Cortos de Calle y Poche

Ternura Suave

Calle tenía un puchero en el rostro, mientras observaba a Poche, quien se encontraba en el suelo sin poder para de reírse.

- No puedo creer que me hayas hecho esto – La castaña comento molesta, cruzando las manos.

Una sensación extraña en su cabeza, dejaba destacar lo molesta que se encontraba, mientras la cola a sus espalda se movía bruscamente.

– Pero te ves adorable, además, no pensaba que fuera a funcionar – Poche comento un poco apenada, mientras se incorporaba, sacudiendo su ropa.

Su vista se posó en la castaña, sonriendo de ternura al ver a la chica, sentada en la mesa de metal cruzando las piernas. Unas orejas de gatos de pelaje negro se hacían presente, agachadas al estar molesta con la peli-azul, mientras una cola del mismo color, más peluda se movía a sus espaldas.

Calle desvío su mirada hacia el lado, frunciendo el ceño, dejando que la pequeña nariz rosita diera una leve contracción nerviosa, mientras sus mejillas se bañaban de un leve pigmento rosita.

Poche sonrió de lado, colocando la varita mágica que sostenía en sus manos en la cama al lado de la menor. Entretanto desapareciendo la distancia que había entre ambas, dejando que una de sus manos se alzara y con delicadeza tocara con un roce gentil una de las orejas de la contraria. La castaña se tensó, el movimiento de su cola deteniéndose, mientras el sonrojo aumentaba.

-N-no m-me t-toqu...- Calle tartamudeo, interrumpiendo su reproche al momento que Poche aumentaba sus caricias, haciéndola relajarse, olvidándose de lo que estaba pasando, mientras se dejaba hundir en la placentera sensación.

En leve ronronear comenzó a desprenderse del pecho de la castaña, causando que ambas se sorprendieran, con dicho sonar. La castaña al no querer ver el rostro de la otra, solo escondió su rostro en el pecho de esta.

- M-me l-las vas a p-pagar - Calle murmuró entre dientes, sin protestar la caricias de la peli-azul.