Memoria de Amor

VII

Llego el día siguiente Stephanie cepillaba sus dientes como era de costumbre se le había hecho tarde no había podido dormir en toda la noche pensando en como conseguir que no demolieran el edificio tan perfecto para esa ultima presentación artística de pintura, por lo menos no hasta hacer la ultima exhibición de pintura en la universidad, envió casi veinte correos a la empresa y esta no había dado respuesta, probablemente porque los había enviado a las dos de la mañana entonces decidió esperar todo el día, mientras se movía de un lado a otro buscando su camiseta y terminaba de cepillar sus dientes, paso por la puerta de su apartamento y vio un papel doblado, al parecer alguien lo había deslizado bajo la puerta, extendió el papel y decía,

**buenos días espero hayas descansado, tuve que irme temprano, espero verte hoy**

ella sabia quien había escrito algo así, y se preguntaba por que no solo enviar un texto, le parecía algo muy lindo de su parte, cuando escucho el sonido de su teléfono, se acerco a la mesa y vio en la pantalla el icono de mail iluminado, ella abrió rápidamente para ver su correo, al fin una respuesta de aquello que tanto quería. Comenzó a leer

**Señorita Parker hemos recibido su correo, y para nuestra empresa será un gusto recibirla hoy a las tres de la tarde, nuestro presidente el señor Kent le espera para escuchar su propuesta.

Le esperamos, que tenga un lindo día.**

—¿me recibirá?, fui muy clara en mi correo que mas quiere, que tipo mas prepotente, y ni siquiera me respondió El mismo, es un hombre muy ocupado, ¡ja! por favor— suspiro —bien iré, no le tengo miedo.—

Después de decir muy molesta su monologo, vio el teléfono era un mensaje de Sebastián decía **espero haya salido la pintura de tu cabello, gracias por ayudarme, que tengas un buen día**

Ella respondió **recibí una respuesta de la constructora que quiere derribar el edificio, iré a las 3 pm a ver al sujeto. P.d la pintura si era de agua salió luego de tres botes de shampoo**

otro mensaje le cayo en respuesta casi de inmediato **espero todo se resuelva, ¡suerte!**

**seguro es un viejo amargado y calvo, ya lo odio pero espero convencerlo te cuento al salir**

**quizá sea muy comprensivo, me cuentas todo en la cena?**envió Sebastián

**parece que quieres convertirme en alguien muy obesa, ¿me estas engordando? Acepto. te veo luego.**

Era realmente muy extraño pero ella no sentía nervios, tomo un taxi y llego a la constructora Kent, al bajarse frente a la lujosa entrada de aquel enorme edificio lo primero que dijo fue, —así o mas arrogante. Bien pon tu cara mas hipócrita y sonríe Stephanie, se cortes.—

respiro profundo cuando estaba en el ultimo piso que le indico la recepcionista en la entrada, llego puntualmente a las tres de la tarde como le habían solicitado, pregunto a la secretaria del presidente —señorita tengo una cita con el señor Kent, mi nombre es...—

la secretaria al verla le sonrió y dijo interrumpiéndola —señorita, usted no tiene que esperar, el jefe la esta esperando, venga conmigo, la llevaron a la oficina del presidente, y al entrar se llevo la sorpresa de la vida, Sebastián estaba sentado justo enfrente de ella, y antes de que ella le expresara algo aparte de su rostro de sorpresa e inquietud el dijo, dirigiéndose a su asistente, —puede retirarse— levantándose de la silla, acercándose a Stephanie, pronuncio

—es un gusto conocerle señorita Parker, mi nombre es Sebastián Kent, tome asiento, tiene diez minutos de mi tiempo.

Stephanie no sabia que rayos hacia, ni a que estaba jugando pero ella lo único que podía hacer después de escuchar la ultima oración dijo en su mente **como dije no te tengo miedo**

luego de acercarse y sentarse ella dijo —un solo asunto me trae aquí hoy señor Kent, y es el destino de un pequeño edificio que usted quiere demoler, ese pequeño viejo y acabado edificio donde se llevan a cabo las presentaciones de la escuela de pintura, desde hace mucho tiempo, solo quiero pedirle en nombre del arte que nos conceda un ultimo adiós en ese lugar, el fin de semana donde se llevaremos acabo con honor la ultima presentación de arte en ese maravilloso edificio,—

Sebastián dijo —bien señorita tendrá mi respuesta luego, ella agrego

—¿cree que la pintura es una perdida de tiempo? señor Kent, claro como muchos, pero la pintura es el arte mas apasionado que la historia ha reflejado, un artista puede transmitir tanto, con un lienzo, un pincel y algo de pintura, puede dar a conocer ha los que no conocen aun los sentimientos, aquellos que aun no han experimentado, una pintura puede reflejar, expresar sentimientos como la ira, la tristeza, el enojo, alegría—, hizo una pausa, para tomar aire — el placer,— dijo ella y tocándose los labios delicadamente, luego lo vio directamente a los ojos y dijo —y porque no la lujuria, y el amor,— exhalo y agrego, —eso es lo que creo de lo que hago, y usted debería entenderlo, tiene un Picasso en la sala de espera.

El le dio una media sonrisa y ella le dijo —un gusto haber charlado con usted,— se levanto, camino hacia la puerta y Sebastián dijo —creí que esperabas una respuesta ahora—,

ella se quedo esperando que mas tenia que agregar y viéndolo con esos ojos llenos de vida y alegría el dijo —espero una invitación al evento— ella dijo —¿Es broma? yo misma seré su guía.— Ella le dio la mano y luego el agrego —¿quieres ir a cenar conmigo?—

—no puedo, tengo que contarle esto a un hombre encantador, y prometí cenar con el esta noche. Pero gracias por la invitación.—

Ella salió de ese lugar luego de darle su mejor sonrisa, su corazón palpitaba fuertemente, y mientras caminaba sin fijarse en un rumbo fijo, recibió un mensaje de Sebastián decía

**ya quiero verte de nuevo, Paso por ti a las 7:30.**

ella sonrió con el mensaje, cerro los ojos y de repente vino a ella un pequeño pasaje de ella frente a un espejo con un vestido rojo y zapatos altos, su rostro estaba sumamente feliz, lucia mas joven, ella se detuvo y se sentó un rato a pensar que había sido eso, era realmente extraño, su corazón latía fuertemente, su cabeza dolía, sus piernas temblaban que era esto, nunca había visto un pasaje como este en su mente, se preguntaba si había sido un recuerdo de hace algunos años, pero ella nunca antes había tenido uno.

Habían casi veinte vestidos tirados en la cama, mientras Stephanie decía

—porque me porto así, jamás me importo que ponerme, que me pasa, ni siquiera se si debo ir formal, o casual, y si le pregunto, basta solo me pondré cualquier cosa, quien es El para merecer que me esfuerce tanto, a quien engaño es guapísimo y me gusta, si lo dije me gusta, y ahora ¿rojo o amarillo?.—

......

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