TERMINADA
Mi nombre es Emma Marshall. Soy una chica común que vive en Londres. Tengo 15 años, y un hermano con cáncer, pero eso no me detiene, yo sigo poniéndole mi mejor cara a la vida.
¿Quién diría que todo puede cambiar de la noche a la mañana...
Verlo me hizo sentirme bien. Hizo que algo dentro de mí que siempre estaba inquieto se calmara. Verlo significó que él estaba bien, que se había despertado del coma y había seguido adelante.
Pero... ¿Qué habrá pasado cuando se despertó? ¿Habrá pensado en mí?
Traté de espantar esos pensamientos de mi cabeza. Miré la hora, eran las 3 a.m. Genial, me había trasnochado pensando en Tom, y en todo lo que había pasado.
Por si tienen dudas, luego de que me fui de Londres, no volví a hablar con él, ni siquiera me enteré cuando se despertó, sino hasta que lo vi en la pantalla grande. Tampoco me hablaba con Hazza y Mike. Con la única que seguía en contacto era con Aillen, ya que era mi mejor amiga desde que eramos pequeñas.
Traté de volver a dormir, en vano. Di vueltas en la cama hasta que se hizo se día. Una vez que escuché ruidos del otro lado de la puerta, salí de mi habitación.
- Hola, Emm. – Era mi padre.
- Hola.
- Sabes... Creo que deberíamos hablar con Matthew sobre todo este asunto de la renuncia.
No terminó la oración que tocaron a la puerta. – Yo voy.
¿Quién podría ser a las 7 a.m.? Fui a la entrada y abrí la puerta. – Marshall, dime qué es eso de que renunciaste. – Era Matthew.
Matthew era mi manager, representante, como prefieran llamarlo.
- Así es. ¿Hay alguna oferta de trabajo que siga en pie de cuando dependía de la asquerosa empresa Díaz?
- No lo puedo creer. – dijo, alarmado, y con una voz chillona.
- Pues empieza a creerlo, y, por favor, responde mi pregunta.
- No lo sé, debería revisar mi agenda. Esto no quita que esté enojado con tu decisión.
Hice caso omiso a lo último, y fui a la cocina. Desde allí grité. – Emma: ¿Quieres desayunar con nosotros? Así hablamos un poco de lo que pasará de acá en adelante.
- Ok, pero sigo enojado.
- Matthew, ya entendí. Bien, hablemos de la vida personal. ¿Cómo vas con John?
- Pff. Ni me hables. Descubrí que me engañaba con otro. Cortamos.
- ¿En serio? Qué estúpido. Se pierde una bomba. – dije, mirándolo pícara. Él sólo rió.
- No comenté lo mucho que me gusta tu cabello. ¡Se ve sensacional!
- Gracias. – Seguimos hablando de cualquier cosa, hasta que Matthew recibió una llamada. Al cortar, volvió a sentarse. – La gente está empezando a enterarse. Ya tengo varias ofertas. Luego te diré cuáles son las mejores y cuáles son las que no te "cortan las alas". – dijo, sarcástico, y se paró de su asiento, para dirigirse a la salida.
Al irse, volví a mi habitación y agarré mi celular. Comencé a ver notificaciones, hasta que noté que tenía una notificación de Instagram de la Compañía Díaz.
Rayos. Debía dejar de seguir aquella cuenta.
1063 723k 489 publicaciones seguidores seguidos
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.