Su mirada era vacía, su respiración agitada, y el dolor recorría todo su cuerpo, mientras observaba aquellos ojos que le gustaba tanto, viendo su reflejó en estos.
Sus manos estaban atadas a su espaldas, ya casi ni las sentía, sus muñecas estaban lastimada, hasta creería que lo que sentía pegajoso en ellas era sangre. Su interior dolía, pues sabía que entre las tantas golpizas que se le fueron otorgadas, entre ella, hubo uno que otro hueso fracturado, peor si partido.
El pelo de la peli-azul cubría parte de su cara, mientras observaba hacia el suelo, a la chica que ya no parecía ni viva ante ella. Sentía un dolor inmenso, pues apesar de que todo empezó con un secuestro, jamás le había hecho daño, y ahora, le tocaba arrebatarle la vida, pues ya el día límite de entrega había acabado.
– Hazlo si lo vas a hacer – La devil y quebrantada voz de la castaña se escuchó, mirándola sin parpadear.
Poché levantó la mano, dejando que la boquilla de la pistola, se presionará en la frente de la menor.
– ¿Alguna última palabra? – La peli-azul musitó entre dientes, sintiendo la presión en su pecho.
Este es el peor día de su vida, pues le han comandado que le arrebate la vida, le quite la vida a la persona que ama, a sangre fría.
Calle la observó por unos micro-segundos, y sonrió – Te amo – Fueron las palabras que salieron de la boca de la chica.
Aquellas palabras, que causaron un va y ven dentro de la peli-azul, haciendo una acción que la atormentará por el resto de la vida.
El sonido del gatillo, retumbó en aquellas paredes sucias de aquel sótano, la mano de la peli-azul por primera vez en su trabajo, temblaron, con un nudo en la garganta.
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Cortos de Calle y Poche
RandomSon pequeñas historias, normalmente de un capítulos de la pareja.