5. Gran día

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Capítulo cinco:  Gran día

Abigail

Termino de remover los huevos en la sartén y apago la estufa.

—¡Emma! —la llamo, sirviendo dos Waffles en su plato y cortándolo en trozos pequeños para que lo pueda comer con facilidad. Dejo el plato en la mesa y al lado dejo el Yogurt.

—¿Si, mami? —mi bebé aparece por la puerta de mi pequeña cocina.

En una de sus manos lleva un peluche que ella llama "Bebito" y su otra juega con una de las dos trenzas que le  hice hace minutos atrás.

—Ven, tienes que desayunar —camino hacia ella y tomo su mano desocupada para guiarla hacia la mesa, luego la ayudo a sentarse en su silla —. Iremos a casa de tío Nico.

Veo como sus ojos se abren con emoción por lo que rio en voz baja.

Mi hija ama a mi hermano.

—¿Tío?

—Si mi amor, así que a desayunar —asiente frenéticamente y deja a bebito a un lado en la mesa para luego tomar uno de los tenedores.

Sonrío viendo como intenta comer, aunque se le dificulta un poco lo hace bien. Sin embargo me siento a su lado para ayudarla a comer.

****

—¡Tío! —Emma suelta mi mano apenas entramos a la casa de mi hermano.

Nicolas sonríe de manera gigantesca y la toma en sus brazos alzándola y girando con ella. Ella ríe encantada.

Sonrío ante la imagen y camino hacia la cocina encontrándome con Nieves, la nana de mi hermano. Ella es como una madre para él, así la describe y yo sé perfectamente por qué.

—Nieves, Hola —me acerco lo suficiente a ella como para besar su mejilla.

Ella deja de remover lo que parece un caldo en la hoya y me abraza brevemente.

—Mi niña Abby ¿como estás?

—Muy bien ¿tú como estás? ¿Te trata bien mi hermano? —pregunto burlona y me siento en una de las sillas altas.

Nieves ríe.

—Yo estoy muy bien gracias a Dios —es lo que responde —. Y tu hermano es un amor de persona, no veo como podría el tratarme mal.

—Solo bromeo, nana —me rio y alcanzo una manzana estirando mi brazo.

—Lo supuse.

Charlamos un rato más, ella me habla acerca de algunas recetas que ha aprendido en estos días y de lo rico que le han parecido a Nico.

También me platica sobre su hijo, Matteo, y de lo emocionada que está por que en sus próximas vacaciones él estará por aquí visitándola y quedándose unos días con ella.

Sonrío cuando me lo dice con tanta emoción.

No conozco personalmente a Matteo por que pues nunca lo he visto ni he charlado con él pero por lo que me dice Nieves de él, es un buen hombre y un buen hijo, lo único es que él estudia en España y no puede visitar a su madre muy seguido.

Eso hace que Nieves se ponga un poco triste por que dice extrañarlo y una pequeña lágrima se le escapa.

Me apresuro a abrazarla y luego de que se disculpe y yo le diga que no pasa nada, volvemos a cambiar de tema y minutos después Nicolas entra con Emma y así tenemos una almuerzo familiar.

Aunque Camila no pudo estar aquí por asuntos laborales, aún cuando hoy es domingo, lo disfrutamos.

****

Después de despedirnos de mi hermano y de Nieves, Camino hacia mi auto con una Emma dormida y acurrucada en mis brazos. Su cabeza se esconde en mi cuello y sus brazos lo rodean, mientras yo la tomo en brazos.

Son casi las siete de la noche para cuando llegamos a casa.

Hoy a sido un muy gran día.






Nuestra Hija © [Christopher Vélez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora