Capítulo 01: Feliz cumpleaños

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Landon

Tomé los papeles y suspire exaspero, escuché como tocaron la puerta de la oficina así que di el pase.

—Señor Evans, hoy es 19 de Julio.— me dijo la señorita Steel con la vista en el suelo, a pesar de tener 6 años trabajando conmigo jamás se había atrevido a mirarme a los ojos.

¿19 de Julio?

—¿Y? ¿Qué tiene eso de relevante, señorita Steel? Es un día laboral como cualquier otro.

Noté un leve sonrojo en su rostro —Es el cumpleaños de su madre señor.

¡El cumpleaños de mi madre!

Mierda, lo había olvidado por completo, me iba a matar si se enteraba, necesitaba improvisar.

—¡Joder!— tome mi chaqueta y cerré mi portátil —Cancelé todas mis juntas señorita Steel.

—Señor Evans el pastel lo tendrá que recoger atardeciendo.

—¿Pastel? ¿Qué pastel?

Ella me dio una mirada incrédula —La semana pasada usted me pidió que le mandara a hacer especialmente un pastel para su mamá.

Me detuve un momento negando con la cabeza —Soy un imbécil.

¿Cómo me había podido olvidar del cumpleaños de mi madre? Tanto trabajo me estaba estresando demasiado y haciendo que me volviera un idiota.

Pero prefería meterme en el trabajo que pasar mi tiempo libre atormentándome con los recuerdos.

Habían pasado cinco años desde aquello y aún seguí doliendo como si hubiera sido ayer. Su recuerdo seguí atormentado todas las noches y haciendo una fuerte opresión en mi pecho.

[...]

Entré a la pastelería, tenía un ambiente cálido y hogareño, y desprendía un olor delicioso pastel. Había personas por todos lados, horneando y atendiendo pedidos.

Me acerqué a una señora que parecía ser la recepcionista —Vengo a recoger un pastel, mi asistente lo encargó la semana pasada.

—¿A nombre de quién?

—Landon Evans.

Llegó una mujer un poco más joven y colocó una caja encima de la mesa, la señora que me había atendido trajo una caja igual. No le di importancia y revisé mi móvil, ya era tarde, pero todavía encontraría despierta a mi madre.

—Aquí está.— me dijo la señora tendiendo la caja en una bonita bolsa que decía "Feliz cumpleaños"

Le entregué mi tarjeta, después de cobrar me la devolvió y por fin pude salir del local e ir directo a la casa de mi madre.

El mayordomo me abrió la puerta, la vasa se encontraba en silencio y mis padres se encontraban solos en el comedor.

Tal vez ya la habían venido a visitar mis primos y tíos, pero ya era tarde y ellos ya se habían marchado.

Al llegar mi madre me dedicó una mirada de reproche, sonreí inocentemente —¡Feliz cumpleaños!

—Pensé que lo había olvidado, ahora que ya es más importante tu trabajo que tu familia.

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