Actua como lobo

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– ¿Vuelve a repetir que fue lo que le sucedió a Poché? – Calle preguntó llevando su mirada hacia la doctora, mientras escuchaba atenta junto con el padre de la mencionada.

– Simplemente se ha desmayado luego de que un tipo de perro la mordiera, todo se ve normal por lo cual no entendemos la razón de porque haya quedado en coma por tanto tiempo, pero acabo de despertar – La doctora comentó hundiendo los hombros.

La castaña asintió, terminando de hablar con la mayor y caminando hacia la habitación donde se encontraba la peli-azul. Tocó varias veces la puerta, antes de que escuchará la voz de la chica, dejándola pasar.

– ¿Como te sientes? – Calle comentó una vez entre, quedándose congelada al frente de la puerta, viendo a la chica observando hacia ella con unos ojos de lujuria y hambre.

La castaña cerró la puerta detrás de ella con un poco de miedo – ¿Estás bien? – volvió a preguntar, viendo como Poché olfateaba el aire, dejando salir un gruñido.

Está se levantó de la camilla, retirándose cualquier cable que tuviera encima, dando un salto hacia la castaña, haciendo que ambas cayeran al suelo. Calle aguanto la respiración observando con terror como la chica la olfateaba.

Un sonrojó se hizo aparecer en su rostro, cubriendo su mejilla completa, al sentir la chica rozar su lengua por su cuello, dejando salir un gemido ahogado de los labios de la castaña.

– P-Poché – Está gimió al sentir los dientes de la chica en su piel, donde se ubicaba su punto débil, seguido por varios roces con la lengua.

Poché subconsciente intento de controlarse, pero el rostro atractivo de la castaña y el dulce aroma que está dejaba exponer, lo hacía difícil. La pierna de la peli-azul se movió, rozando la entre pierna de la chica, causando un gemido más alto, a lo que causó que el instinto de lobo de la chica tomara control.

Está movió sus manos, dejando ver unas uñas que le habían aparecido, desgarrando la camisa de la chica.
Bajo llevando sus labios hacia los pezones de la chica, dejando que los gemidos de esta fueran opacados por los dedos de su mano, los cual mordía para prevenir llamar la atención.

Está succionó, mordió y lamió los pezones de la chica, dejándolos sensibles y duros. Dejó de masajear uno de los pechos, mientras bajaba su mano, rozando sus manos por el torso expuesto de la chica, causando que los pelos de la chica se erizarán, recibiendo continuas ondas de tentación.

Al llegar a los pantalones de la chica, Calle forcejeo con su ser, intentando permaneces consiente de dónde se encontraba, llevando su mano hacia la de la chica, para detenerlo, recibiendo un gruñido amenazador de la chica, quien con la otra mano, agarro las de la chica, y las junto encima de la cabeza de la castaña.

– P-Poché, p-p-por favor, estamos... – Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de la mencionada, quien la atacó con un beso hambriento, aprovechando y introduciendo su lengua, explorando la boca de la chica.

Un beso que al romperse, dejó a la castaña jadeando con un descontrol respiratorio, mientras con sus ojos dejaba reflejar lo aturdida que estaba.

Poché siguió bajando, besando y mordisqueando un camino hacia su entre pierna, donde se detuvo, rompiendo sin piedad el pantalón de la chica. Al tener una vista completo de la área rosa de la chica, está sonrió relamiéndo sus labios, acercándose mientras olfateaba el olor de la chica.

– Po-Poché esto es tan vergonzoso – Calle protestó, cubriendo su rostro con sus manos.

La castaña cayó media sentada, dejando salir un gemido alto, al sentir la humeda y caliente lengua de la chica, dar un largo recorrido en su entrada. La chica cayó nuevamente al suelo, gimiendo mientras Poché lamía su entrepierna, cada vez más brusca y con rapidez, introduciendo su lengua en el interior de la chica, dejando salir un sonido incoherente de satisfacción, al sentir el líquido de la chica en su boca, una vez está llegó a su límite.

Poché aún sin parar, siguió moviendo su lengua, usando sus manos para mantener los muslos de la chica abiertos, mientras la devoraba, como si fuera su plato de comida favorito.

Varias horas después, el padre de Poché entro en la habitación, viendo a Calle en la camilla sentada, usando una sábana para taparse, su rostro cansado, mientras dejaba su mano débilmente acariciar la cabeza de la chica, mientras que Poché estaba hecho una bolita al frente de la chica.

La peli-azul al sentir el invasor, se levantó gruñiendo y caminando en sus cuatro patas, mirando amenazadoramente al intruso, pues nadie le iba a robar lo que era de ella.

Cortos de Calle y PocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora