TERMINADA
Mi nombre es Emma Marshall. Soy una chica común que vive en Londres. Tengo 15 años, y un hermano con cáncer, pero eso no me detiene, yo sigo poniéndole mi mejor cara a la vida.
¿Quién diría que todo puede cambiar de la noche a la mañana...
Hoy era uno de esos días que tenía que ir a grabar o a tenes reuniones en la compañía Díaz. Era sábado, y el día era bastante caluroso.
Me levanté de la cama y fui directamente a bañarme. Al salir de la ducha, me di cuenta de que no había elegido mi atuendo, por lo que enrollé la toalla en mi cuerpo y salí corriendo del baño a la habitación, para que nadie me vea.
Busqué ropa por un buen rato, pues no sabía qué ponerme. Terminé optando por este conjunto, para dar una buena impresión:
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(Todo menos el collar)
Bajé las escaleras y fui a la cocina. Como era de esperar solo estaba mi padre, pues Toby seguía durmiendo, puesto que era sábado.
Al terminar de desayunar, subimos al auto de mi padre, y me llevó a los estudios. Luego de dejarme en la puerta, se fue.
- Hola, Emm. Te ves muy bonita. – comentó Mariana.
- Gracias. Tú también lo estás. Quise decir, siempre te ves bonita, pero hoy te ves... – Estaba un tanto nerviosa. – Mejor me callo.
Ella rió ante mis actos, y entramos al edificio. – Bien, hoy no tenemos que hacer ninguna grabación, pues no terminaron de escribir la próxima canción. Puesto que no está Damián, se me ocurrió que podemos pasar una tarde juntas, para conocernos mejor.
- Eso sería genial. – Le sonreí y nos dirigimos a la cafetería.
Pedimos un café y donas, y luego nos sentamos en una mesa alejada de la puerta.
- Bien, podemos empezar por lo básico. ¿Cuál es tu pasatiempo favorito? – me preguntó, atentamente.
- Antes de volverse profesional, mi pasatiempo era cantar. Ahora supongo que es comer. – Ambas reímos ante mi comentario. – ¿El tuyo?
- Pues... Me gusta mucho mirar series, y jugar al tenis.
- Interesante.
Así pasamos la tarde hablando de cualquier tema, hasta que la pregunta del día apareció. – Y bien, Emm. ¿Tienes novio?
Al escuchar eso, derramé mi café, traté de disimular y me limité a limpiarme, mientras pensaba en una respuesta. – Eh... No del todo.