XI

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Tres días antes de la exposición de galería de Stephanie...

Sebastián estaba sentado en su oficina, mientras su asistente Nicole, le mostraba los documentos pendientes, el simplemente dijo —gracias, los revisare ahora, cancela mi junta de las diez, y no me pases llamadas por favor.—

su asistente salió y Sebastián se servía un trago, mientras se hundía en sus recuerdos, —**Alex, en que piensas, ¿no pensabas invitarme al baile?, ¿siempre tienes que ser tan lento?, un día de estos me voy a cansar, de ser yo quien te busque, entiendes?**— Stephanie se le acerco en su recuerdo luego de decir esto, y le dio un beso en la boca, después agrego —si dejas que Kyle me lleve al baile, no voy a perdonártelo.—

sonó el teléfono, y el contesto sumamente molesto y dijo —dije que no quería llamadas,— antes de colgar escucho la voz de su madre, y coloco el teléfono en su oído y dijo —mamá, ¿que sucede?.—

del otro lado del teléfono su madre lloraba y solo dijo —tu hermana tuvo un accidente, ven te necesitamos,— el colgó el teléfono luego de decir —voy para allá ahora—.

Sebastián tomo el primer vuelo, a Minnesota, donde se encontraban su madre y su hermana, no llevaba maletas, simplemente no hallaba la hora para llegar, habían pasado tres años de la muerte de su padre, y su madre, trataba de ser la mejor, pero aun no aprendía a estar sola.

Llego al aeropuerto y tomo un taxi, y llego al hospital, llamo a su madre y dijo —mamá, estoy por llegar— su madre dijo —hijo, tranquilo, tu hermana esta bien, esta loca por verte.— su voz ya no parecía tan asustada, y hasta escucho la voz de su hermana al fondo que grito "apresúrate."

Sebastián llego al hospital y al entrar en la habitación de Kara su hermana, ella le sonrió y dijo —tienes un marcador—

le mostro el yeso levantando su mano, y agrego —¿quieres firmarlo?— Sebastián se acerco a ella y le dio un beso en la frente y dijo —te extrañe mucho.— y luego de abrazarla agrego —tienes que contarme, como paso esto—

su madre una señora de vestimenta elegante con un pantalón blanco y una blusa rosada clara, con su cabello suelto ondulado, rubia y de ojos verdes, con un gran porte, los observaba y se acerco, dio las gracias a Sebastián por llegar, dijo —iré por comida—. Sebastián asintió con la cabeza, y pregunto a su hermana, —¿te duele?,— Kara contesto —Me dolería menos si me compras un chocolate enorme, oye ¿te quedaras?—pregunto la dulce niña con una mirada llena de alegría e ilusión al ver a su hermano Sebastián contesto —claro que si, me quedare unos días. Y creo que ya es hora de irnos a casa.

Kara era una niña de nueve años, rubia, y sus ojos cafés, le encantaba patinar, Sebastián le había regalado sus primeros patines hace tres años, era muy dulce y amaba a su hermano mayor.

Llegaron a la mansión, era una casa, realmente enorme llena de lujos, solo el jardín era gigantesco y colorido, mientras estaban en la entrada vio otra casa igual de enorme justo al frente, y volvió su rostro rápidamente, su madre noto la nostalgia en su rostro, entraron al hermoso lugar, y Sebastián paso la tarde entera con su hermana, hasta llegar la noche, El le leyó un cuento, su madre llego a la habitación de Kara y Sebastián dijo —se quedo dormida,—

hizo señales a su madre para que lo esperara afuera, y acobijo a Kara le dio un beso en la frente y apago la lámpara de noche que tenia la forma de una bailarina.

Salió de la habitación y camino con su madre por el pasillo con un silencio incomodo hasta que su madre dijo

—prepare tu antigua habitación—

El entro y toco su escritorio, abrió su armario bajo una pequeña caja y saco las fotos, en todas estaba Stephanie, su madre agrego —no cambie nada desde que te fuiste a Alemania,—

el dijo —desde que mi padre me envió lejos,— su madre, agrego —tu padre solo quiso protegerte—

Sebastián se altero y dijo —¿protegerme?, dime una cosa tu...— el respiro profundo para calmarse un poco y siguió —¿porque no me dijiste que Stephanie perdió la memoria en el accidente?—

su madre se quedo en silencio y bajo la cabeza El continuo diciendo

—¿lo sabias?... lo sabias y jamás me lo dijiste, te pregunte por ella mil veces, le envié una carta, yo la amaba madre, ella es el gran amor de mi vida, te imaginas cuanto sufrí al saber que fui yo el causante de su dolor, y al dejarla e irme lejos, el no saber nada de ella—

Sebastián luego de tranquilizarse un poco y soltó las palabras escalofriantes para su madre —la encontré— su madre se acerco a el y dijo molesta y un tanto preocupada —porque la buscaste, ella, esa muchacha lo único que ha traído a nuestra familia son desgracias,—

—lo que paso con Kyle, yo... yo no lo mate madre, soy inocente—

—tu padre te envió lejos, por eso el solo quiso lo mejor para ti, sabes a cuantas personas les tuvo que pagar para que no hubiera un juicio Alex.—

—ese ya no es mi nombre madre, también me lo arrebataron,—

—jamás dijiste lo que paso esa noche, estabas cubierto de sangre, dímelo hijo, dime que paso.—

—solo hay una persona que tiene derecho a saber lo que paso ese día y lastimosamente no recuerda siquiera quien es Kyle.—

Sebastián tomo su abrigo y dijo —dile a Kara que vendré por ella en la mañana.— después de eso salió de la casa tomando el auto de su padre.

Se hospedo en un hotel muy cerca de su casa, su teléfono no tenia carga, y quiso escribir a Stephanie, comenzó diciendo

"hay algo que tienes que saber".

Luego borro el mensaje y bloqueo el teléfono ya solo tenia el cinco porciento de carga, el reloj marcaba las once de la noche, Sebastián tomo un baño y en lo único que podía pensar era en Stephanie, su sonrisa, sus ojos, su cabello, comenzó a pensar, en el día en que ella lloro por el divorcio de sus padres, y en lo mucho que le gustaba ir a los juegos mecánicos, en su cabello despeinado, se quedo recordándola hasta que sus ojos se cerraron.


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