Cortos de Calle y Poche

Bajo la lluvia

Calle caminaba hacia la casa, era de noche, y estaba lloviendo. El frío se apoderaba de su cuerpo, pues se le había quedado la sombrilla en la casa, y tenía que caminar bajo la lluvia, ya que ninguno de sus amigos estaba disponible para buscarla.

Su concentración con sus pensamientos, fue destruido, al escuchar el llanto de un animal. Está se detuvo, observando a su alrededor, buscando con la mirada el causante de tal llanto.

El sonido se volvió a escuchar, y está se percató de un pequeño monte blanco debajo de uno de los arbustos, el cual se comenzó a mover.

- ¿Pero quien anda ahí? - Está comentó, caminando hacia este.

Una vez cerca pudo divisar el rostro de un canino, pero al ser oscuro, no pudo verlo bien a lo cual solo decidió en hablarle.

- Pobrecito, tan solito bajo este aguacero - Está musitó - Vente conmigo, al menos hasta que esto pare - Añadio, dejando su mano recorrer por la cabeza del animal.

Este volvió a sollozar, antes de levantarse siguiendo a la castaña, está no se percató del tamaño de este, pues estaba más pendiente del camino.

Una vez llegó a la casa que entró, sin mirarlo ordenó que se quedará en la entrada mientras se dirigía a buscar unas toallas. Luego de encender varias luces y buscar la toalla, regreso hacia donde el canino, quedándose paralizada al ver a este con mejor detenimiento.

Este tenía un pelaje blanco nieve, con los ojos verde hoja brillante, su tamaño era exagerado para un perro normal, y su expresión más fría. Su cuerpo temblaba levemente, mientras se le notaba el cansancio en sus ojos.

- ¿Que diablos hace un lobo en Bogotá? - Está comentó incrédula, antes de ver como el lobo se desplomaba en el suelo, su cuerpo cambiando poco a poco de forma, hasta dejar expuesta a una chica, más o menos de su edad, desnuda con varias raspones en todo su cuerpo, algunos frescos y otros viejos; el cabello blanco y negro, que descansaba un poco cerca a la mitad de su espalda.

La chica se quedó inconsiente en el suelo, mientras la otra se quedaba estupefacta - ¿En que diablos me he metido ahora? - Está se preguntó incrédula, mirando a su alrededor antes de caminar a la chica, y tomarla en sus manos, rodeando le la toalla