Nuestra Hija © [Christopher Vélez]

46. Diferente amanecer

Capítulo cuarenta y seis: Diferente  amanecer

Abigail

—Abby... —siento mi rostro arrugarse y me acurruco más con lo que parece ser una almohada. Es cómoda —. Amor, vamos...despierta.

Mantengo mis ojos cerrados y pronto siento el morfeo venir a mi, me remuevo un poco, porque mi almohada es bastante calentita, suspiro y sonrío para mis adentros dejándome llevar por el sueño.

—Abby, cariño, despierta —me remueven un poco, me quejo mascullando algo que ni siquiera yo logro entender. Una risa ronca llega a mis oídos y mi almohada tiembla un poco.

Esperen...¿que?

Abro uno de mis ojos Encontrándome con la sonrisa de cierta persona a la que amo, bostezo.

—¿Que? —mascullo, cerrando mi ojo nuevamente. Vuelve a reír.

—Tienes que levantarte —es lo que dice —. Oh, no hagas un puchero, porque querré besarte y la idea es salir de la cama.

—Pero...

—Además ya hice el desayuno —murmura besando mi mejilla, creo que alzo mi mano y le doy un manotazo –en no sé donde –, pero se queja —. No seas grosera, Abby.

—Dejame dormir —me doy la vuelta acurrucandome contra las calentitas sábanas. Suspiro con alivio cuando siento que baja de la cama.

—Solo cinco minutos, no quiero que se enfría tu desayuno.

—Ajá.

Creo escucharlo reír pero lo único que hago es dejarme ir en los brazos del morfeo.

***

Salgo de la ducha veinte minutos después de haber entrado y seco mi cabello húmedo con una toalla.

Hace rato ya que Chris volvió a despertarme, obviamente se ganó unos cuantos manotazos de mi parte, pero es lo que se ganó por hacerme abandonar mi tan cómodo sueño.

Salgo del baño bostezando y doy un pequeño brinco cuando choco contra algo duro y blando a la vez. Escucho la inconfundible risa de Chris , así que sonrío solo un poco y alzo mi vista para mirarlo.

—¿Aún con sueño? —pregunta, con burla. Me encojo de hombros sacándole la vuelta para caminar hacia mi habitación sintiendo su vista en algún punto de mi espalda. No sé porque sospecho que su mirada está desde mi cadera para abajo.

Vale, si lo sé... Pero prefiero ignorarlo y entrar a mi habitación con solo una toalla cubriendo mi cuerpo y otra para secar mi cabello.

Agradezco infinitamente que hoy sea sábado, de verdad que sí. Si no estuviera completamente frita porque a parte de despertar tarde, siento mi estómago un poco revuelto. Así que es preferible quedarme en casa. Ya en un rato –luego de vestirme – llamaré a Nick para hablar con mi bebé.

Definitivamente ya la extraño, pero quedé de pasar a buscarla  en la tarde así me tomo tiempo para redactar algunas cosas del trabajo y poder descansar un poco...y tal vez, sólo tal vez, pasar tiempo con mi sexy novio.

Sonrío mientras me deshago de la toalla que cubre mi cuerpo –lo mismo con la que secaba mi cabello – y camino completamente desnuda hacia donde guardo mi ropa interior.

Error.

De hecho, por unos segundos olvidé que no estoy sola, así que cuando escucho un jadeo a mis espaldas me volteo con tanta rapidez que casi caigo de bruces al piso.

—¡Mierda! —grito abriendo mis ojos de par en par. Los de Chris lucen muy dilatados y oscurecidos y...mierda, puedo notar como algo a crecido bastante en su parte delantera.