Diferentes manadas

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Esa noche llovía, cuando los gruñidos se hacian presentes en la atmósfera, odio, desprecio en ambos bandos, mientras sus miradas dejaban reflejar el fuego de la guerra que a poco se iba a desatar.

- ¿Donde está tu hija, Juan Carlos? Pensé que era responsable en su deber - El lobo de pelaje marrón gruño, acercándose hacia el nombrado.

- Ella es responsable, y sabe lo que tiene que hacer - El mencionado gruño, aquel lobo con pelaje gris, acercándose.

Ambas se detuvieron en el centro, observándose con una mirada de rabia.

- Tenían hasta luna llena, y mi hijo se casaría con la tuya para unir las manadas Juan Carlos, que ocurre que no está aquí - Este gruño, impacientandose.

Cuando Juan Carlos fue a comentar, un dos aullidos se hicieron presentes, llamando la atención de todos los presentes.

- Que hace mi Poché con una Omega - Juan Carlos comentó, levantando una ceja.

Ambas lobas miraron a la manada, una de pelaje blanco perla, el cual destacaba el color verde hierba de los ojos, los cuales mostraban decepción y desesperó; era una alfa, futura líder de la manada, hija mayor de Juan Carlos y la más hermosa de su lado. La otra que la acompañaba, era una loba con un pelaje negro noche, sus ojos eran únicos, pues el pigmentos que estos tenían eran un rosado oscuro, que mostraban miedo, y a la vez determinación; era una Omega, hija menor de Germán, la más pequeña en la familia, pero la más adorable y hermosa en esta.

- ¡ESTA GUERRA ES INÚTIL! - Poché grito fastidiada, saltando fuera de la roca, cayendo en sus cuatro patas en el suelo, a lo que la menor, se decidió tomar todo su tiempo en bajar, pues no era tan ágil como la mayor.

- ¿Donde has estado? - El padre gruño, caminando hacia ella, y lambiendo su mejilla.

- Una larga historia, solo diré que nos secuestraron, creyendo que Calle era macho para juntarnos - Está admitió, a lo que la manada le gruño a la Omega - No la toquen - Está añadio en un gruñido.

- ¿Vamos a juntar las manadas, o no? - Germán gruño.

Poché asintió - Estoy dispuesta a continuar con mi responsabilidad como futura lider de la manada, pero no me juntare con Sebastián, quiero parearme con Calle - Está admitió, haciendo que todos jadearan incrédulos, y la madre se desmayara.

- ¿Un alfa y un Omega? - Juan Carlos comentó.

- Yo también me he enamorado de una Omega - Sebastián comentó, saliendo de detrás de su padre, viendo a Valentina, quien tenía una sonrisa en el rostro.

- Un alfa y un Omega - Este volvió a comentar incrédulo.

- ¡ESTO ES ALGO INACEPTABLE! - Germán gruño - ¡LAS TRADICIONES NUNCA FUERON ASI, Y ES ALGO QUE NI PERMITIRE! - Este dejaba salir rabia en su tono - ¡SU VALLE SERA NUESTRO! - Este aulló, dando señal para que la guerra comenzará al momento.

Entre mordidas y gruñidos, el ambiente se apoderó de rabia y odio nuevamente, mientras en el medio se encontraban dos parejas, con terror en sus ojos, los mayores se observaron, y con dolor gritaron al mismo tiempo.

- ¡NOS JUNTAREMOS! - Haciendo que todos se detuvieran.

- Acepto juntarme con Sebastián, ya paren era ridiculez - Poché gruño, y Sebastián asintió.

Ninguno de los dos querían observar las expresiones de las dos pequeñas, sabiendo que la decisión las habían destrozado. Pero por otra parte, las manadas se juntaron, ambos bandos contentos, mientras comenzaban a caminar hacia el valle de la manada de Juan Carlos, donde se convirtieron en humanos, poniéndose la ropa y preparándose para la ceremonia.

Cortos de Calle y PocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora