¿Por qué el corazón nunca sigue los consejos de la razón?
Mi corazón seguía latiendo desbocadamente igual que la noche anterior cuando Landon me dijo que me amaba a pesar de que mi mente insistía en que recordará en todo el daño que él me había hecho. Tenía que poner la felicidad de mis hijas y mi propia dignidad antes de actuar con el corazón, él me había lastimado y no le había importado mis sentimientos y no sería justo que con unas simples palabras bonitas perdonara todo.
Y además tenía que agregar a todo eso la noticia que les daría hoy mis princesas, me ponía los nervios de punta el solo pensar en cómo reaccionar mis pequeñas respecto a la noticia. Desde el principio estuvo mal mentirles respecto al paradero de su padre, pero sólo eran unas pequeñas niñas y no me atrevía a destruirlas con un tema tan importante como el de su padre.
—¡Mami!— reaccione cuando Candy jalo en borde de mi vestido tratando de llamar mi atención.
Me agache un poco y la cargué —¿Qué sucede?
—Ya vamos a comer pastel.— dijo aplaudiendo repetidas veces emocionadas.
Caminé a los juegos y llamé a todos los amiguitos de mis hijas para partir el pastel y cantarles las mañanitas. Los niños se acomodaron alrededor de la mesa donde se encontraba el pastel y nosotras atrás de éste.
Deje a Candy en el suelo y cada una se posición a mi lado —¡Feliz cumpleaños a Candy y Lía, feliz cumpleaños…— empezamos a cantar pero me quedé a mitad de canción cuando lo vi llegar.
Se veía demasiado bien y camina con una seguridad tan característica de él que lo hacia lucir aún mas atractivo. Llevaba una bolsa rosa en cada mano, unas muy grandes donde supuse que traía regalos para nuestras hijas.
Nuestras hijas, era un poco raro decir esa frase siempre me había referido a ellas como solamente mis hijas, solo mías pero ahora las cosas cambiaban.
—¡Mamaaa!— gritó Lía llamando mi atención, sacudí la cabeza un poco avergonzada y puse toda mi atención en Lía.
—¡Vamos a partir el pastel!— todos los niños gritaron de emoción y yo las ayudo a partir el pastel, Chad me ayudo a repartir las rebanadas de pastel entre los niños y supervisarlos.
Cuando soplaron las velas me entro un poco de melancolía, ellas ya llevaban cinco años a mi lado, cinco años que llevaba aprendiendo a ser madre y tratar de superarme a mi misma como persona, cinco años de alegrías y sacrificios, cinco años desde que la vida me había dado la mayor felicidad de todas.
Amaba con todo el corazón a mis hijas pero debía de admitir que a veces era un poco difícil tratar con ellas, la fusión mía y de Landon a veces era un poco explosiva y agotador.
Era agotadora una fiesta de niños de 5 años, era demasiados imperativos y era cansado estarlos supervisando todo el tiempo, podía von mis hijas pero no con una docena de ellos, pero para mis suerte tenía un hermano que me ayudaba.
Me senté en una mesa a disfrutar el pastel y minutos después sentí como él se sentaba a un lado mío.
—Hola.
Era un tanto incómoda la situación, antes de nuestra relación no nos soportábamos así aje era un poco raro estar en esta faceta de “amigos".
—Hola, te ves hermosa.— me halago y sentí como mi garganta de resecaba.
Tenía que controlar mis hormonas para no terminar haciendo una estupidez.
Supuse que lo más inteligente sería cambiar de tema —¿Preparado para lo que se viene?
—Estoy un poco impaciente y nervioso.
—Yo también estoy nerviosa.
El me sonrió, noté en sus ojos la emoción —En verdad quiero que ellas sepan que soy su padre, sueño con que me llamen papá.
Papá, creo que esa palabra no era frecuente en el vocabulario de mis hijas y esperaba que ésta no llegará de forma agresiva para ellas. Aunque tenía que admitir que sentía un poco amenazada, me daba miedo que ellas lo prefirieran a él antes que a mi, o que los quisieran más, supongo que son los típicos miedos de madre primeriza.
Le devolví la sonrisa —Eso es bueno, supongo.— le di un suave apretón en la mano —No tengo idea de como vayan a reaccionar, sólo no te desilusiones ¿de acuerdo?
Me devolvió el apretón —De acuerdo.— no quedamos callados viéndonos directamente a los ojos sin decir nada, el bajo la vista y mis labios y yo sin querer lo imite, pero por suerte mis princesas llegaron a tiempo.
—Candy, es el señor de ayer.— susurró Lía a Candy como si las pudiéramos escuchar.
—Niñas acérquese tengo algo importante que decirles.— mi expresión paso a una más seria.
Ellas se acercaron aun mas a mí y yo las senté a cada una en una de mis piernas, Candy mi me abrazo por el cuello y Lía mi miro preocupada.
—¿Estás mala?— me preguntó preocupada Candy, Landon miraba todo en silencio.
—Yo las amo con todo mi corazón, lo saben ¿verdad?— agarré sus manos y les di un beso en la mejilla a cada una, mi corazón latía desbocadamente y sentí como una pequeña lagrima se deslizaba por la mejilla.
Ellas asintieron con la cabeza un tanto confundidas y yo tomé un suspiro mentalmente antes de soltar la noticia.
—Tengo una noticia muy importante que decirles…— empecé pero fui interrumpid por Landon.
—Yo soy su padre.— claro y directo, algo tan característico del Magnate Evans pero no lo que se necesitaba en este momento ni con un tema tan delicado cono esté.
Todos nos quedamos en silencio después de eso, él nervioso y yo preocupada por la reacción que tendrían nuestras hijas respecto a la noticia.
¿Cómo iban a tomar la noticia? ¿Bien o mal?
Me había encargado de darles una buena imagen de su padre pero eso no garantizaba que ellas no se sintieran reconrosas por el abandono de él hacia ellas.
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N/A¿Qué les pareció el capítulo? Siento haber tardado tanto en subirlo.
Espero que les guste y que me digan sus teorías acerca de la reacción de las pequeñas Evans acerca de la noticia.
Nos leemos el próximo domingo.
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De Vuelta a ti | ✓
RomanceSegundo libro de la Duología: Matrimonio Evans. A pesar de no estar juntos ellos ahora ya son una familia, y a pesar de que ambos traten de ocultarlo aún hay una historia con unos fuertes sentimientos detrás que todavía está inconclusa y necesita un...