Memoria de Amor

XVIII

Stephanie entro en el apartamento de Sebastián mientras el aun dormía, ella levanto las sabanas y se metió en la cama, Sebastián se despertó y al verla la recibió con una pequeña sonrisa, luego la abrazo oliéndole el cabello, y así acurrucados se quedaron dormidos sin decir ninguna palabra.

Sebastián sentía que el tiempo no había pasado, de nuevo tenia diecisiete años, y Stephanie estaba en sus brazos, buscando consuelo como era de costumbre luego de una pelea familiar.

Sebastián estaba sentado en su despacho, esa misma tarde, Stephanie tenia mucho trabajo en la escuela de arte era todo un ajetreo enorme, seria una semana muy larga, pero mientras pensaba en enviarle un texto, su secretaria dijo —Señor, alguien dejo un obsequio para usted en la sala,—

Sebastián pregunto —¿obsequio? ¿no traía tarjeta?— Andrea la secretaria una mujer ya de edad, quien fue la secretaria de su padre antes que de El, era muy amable y risueña, contesto —no Señor—

Sebastián contesto —esta bien envíelo a mi oficina—

su secretaria dijo

—creo que no podremos llevárselo Señor, creo que tiene que verlo—

Sebastián salió de la oficina y pasando el pasillo vio a Andrea y le dijo

—¿donde esta?—

Andrea solo vio hacia la pared de la sala de espera, Sebastián se dirigió hacia el lugar y vio el cuadro precioso, era el paisaje que quería comprarle a Stephanie, aquel hermoso cuadro que se negaba a darle a alguien, el hermoso girasol con el sol naciendo, inmediatamente al verlo recibió la llamada de Stephanie y al contestar dijo —es la mejor disculpa que puede ofrecer, por lo de anoche—

Sebastián dijo —Teff nunca vuelvas a decir esa palabra, no tengo nada que disculpar, y este es un bello obsequio, por cierto ¿estuviste aquí?—

—si, llegue a instalar mi obra maestra, por cierto Andrea es un amor trátala bien, me ayudo a colocarlo—

—ella es muy buena, porque no te quedaste podíamos irnos juntos—

Stephanie lo abrazo por atrás y El sorprendido, se dio la vuelta y dijo

—eso fue una venganza, mas que una disculpa ¿cierto?—

la abrazo y le dio un beso, y ella dijo entre risas —vengarme de ti, jamás, recuerda que yo soy un angelito del cielo—

Sebastián dijo —pues este ángel merece algo hermoso hoy así que deja que arregle unas cosas y luego nos vamos.—

Stephanie dijo —es muy sexi que seas un hombre tan ocupado—

y le guiño un ojo mientras Sebastián se alejaba lentamente soltándole las manos, Ella se acerco a Andrea y la Señora le dijo —es un gran hombre, y tu pareces una gran chica, se ven muy lindos juntos—

Stephanie le dijo —deberías decírselo a mi madre—

Andrea dijo —¿qué pasa con ella?—

Stephanie dijo —vamos por un café y te cuento un poco—

Andrea la llevo a la sala y comenzaron a platicar, mientras Sebastián organizaba un viaje que tenia en unos días.

Sebastián pidió que le trajeran una cesta con comida, y cuando encontró a Stephanie en una sala tomando café con Andrea y dijo mostrando la bella cesta romántica en la que salía una botella de vino —¿vienes conmigo?—

ella se despidió de Andrea y dijo —bien llego la hora del romance— le tomo el brazo a Sebastián y salieron de la constructora.

Sebastián la llevo a un lugar precioso donde se podía apreciar un paisaje de la ciudad, con todas esas luces hermosas, el coloco una manta en ese lugar para poderse sentar con ella, Stephanie le dijo —me siento en una de esas películas viejas solo falta el pan baguete,—

Sebastián saco un pan delicioso y dijo —¿algo como esto?—

Stephanie se carcajeaba mientras ambos se sentaban y ella se acerco a el colocando su cabeza en el hombro de Sebastián, y ella le dijo —sabes, no se porque me haces sentir esto, pero creo que nacimos para estar juntos—

Sebastián le beso la cabeza y dijo —que bueno que dices eso, de hecho es un tema que quería tocar al final pero mejor lo hago ahora—

Stephanie le dijo entre risas —que no me digas que te iras—

Sebastián dijo —mañana por la mañana—

—ya enserio ¿que quieres hablar?— dijo ella incredula

—me surgió un compromiso tengo un proyecto en Dakota del sur, y me invitaron a la gala de aniversario del hotel, fue uno de los proyectos de mi padre y es un gran amigo de la familia, así que me iré este fin de semana,—

—te iras el fin de semana—

—de hecho— Sebastián tomo la copa de vino se la dio a Stephanie y siguió diciendo —quería preguntarte si quieres venir conmigo el fin de semana—

Stephanie lo vio y con la iluminación de sus ojos dijo —claro que si, si quiero ir contigo, pero tengo mucho que hacer, bien falta un día así que dejare todo listo, claro que quiero, estoy feliz de que me lo hayas pedido,—

ella se le tiro enzima luego de poner la copa de lado, le beso los labios y lo tiro hasta quedar acostados, en aquel mantel tan romántico.

Sebastián le dijo —que bueno que aceptaste, si no tendría que habérselo pedido a Selena, la hija del amigo de mi padre, a ella esta loca por mis encantos— Stephanie le dijo —cállate, y dame otro beso—

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hola gracias por seguir esta historia

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