Capítulo diecinueve: Hola, princesa
Abigail
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Termino de empacar mis pocas pertenencias en mi mochila y la cuelgo en mi hombro.
Solo llevo unas pocas cosas y no por que no haya tenido suficientes pertenencias, no, más bien por que mis padres, exactamente mi madre, no quiere que lleve algo más que una pocas prendas y utensilios de higiene personal.
Una respiración temblorosa se me escapa y mis manos tiemblan mientras juego con la tira de la mochila.
Salgo de mi habitación... O bueno, de la que era mi habitación. Bajo muy despacio las escaleras y cuando estoy abajo noto la mirada reprobatoria de papá.
—Yo...
—No tengo nada que hablar contigo Abigail —dice con voz neutra. Es la primera vez en una semana que me dirige la palabra —. Solo quiero que estés consciente de lo decepcionado que estoy de ti.
No digo nada y reprimo el sollozo que quiere escaparse de mi garganta.
—Papá...
No dice nada y camina escaleras arriba despareciendo de mi vista.
Tomo un profundo respiro.
Sí, cometí un error, debimos cuidarnos al tener relaciones, pero tampoco creo merecer esto.
Después de todo, es de humanos errar ¿no?
Camino hacia la puerta principal, no sin antes darle una última mirada a mi alrededor. Después de todo aquí crecí, aquí tuve las mayoría de mis primeros momentos...
Supongo que es hora de empezar de nuevo.
Mi bebé y yo.
*****
—Toma —le tiendo una sabana junto a una almohada a Christopher quien se ha desecho de sus zapatos y su chaqueta.
Me da una pequeña sonrisa.
—Gracias.
—De nada —suspiro, camino hacia el sofá para luego sentarme a su lado. Sonrío un poco —. Mi sofá no es el más cómodo, pero creo que te servirá —juego con mis dedos —. Tampoco es obligatorio que te quedes, puedes irte si así lo deseas sol...
—No te preocupes —acomoda la almohada —. Estoy seguro que dormiré bastante cómodos aquí, además creo que tienes razón y es muy tarde para irme... De todas formas, gracias.
Acomodó un mechón de mi cabello tras mi oreja.
—Supongo que... Buenas noches —me pongo de pié.
—Buenas noches, Abby.
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Creo que mi alarma cae al piso, cuando en un movimiento brusco trato de apagarla.
¿Por que la activé tan temprano?
Digo, hoy es sábado. No trabajo, además anoche me dormí súper tarde por estar conversando con...
—Mierda —me siento de un Respingo, tallo mi rostro con mis manos mientras maldigo en voz baja.
Ahora me acuerdo de que dejé a Christopher dormir aquí, en mi casa, en mi sofá.
Dios mío.
Ahora que puedo pensar con más claridad, ¿en que diablos se supone que estaba pensando?
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Nuestra Hija © [Christopher Vélez]
Fiksi PenggemarÉl se fue, ella salió adelante sola, sin él, sin sus padres... Sólo dos personas estuvieron a su lado en aquellos momentos tan...difíciles. Ahora son ella y su bebé contra el mundo. Sin nadie más. Sin embargo, hay una explicación para todo, al menos...