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Capítulo 28: Reconciliación

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Creo que no tengo nada que decir con el título del capítulo es más que suficiente. Espero que lo disfruten y la puedan brindar todo su amor, y estoy segura de que es es el capítulo que todos hemos esperado.

PD: Necesito que vean el video de la canción porque la letra es muy importante y le queda a la perfección a la novela.

Los AMO y nos leemos después.

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—¡Hola mami!— saludaron mis niñas al llegar al cuarto y saltaron en la cama más emocionadas de lo normal.

—Hola princesas ¿Cómo amanecieron?

Las dos se dieron una mirada cómplice y después me sonrieron —Muy bien.— contestaron al unísono.

Me mordí el labio curiosa, tenia el presentimiento de que me estaban ocultando algo —¿Qué están tramando, niñas?

Volvieron a contestar al unísono —Nada.

—¿Seguras...?— antes de seguir interrumpiéndolas Chad entro a la habitación.

—Buenos días hermanita, tengo algo para ti.— me tendió un sobre y una bonita caja, dudosa lo acepte.

—¿De buen humor y dándome regalos? ¿Quién eres y que hiciste con mi hermano?— me dio una mirada de pocos amigos —Ahí esta el Chad que conozco.

—Mejor ábrelo antes de que me arrepienta.

Me reí y hice lo que me pidió, quedé sorprendida al ver el contenido de la caja, era un hermoso vestido color vino con una sola manga y bonitos detalles de pedrería, era realmente hermoso.

Fruncí el ceño —¿Pero cómo...? ¿por qué un regalo?

—Ya sabes un regalo de hermanos, y como ya casi se acerca tu cumpleaños...

—En realidad aún faltan algunos meses.

Chad suspiró frustrado y un poco ¿nervioso? —Solo acéptalo y deja de preguntar tanto.

Me encogí de hombros y abrí el sobre, era un papel donde decía que tenía un día en el spa y de paso un rato en la estética, o eso es lo que entendí en la rápida leída que le di.

Iba abrir la boca para preguntar, pero al ver la mirada que me dio Chad me contuve —Muchísimas gracias, Chad.

El me dio una sonrisa —Yo que tú me daba prisa para no perder la cita.— me guiño y ojo antes de salir acompañado de las niñas.

Me quedé un tanto confundida, parecía como se tuvieran algo entre manos, no le di tanta importancia y comencé a alistarme.

[...]

Estaba embobada viéndome en el espejo y a la vez confundida, había tantas preguntas en mi mente, ¿por qué estaba vestida así? ¿por qué me sentía tan nerviosa? ¿qué iba a suceder esta noche?

Chad entro al cuarto, vestía de una manera formal —¿Estas lista?— asentí —Por cierto, te ves hermosa.

Sonreí, me veía bien, el vestido me quedaba a la perfección y mi cabello hacia un buen contraste, en la parte de arriba se encontraba agarrado en un moño y lo demás caía en rizos.

Mis niñas también se veían hermosas, no sé cómo había pasado pero cuando había llegado mis niñas se encontraban listas, tenían vestidos iguales y peinados también, los vestidores eran rojos con flores que se degradaban conforme subían y unos hermosos moños que adornaban su cabeza.