XXXIX

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La Mudanza era un caos, ellos sacaban cajas y cajas de los apartamentos, mientras Sebastián llevaba una de las cajas de la cocina ella rotulaba unas cajas de la habitación,

Stephanie abrió una de las gavetas de la mesa de noche de Sebastián encontró un folder, tenia el logotipo de la constructora, ella abrió el folder y Sebastián entro en la habitación, diciendo

—creo que ya nos falta poco—

Stephanie se dio la vuelta con el folder en la mano y dijo

—¿puedes explicarme esto?—

Sebastián dijo —¿de que hablas?—

Stephanie continuo y en su tono de voz parecía estar molesta —esto es una demanda por un millón de dólares, por el atraso de la demolición de el edificio "Cristóbal''

—si fue una penalización por el tiempo que se corrió la construcción del nuevo hotel—

contesto Sebastián nada sorprendido, y sin darle la menor importancia.

—estas diciendo que tu compañía pago esto, por mi capricho

—no, estoy diciendo que yo pague el monto por ver esa maravillosa exposición, no lo hice por ti, lo hice por el arte y tu maravilloso discurso.

—estas... tu estas hablando enserio

—claro que si,

—éramos amigos, porque no me lo dijiste, yo hubiera entendido, que no podías retrasarlo.

—yo no hubiese tenido tu sonrisa maravillosa, y la satisfacción de verte así de contenta ese día

—¿estas consiente que fue la sonrisa pagada mas cara del mundo?

—lo estoy, y lo volvería a pagar si fuera necesario

—fue demasiado dinero

—fue un evento maravilloso

—tu eres increíble

—lo se... lo soy

—y también eres el tipo mas afortunado del mundo

—solo porque tu estas conmigo, mi prometida—

Ella al escuchar esto le dijo —ven acá que no puedo moverme— le dio un pequeño beso en la mejilla y dijo —¡gracias!—

Sebastián le dijo —ya tomaste tus pastillas, te dije que mejor te quedaras en la casa yo puedo hacer esto solo.—

Stephanie se sentó y dijo —bien me sentare aquí un momento, ha sido la semana mas agotadora, después de que me quitaran el yeso, y esta tobillera aun me incomoda.

esa noche estaban acostados en el suelo de la sala de la casa, y Stephanie dijo —nunca imagine que esto se convertiría en mi sueño

—tu eres la mujer mas increíble del mundo, de mi mundo te mereces todo de mi, siempre

—como sabes que soy eso

—no podría equivocarme Teff, supe desde que te conocí que serias un problema para mi— ella se carcajeo un momento y pregunto

—¿un problema para ti?—

—si eres un gran problema—

El se acerco a ella la levanto cargada y la recostó en el sillón, y arrodillado ante ella acariciando su cabello dijo

—perdóname—

Stephanie lo vio con curiosidad y pregunto —¿porque pides perdón?—

el silencio los cubrió hasta que Sebastián dijo después de abrir los ojos lentamente y con la cabeza abajo —quizá debí preguntar si querías elegir la casa tu—

ella sonrió y dijo —es perfecta—

Stephanie con la mas sincera sonrisa en sus labios.

Todo estaba excelente y los planes de boda seguían surgiendo en ideas para la que seria la mas perfecta ocasión, habían revistas que ver, vestidos que medirse todo era una locura y la fecha la mas próxima en el calendario de eventos, La mano de Stephanie no podía lucir mas hermosa con ese anillo, mientras veía su mano, su vista se desvió un poco y vio un pequeño fragmento de su pintura mas importante, ella camino hacia su obra al moverla y ver el retrato del joven ella tuvo un recuerdo instantáneo, la sonrisa de ese hombre estaba en sus recuerdos, El dijo

—Te amo Teff—

Su corazón estaba acelerado, ella cayo al suelo inconsciente, ella abrió los ojos estaba tirada en el suelo del estudio, su cabeza parecía que le iba a explotar y se llevo la mano a la cabeza mientras conseguía levantarse, estaba muy borroso todo, se acerco a una silla y alcanzo tomar un poco de agua,

Mark apareció y entro diciendo —creo que debería ver de nuevo el..—

Se detuvo al ver que Stephanie estaba sentada con las manos en la cabeza, ella no lucia muy bien el se acerco rápidamente y pregunto

—Stephanie estas bien pasa algo?—

Ella contesto —¡no! solo me siento algo cansada—

Mark continuo

—creo que estas en mucha presión, vete a casa, ¿vienen por ti?— se acerco y continuo diciendo —tomate los siguientes días no te preocupes por nada—

Stephanie asintió con la cabeza. Y dirigió de nuevo su mirada al retrato.

Memoria de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora