TERMINADA
Mi nombre es Emma Marshall. Soy una chica común que vive en Londres. Tengo 15 años, y un hermano con cáncer, pero eso no me detiene, yo sigo poniéndole mi mejor cara a la vida.
¿Quién diría que todo puede cambiar de la noche a la mañana...
Era jueves, mañana Toby saldría del hospital, estaba super nerviosa. No había podido dormir en toda la noche. Me levanté, y me tomé una ducha express. Elegí mi atuendo, y me lo puse:
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Luego de vestirme, y arreglarme un poco la cara, con rubor y máscara de pestañas, bajé a la cocina, donde, de manera inhabitual, estaba servido un desayuno, hecho por mi madre.
- Oh, hola hija. Preparé tu desayuno.
- Ya veo. ¿A qué se debe todo esto?
- No hay una razón específica, solo estaba contenta.
Dejé a mi imaginación por que estaría contenta, y supuse que sería porque Toby saldría del hospital al siguiente día.
Al examinar de qué consistía el desayuno, se me hizo agua en la boca, sí, así de glotona soy. El desayuno consistía en un café con medialunas y cupcakes recién horneados.
Comencé a comer sin delicadeza, ese fue el momento en que me di cuenta que moría de hambre.
Al terminar, mi madre sacó el auto del estacionamiento y me llevó a la escuela.
Era más que obvio que estaba demasiado sonriente, pues al bajar del auto, la gente me miraba raro, como un bicho raro. Estaba hundida en mis propios pensamientos, cuando alguien me interrumpió. Era Aillen.
- Hola, amiga, ¿cómo estás?
- Contenta.
- Lo sé. – Me dio un fugaz abrazo. – ¿Puedo ir contigo mañana?
- ¿Por qué no?
A los pocos segundos aparecieron Michael, Harrison y Tom. A estas alturas todos sabían sobre mi hermano.
- Vaya sonrisa en tu rostro, Marshall. – comentó Hazza. – Ya quiero conocer a Toby.
- Bueno, mañana, está decidido a ir al parque con su traje de Spider-Man. Lo que no sabe es que invité a sus dos mejores amigos de la escuela. Si quieren, pueden ir.
- ¡Genial! Me uno, llevaré mi traje de BatMan.
Michael miró a Harrison con burla. – También iré. Pero no pienso disfrazarme de Thor. - Todos reímos, mientras nos dirigíamos a nuestra clase de Historia.
- Sabes de sobra que estaré allí. - dijo, dirigiéndose Tom a mí. Le dediqué una amplia sonrisa y me dirigí a mi asiento, seguida por Tom.
La clase de Historia consistió en hacer los ejercicios del libro con el compañero que nos asignara el profesor. A mí me tocó con Mike, a Aillen con Tom y Hazza con Tamara, por lo que él estaba sonriente a más no poder.
- Supongo que está de más decir que no tomé apuntes de ninguna clase, ¿cierto? – dijo Michael, con una sonrisa tímida.
Reí. – Tienes suerte de que, primero, me gusta Historia, segundo, eres el novio de mi amiga, y, tercero, eres mi amigo. Ah, cierto, también porque estoy felíz por ya sabes qué.