Poché se acostó en la cama, sus mejillas ardiendo mientras escuchaba la voz de Calle por el celular, pues ya llevaban un rato bastante largo hablando.
– Sabes, manzana es nuestra primera cita como novias – La castaña comentó, su tono suave y de ensueño.
Poché se acomodó en la cabaña, abrazando un peluche; un osito panda con un corazón.
– Si, solo pensar en ello, hace que mi corazón se acelere – Está musitó, algo nerviosa, aguantando las ganas de gritar.
– A mí también – Calle comentó dejando una risita escucharse luego – Te amo –
Poché abrió los ojos, mientras su corazón daba una vuelta – También te amo, Calle – Está comentó con una sonrisa estupefacta.
Luego de decirse sus buenas noches, colgaron, a lo que Poché al fin dejó salir un grito emocionada, mientras abrazaba el peluche y pataleaba.
Cuando se logró calmar se levantó, buscando y recogiendo las cosas que se iba a llevar, antes de para en seco.
– ¡¿QUE ME VOY A PONER!? – Grito algo alterada, causando que Valentina se asustara al otro lado de la casa.
Poché busco entre sus ropas, combinándolas y parándose en el espejo, haciendo una mueca de desagrado.
– Esto es algo que normalmente me pondría, que joder, va a pensar que no me interesa – Está comenzó nerviosa, caminando de un lado a otro.
Valentina entro a la habitación – ¿Que te sucede? – este preguntó levantando una ceja.
– Mañana voy a salir con Calle, y no sé que ponerme – Está dijo nerviosa, sentándose en la cama.
– Pero, simplemente es con Calle, ¿cual es el problema? – Está volvió a preguntar.
Poché se quedó callada, su rostro poniéndose cada vez más roja.
– Okay, si quieres te puedo prestar algo de mi ropa – Valentina comentó, entendiendo lo que sucedía – Solo no se te ocurra levantarme, está finalizó marchandose a su habitación.
Al otro día, Poché se encontraba caminando hacia donde se iban a encontrar, visualizando a la castaña desde lejos. Una vez cerca sonrió, y con nerviosismo, hablo.
– ¿Como me veo? – La peli-rosita preguntó, con timidez no mirando al rostro de la castaña.
Calle simplemente se le quedó mirando – ¿Podemos irnos a casa? – fue lo único dijo.
Poché trago hondo, sintiendo que la iba a dejar a algo por el estilo, a lo que Calle se sonrojo carmesí, abrazándola.
– Lo siento, es que estás tan hermosa que no quiero que más nadie te vea – Está confesó, sin mirar a la chica.
Poché sonrió, y asintió.
Al llegar a la casa de la castaña, ambas se sentaron en la habitación de la chica. Calle se quedó observando a la peli-rosa, viendo como se sonrojaba.
– Lamento dañar nuestra cita – La castaña murmuró.
– No importa, mientras esté contigo está bien – Poché admitió.
– ¿Puedo... Puedo besarte? – Calle preguntó nerviosa, a lo que ella la otra, solo asintió.
Calle se inclinó hacia al frente, llevando una mano a la mejilla de esta y besándola.

ESTÁS LEYENDO
Cortos de Calle y Poche
RandomSon pequeñas historias, normalmente de un capítulos de la pareja.