El lazo de la Luna (Higuel)

-01 El inicio del Destino-

¿Qué tan poderoso puede llegar el amor? ¿Es peligroso enamorarse la primera vez? Esas preguntas son las más difíciles de contestar con simples palabras, las acciones son las que más me podrían dar la respuestas que busco.

-Despierta, por favor Chinito, abre los ojos- las lágrimas corrían por mis mejillas, se combinaban con las manchas de sangre que había tomado hace unos segundos, mis ropas estaban destrozadas, mi cuerpo tenía marcas y sangre que corría por mi ser. Y en mis brazos yacía un joven de rasgos asiáticos, inmóvil, su aliento era débil, heridas en su piel pálida dejaban ver ataques feroces,no podía abrir sus ojos a mis llamados.¿Qué más podía hacer?¿Qué debería hacer para salvarle? ¿Alguien me escucha?.
Mi mirada de pronto se enfocó al cielo, donde la Luna llena estaba siendo testigo de todo esto, mi lágrimas habían parado, algo dentro de mí estaba llamando a hacer el último recurso, miré de vuelta y acaricie su pálida mejilla- Eso es lo que debo de hacer.....

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¿Creían que aquí comenzaría todo? Eso mismo lo pensé, pero esto tiene un inicio para esta tragedia que me rodea. Mi nombre es Miguel Rivera, acabo de cumplir los 22 años de edad, y no soy cómo los jóvenes normales, yo pertenezco a la Tribu del Colmillo Blanco, una tribu de hombres lobo. Lo más seguro se preguntarán cómo es que aún existimos en este mundo, mi familia siempre ha estado oculta por generaciones, ¿Y porqué?, siempre hemos temido de los humanos, nuestros ancestros decían que eran temibles y despiadados, odiaban horriblemente  nuestra existencia. Si alguno pudiera encontrarte o supiera de que eras un hombre lobo, tenías escrito tu muerte sin dudar. Todo el tiempo hemos estado mudandonos a diferentes bosques, yo nací en los bosques a las afueras de Santa Cecilia en México, pero un grupo de personas nos descubrió y reunió a todo el pueblo de exterminarnos, yo en ese entonces tenía unos 13 años cuando eso pasó, así que tuvimos que ir moviéndonos más al Norte. Hace un par de días llegamos a la ciudad de San Fransokyo, era tan fantástico y fuera de este mundo, tenía tantas ganas de ir a echar un simple vistazo pero, mi familia se opuso y me impidieron acercarme a la ciudad.

Así que actualmente nos refugiamos en un bosque que esta a unos minutos de la ciudad, es demasiado tranquilo, no se ven muchos humanos que anden por estos andenes. Mi familia es muy sobreprotectora en ese aspecto pues la tribu del Colmillo de plata, quién son la primera familia de hombres lobo que ha estado en los tiempos, una orden de ellos se debe cumplir al pie de la letra, jamás debemos de desobedecer y mucho menos actuar en contra de ellos. Y así es cómo estamos lejos de la sociedad y ocultos entre las sombras de los humanos.

-Ey, Miguel- una mano paso por mi rostro llamando mi atención. Cuando al fin reaccione, miré a la persona que me llamaba, era mi hermana pequeña Socorro, o cómo le llamamos en mi familia Coco, era una niña llena de alegría, ya a sus 9 años es muy apegada a mí. Hace poco comenzó a presentar ya sus primeras transformaciones, así que yo le he ayudado a controlarlo muy bien, y cómo hacerlo cuándo es necesario.

-¿Qué pasa Coco? Me quede pensando..-le di una sonrisa leve, y ella sólo me respondió con un puchero.

-Te estaba diciendo, ¿Cuándo ibamos a irnos al río para entrenar?.

-Ah...eso...pues si gustas vamos ahorita, ve trae tu mochila anda.

-¡¡¡yeeeeii!!! Ya vengo- se fue corriendo gritando feliz, pero entonces en mitad de su camino parece que chocó con alguien.

-¡Arre Chamaca!¡Aguas!- ese que gritó fue mi primo Marco, él fue quién me ayudó también a controlar mis transformaciones, pero él es poquito temperamental, todas las veces cuándo algo le sale mal, arroja cosas o de va a golpear algunos árboles. Pero de allí, es un buen chico, es muy apegado a mamá Elena mi abuela, ellos parecen uña y mugre cuando están juntos.- ¿Oye qué trae la Coquito?