Capítulo 30: Proposición

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Esperó que disfruten de la lectura.

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Landon

Me apoyé en la mesa del patio y sonreí, era una grandiosa fiesta y ya casi llega la hora del gran momento.

Me sentía tan feliz, desde que Emily me había aceptado en su vida mi vida había dado un giro y cambiado para bien, y ahora que nos habíamos reconciliado me sentía como el hombre más feliz del mundo.

La semana que había paso desde eso habían estado llena de puras alegrías y cariño, y esta vez me encargaría de que esto durará y atesorar a mi familia.

—¿Nervioso?— escuché la voz de mi madre a mis espaldas y sonreí.

—Demasiado.

Sentí como puso una mano en mi hombro —No debes de estarlo, todos sabemos cual será la respuesta de Emily.

Sonreí y apreté la pequeña caja de terciopelo que tenía en la mano.

—Lo sé, pero este nerviosismo que siento no es algo que pueda controlar.— hice una mueca.

A pesar de tantas reuniones y de juntas donde estaban en peligro grande e importantes negocios no me había sentido tan nervioso como en estos momentos.

Escuche la risa divertida de mi madre —¿Quién lo diría, eh? Mi hijo, el gran señor Evans, nervioso por la reacción de una mujer.

Pero no era cualquier mujer, era la mujer a la cual amaba y con la que quería pasar el resto de mi vida.

—La mujer de mi vida.

Mi madre soltó una cuantas lágrimas y me abrazo —No sabes lo que significa para una madre ver a si hijo tan feliz. Te quiero mucho, Landon.

Le devolví el abrazo —Yo más, madre. Pero guarda las lágrimas de felicidad para cuando Emily diga que si.

Se separó de mi y me regaló una sonrisa —Llego la hora.

Había llego el momento, después de una semana de planear esto, había llegado el gran momento.

—Si, las niñas me avisaran cuando Emily esté lista.

En ese mismo momento escuché el grito de mi pequeña Lía, sonreí nervioso, salimos de la casa y caminé en silencio. Vi de reojo a Emily sentada a mitad del patio siendo tapada por nuestras pequeñas, se veían hermosa, era la mujer más hermosa de la fiesta.

Subí la corta escalera del escenario, sentía mi corazón latiendo a alta velocidad y como mis manos dudaban, una sensación nueva para mi.

Cuando el micrófono estuvo listo les hice una pequeña señal a las niñas, cuando Emily me vio al fin abrió la boca sorprendida y después al darse cuenta de su reacción la cerró.

Respiré profundamente antes de hablar —¡Buenas tardes a todos! Gracias por estar aquí y acompañarnos en esta celebración, esperó que se la estén pasando bien y estén disfrutando de la fiesta.

Sentía la mirada curiosa de Emily sobre mi, sonreí porque ahora si había llegado el momento.

—Si pedí un momento de su atención es porque tengo una que hacerle un pregunta importante a la hermosa mujer que tengo enfrente de mi.

Bajé las escaleras y me ubique enfrente de ella, me arrodillé y saqué la pequeña caja de terciopelo de mis bolsillos, sonreí y la vi a los ojos, ella tenía la mano en la boca y sus ojos se veían cristalinos.

—Emily Western, ¿me haría el honor de casarte conmigo? Probablemente habrá peleas u desacuerdo en nuestro matrimonio, pero me encargaré de borrar cada recuerdo de esas peleas con recuerdos cargados de amor y alegrías.

Lo había dicho, sentía como el corazón se me paralizaba un poco, hasta que vi una sonrisa en ella.

—¡Sí, señor Evans! Claro que sí me quiero casar contigo.

Tomé su mano y le coloqué el anillo en su dedo, después de eso nos fundimos en un abrazo, escuché como los invitados aplaudían.

—Te amo, Landon.

La besé y sonreí cuando nos separamos —Te amo mucho, bonita.

Nuestras niñas soltaron gritos de felicidades y nos abrazaron, cargué a Candy y Emily cargó a Lía.

—¡Esto es tan genial!— grito feliz Lía.

—¿Ahora seremos una familia y viviremos juntos?— preguntó ahora Candy.

Sonreí —Ahora viviremos juntos, y tendremos una gran boda.

—¿Una boda?

—Sí una boda, princesa. Donde tu papá y yo diremos que nos queremos frente que un sacerdote.

Candy río —¿Y después habrá una fiesta?

Me reí y contesté —Una gran fiesta, y ustedes llevarán unos vestidos grandes y bonitos.

—¡Genial!— las dos gritaron al unísono.

En ese mismo momento llegó mi madre —Felicidades a los señores Evans.

Sonreímos los cuatro.

[…]

Después de la felicitación de mi madre, llegaron más y más de todos nuestros invitados. La niñas habían quedado exhaustas y ya se encontraban dormidas.

—Creo que ya llego la hora de irnos.

Abracé a Emily por la cintura y apoyé mi barbilla en su hombro —O nos podríamos quedar aquí, y de paso te enseño mi dormitorio.

Emily se giró y rió —¿Acaso esta coqueteando conmigo?

—Podría ser.

—Le recuerdo que estoy comprometida, señor Evans.

Me mostró la mano donde tenía el anillo, se la tomé y la entrelace con la mía.

Sonreí orgulloso —Que afortunado es su prometido, pero más afortunado soy yo por ser ese sujeto.

Emily enrollo sus manos en mi cuello y me besó, estuvimos así un buen rato.

—Entonces creo que deberíamos de ver ese cuarto tuyo.

Entramos a la casa tomados de la mano, no había rastro de nadie, probablemente mis padres ya estaban acostadas y las niñas igual.

—Pero antes deberíamos de ver a la niñas.

Subimos las escaleras y entramos a la habitación de las niñas, ambas ya se encontraban acostadas y profundamente dormidas.

Emily se sentó en la cama de Candy, imite su acción pero con Lía.

—Esto es lo mejor que hemos hecho juntos.

—Estoy en total acuerdo contigo.

—Son tan preciosas.

—Igual que tú.

Nos levantamos y después de besar en la cabeza a ambas salimos de la habitación.

—Ahora si que tengo curiosidad por ver tu dormitorio.

La tomé de la mano y abrí la puerta —Bienvenida a mi dormitorio, te garantizó que pasarás una gran noche aquí.

Este día definitivamente entraba a mis lista de días maravilloso y especiales.

De Vuelta a ti | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora