3. Mala suerte

5.9K 228 7
                                    

Capítulo tres: Mala suerte.

Abigail
.

-¡Mami! -sonrío y ajusto el bolso a mi hombro mientras camino apresurada hacia mi hija.

Leah, una de las chicas que trabaja aquí, me da una sonrisa suave e inocente. Estoy segura de que ella no debe tener más de 18 años.

-¿Como está mi princesa? -me acuclillo a su altura y cuando estoy lo suficientemente cerca  beso de manera sonora su mejilla dejando un pequeño rastro de labial que limpio de inmediato.

-Ben -me da una sonrisa y señala a la chica -. Leah tene novio, Mami.

La mencionada se sonroja y niega con su cabeza.

-No es cierto, yo...

Rio suavemente y me incorporo nuevamente poniéndome en pie y tomando la mano de Emma.

-No te preocupes, Leah -beso rápidamente su mejilla -. Debo irme rápido, porque Camila y yo quedamos en ir al cine y ya es un poco tarde.

La chica abre un poco su boca pareciendo confundida.

-¿Camila?

Me doy un golpe mental por que obviamente ella no sabe quien diablos es Camila, en este caso, mi mejor amiga.

-Mi mejor amiga -ella asiente y mira detrás de mi, parece ver a alguien importante por que soy testigo de como sus ojos se iluminan y sus mejillas se sonrojan. Por curiosidad sigo la dirección de su mirada solo para encontrarme con un chico mas o menos de su edad, alto, muy guapo y con una sonrisa muy bonita.

Siento un pequeño jalón en mi falda, sé que se trata de Emma por lo que la observo, ella me señala hacia el chico con una sonrisa traviesa.

-Ese es, Mami -me dice y ríe como si fuera lo más divertido -. ¡Diego!

Parpadeo sorprendida y le doy una mirada de reojo a Leah quien parece una cereza de lo sonrojadas que están sus mejillas.

Oh, ahora entiendo todo.

El chico desconocido se acerca y me regala una pequeña sonrisa antes de inclinarse hacia Emma. Por unos segundos estoy recelosa y acerco más a mi cuerpo a Emma, pero luego me relajo por que él no parece tener malas intenciones.

-Hola, pequeña, Emma - toca la punta de la nariz de Emma con su dedo, ella solo ríe encantada. El tal Diego vuelve a incorporarse dándome una sonrisa amable -. Hola...

-Abigail -completo por él y le devuelvo la sonrisa.

-Un gusto Abigail.

Su mirada va a Leah y deja un beso en su mejilla dándole una muy grande sonrisa que hace que unos muy adorables hoyuelos aparezcan en sus mejillas.

Sonrío.

Ellos son una muy linda pareja.

-Bueno, nosotras como que nos vamos yendo -Diego ríe y pasa uno de sus brazos por los hombros de Leah.

-Vayan con cuidado.

-Tenlo por seguro -miro a Emma -. Despidete mi amor.

-Adiós Leah, chau Diego.

-Adiós Princesa -dicen al mismo tiempo, Leah se sonroja pero aún así ríe junto a Diego.

Sep, ellos son una muy linda pareja.

Suspiro y tomando a Emma de la mano me encamino hacia mi auto.

****

-¿Terror?

Niego de inmediato y Camila suspira.

-¿Romance? —propone.

Niego nuevamente y observo la cartelera.

-¿Que tal Comedía romántica? -propongo.

Cami ríe.

-¿No es lo mismo que Romance?

-Noup -tomo su antebrazo y la arrastro conmigo.

Estamos teniendo una tarde "de chicas" puesto que ayer fue un día muy pesado para mi, por lo que decidimos salir y tratar de despejarnos. Al menos yo trato de despejarme.

Emma se encuentra con mi hermano, por lo que sé que está en muy buenas manos.

-Yo creo que es lo mismo -dice despreocupada dejándose arrastrar por mi -. Solo que le agregan comedia y ya está... Pero sigue siendo romance.

Ruedo mis ojos y a lo lejos observo el puesto de las palomitas, golosinas y bebidas. Lo malo es que hay una fila, no tan larga, pero al fin y al cabo es una fila y yo odio hacer fila.

-Lo que tu digas, ahora ve a la fila -la empujo suavemente.

Entrecierra los ojos hacia mí.

Rio

-¿Qué?

-Nada -encogo mis hombros y la obligo a llegar hasta el lugar.

-Compra palomitas y unos cuantos dulces, alguna bebida que no sea muy...

-Fría -blanquea sus ojos, sonrío complacida -. Ya lo sé.

-Bien, entonces compra -me alejo unos cuantos pasos y señalo el lugar donde la esperaré -. Te esperaré por allá luego de comprar las entradas.

Asiente y con una sonrisa camino hacia el lugar, sin embargo no logro llegar puesto que al darme la vuelta mi cuerpo se estampa con algo duro y a la ves blanco.

Mierda.

¿No puedo vivir sin que algo malo me pase?

Al parecer mi suerte se ha tomado unas jodidas vacaciones sin mi autorización por que cuando la persona con la que choqué habla siento mi mundo venirse abajo.

No puede ser cierto.

Mierda no.

¿Que clase de mala suerte es esta?



Seguimos...

Nuestra Hija © [Christopher Vélez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora