XVII

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Mientras estaba recostada en el sofá Stephanie comenzó a recordar los primeros días después de despertar tras el accidente, cerro los ojos y claramente recordó, sus ojos se abrían muy lentamente y el dolor de cabeza era insoportable, vio su alrededor, estaba en una habitación habían maquinas, oxigeno, sabanas blancas, una camilla, sintió que en su mano algo le estorbaba, había una aguja que penetraba su vena, llevo su mano a la cabeza y toco como una tela rodeaba su cabeza, ella temblaba, una mujer se acerco y ella no podía escucharla, pero parecía que aquella mujer pedía ayuda, y al leer sus labios decían todo estará bien.

Pasaron unos días mas, según su madre le conto, estuvo sedada todo el tiempo, Stephanie abrió los ojos, vio una enfermera tocando los monitores y revisando el suero, la enfermera la vio y le brindo una sonrisa piadosa, vio que la mujer se dirigía al sillón donde una mujer cabello castaño estaba recostada con una cobija enzima, aquella señora se levanto y se acerco a Stephanie, y ella pregunto —¿donde estoy?—

la señora le toco el cabello y Stephanie se extraño mucho de esto, y pregunto —¿quien es usted?—

la señora se asusto un poco con lo que escuchaba de la boca de su hija, Michelle dijo —hija, soy tu madre aquí estoy, contigo—

Stephanie dijo algo alterada —¿mi madre?, es mi mamá, ¡yo! ¿quien soy yo?, ¿me dijo Stephanie?—

Stephanie estaba respirando muy agitada, cuando el doctor llego le administraron un sedante, el golpe que ella había recibido aun estaba muy reciente.

Habían pasado unas horas, y las palabras del doctor aun retumbaban en su mente mientras una enfermera cambiaba el vendaje frente a las dos personas que ella desconocía, pero según los papeles y las pruebas eran sus padres.

el doctor le explico detalladamente a Stephanie que tuvo una conmoción muy fuerte a causa de un accidente, tuviste una hemorragia cerebral, bastante grave, estuviste en coma unos cuantos días, puede ser que la perdida de la memoria sea reversible si sigues el tratamiento, y tal vez un día despiertes y recuerdes todo, pero también es posible que no recuerdes nunca, estoy seguro que con ayuda de tus padres todo será mas fácil.

La enfermera dijo, —la cicatriz es muy pequeña así que gracias al cabello no la notaras—

Stephanie permanecía callada y distante, mientras forzaba secretamente su mente de adolecente a recordar un rostro, un paisaje, algo cualquier cosa, pero lo que mas quería recordar era como había pasado esta tragedia, pero su mente era una caja negra en la que no podía encontrar ni el mas mínimo recuerdo, al llegar a casa su madre la llevo a la que era su enorme habitación, coloreada de un tono claro de verde, una hermosa lámpara de cristal, y un balcón precioso con cortinas blancas, su madre dijo —espero estés cómoda mi cielo,

Stephanie caminaba por la habitación y veía en un estante unas fotografías de una niña pequeña muy sonriente, fotos de sus padres pero ella sentía que algo faltaba, llego otro pequeño recuerdo a su sueño era ella tratando de entrar a una de las habitaciones de la casa, que permanecía con llave, cuando ella intento abrir su madre la descubrió y Stephanie pregunto a su madre —porque esta habitación esta cerrada,—

su madre contesto —era del estudio de tu padre, hay muchas papeles ahí, vamos te daré un poco de chocolate caliente, hace mucho frio.—

después de unas semanas sus padres le contaron que están divorciados, que eso paso hace muchos años atrás, pero prometieron estar a su lado siempre y en todo momento.

Stephanie abrió los ojos, se había quedado dormida entre sus recuerdos, y una cobija la arropaba, se levanto del sillón y fue a su habitación, su madre ya no estaba, eran las siete de la mañana, lo único que encontró fue una nota que decía,

*''Teff lamento haberte incomodado anoche, quizá me altere un poco con esta noticia, quisiera regresar para platicar en unos días, te quiero hija.'' *


Memoria de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora