No te metas con ella

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– ¿Te sientes tan patética sin tu pulgoso novia? – Sebastián comentó con una sonris, agarrando a la castaña por el cuello, alzando la contra la pared, haciendo que la chica no lograra tocar suelo – Tú y tu padre me tienen hartó, nadie los quiere en estos lugares, no se porque mierdas estás aún aquí – Este gruño fastidiado, apretando el agarré.

Calle llevo sus manos a la mano de este con desesperación, intentando soltarse del agarre mientras pataleaba a falta de aire, su respiración cortándose.

– Yo mismo me haré cargo de que tú maldita sangre se riegue por este suelo – Este musitó entre dientes, dejando salir sus garras.

Un pulsante dolor fue apoderándose en su costado, siendo bruscamente tumbado al suelo, soltando a la castaña quien cayó sentada en el suelo, jadeando y tosiendo por la falta de aire.

– ¡¿QUE MIERDAS TE PASA OMEGA?! – La furiosa voz de aquella loba blanca se escuchó por todo el lugar, dejando sus colmillos manchados de sangre y llenos de saliva mostrarse – Esta será la primera y última vez que te meteras con ella – Está advirtió en un tono bajo y ronco, causando un escalofrío en el chico.

Pero esto no es algo que lo iba a hacer detenerse – ¡ELLA NO ES UNO DE NOSOTROS! – Este gruño, sintiendo el dolor en cima de su cintura donde fue mordido por la hembra.

– ¡PERO ES MI PAREJA! ¡ME VALE MIERDA QUE NO SEA LOBA! ¡ELLA ES MIA Y PUNTO! – Está le volvió a gritar, colocándose en posición de ataque, al frente de la castaña, para evitar que cualquier otro dato fuera causado en la castaña.

– ¡Sebastián! ¡María José! – La voz de Juan Carlos se escuchó, ronca, profunda y molesta – Ya dejen de actuar como niños, tú vuelve con los Omegas y tú, señorita deberías actuar más decente – Este finalizó acabando la disputa entre ambos jóvenes.

– Más decente ni que mas decente, llegó a verle cerca de Calle, le rompió el cuello – Poché musitó caminando hacia la castaña, observando a la chica con preocupación, y delicadeza, observando por alguna herida, y olfateando a la chica.

– Poché, ya estoy bien, gracias – La castaña dijo entre risas, antes de sentir que la loba dejaba recorrer su lengua por su cuello – ¡POCHÉ! Sabes que eso es difícil de lavar – La chica protestó, observando cómo la loba blanca, se transformaba en humano, y salía corriendo, deteniéndose para observar a la castaña, retando la con la mirada.

Cortos de Calle y PocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora