no eso suena a que lo estoy presionando, Sebastián tienes un cepillo de dientes aquí, así que creo que deberías traer tu toalla, eso sonó idiota, ¿siquiera yo lo entendí? Demonios porque no solo le pido que sea mi novio, eso sonó anticuado, creo que me estoy volviendo loca, Sebastián ¿piensas en estar conmigo mucho tiempo?, o algo como me quieres como tu chica o solo es algo físico es decir no me molesta porque somos muy buenos para eso, hay por Dios con eso pensara que solo lo quiero para sexo,—

Stephanie respiro profundo luego de hacer mil gestos y apretar sus mejillas enfrente del espejo dijo —creo que diré, Sebastián llevamos varias semanas juntos, hemos dormido juntos todo el tiempo, me encanta salir contigo, y quiero conocerte mucho mas, y con esto no quiero que pienses que te estoy presionando ni nada, pero necesito que sepas que no soy una mujer de etiquetas, ¿pero me gustaría saber que somos? ¿sonó a presión?—

ella se cubrió la cara, y la voz de Sebastián que se dirigía a ella mientras caminaba desde el cuarto dijo —solo un poco,— contestando la ultima frase de Stephanie,

ella volvió rápidamente asustada y dijo —esto se hace costumbre entre nosotros, que haces aquí tan temprano, ¿me escuchaste?— pregunto ella aun apenada y sonrojada con ambas manos en sus mejillas, luego se cubrió los ojos, Sebastián se acerco a ella y le dijo tomándola de los hombros,

—seremos lo que tu quieras, Stephanie— ella se descubrió los ojos y le dijo

—no es algo tan sencillo, es decir no quiero obligarte a nada y no me molesta seguir como hasta ahora es solo que no se como presentarte a los demás,—

el sonrió con sus hoyuelos encantadores y dijo —quieres una etiqueta bien, ¿quieres ser mi novia?, ¿mi prometida? ¿mi esposa? ¿Quieres que me arrodille ahora? O salimos por los anillos—

Stephanie dijo —no es una broma, de verdad quiero saber que piensas—

Sebastián dijo —jamás bromearía con algo así, yo se que esto ha pasado muy rápido para ti pero quiero conocer todo de ti, quiero hacerte feliz, estar contigo todo el tiempo, ahora no quiero forzarte, simplemente quiero que seas tu quien decida, yo ya decidí el día en el que mis ojos te encontraron.-—

—¿entonces somos pareja?—

—así es, ahora que esto es formal, espero no te moleste pero iré por mi toalla.— y comenzó a burlarse de ella —ella le tiro uno de los cojines de la cama y dijo, —eres un gran tonto— el tomo el cojín y la persiguió, y le golpeo el trasero con el cojín, luego la abrazo por la espalda y le beso la mejilla, y Stephanie se dio la vuelta para darle un beso, luego lo tomo del cuello mientras lo guiaba hasta que cayeron en la cama, Sebastián le besaba los labios, y quitaba desabrochaba el pantalón de Stephanie, y al verla le dijo —¿estos son mis calzoncillos?— al escuchar esto Stephanie solo puedo verlo y soltar grandes carcajadas y la habitación se lleno de risas.



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