45. Un equipo

2K 89 4
                                    

Capítulo cuarenta y cinco:  Un equipo.

Abigail

¿a que crees que se deba esto? —pregunto, luego de que Chris haya leído todas y cada una de las notas.

Toma un profundo suspiro mientras aprieta la mandíbula sin Mirarme. De hecho, su vista se mantiene fija en las notas que están revueltas sobre la mesa.

—No lo sé —murmura, luego me mira —. ¿Por qué no me lo dijiste antes, Abigail?

Bueno, me llamó Abigail. Esto ya se puso serio.

Miro mis dedos entrelazados sobre la mesa y muerdo mi labio repetidas veces, al final solo ahogo un suspiro antes de disponerme a hablar.

—Pensé que era alguna broma de mal gusto —admito.

—Esto...—señala los papeles —. Definitivamente no es un broma, debiste decirlo. Debiste decírmelo —marca la última palabra.

Bajo la mirada.

—Lo lamento, solo...—me detengo unos segundos —ni siquiera llegué a pensar que esto era tan serio, yo solo...

Sacudo mi cabeza y aprieto mis ojos.

Bien, fue un error de mi parte no decirle nada, pero ¡mierda! No llegué a pensar que las cosas eran tan serías. Ni siquiera sé si las cosas son tan serias en este momento.

—Está bien —dice, segundos después —. ¿Le comentaste de esto a alguien más? —Asiento en medio de un suspiro —. ¿A quien?

—A Carter y en hoy le comenté algo de esto a Camila —noto, de reojo, como aprieta los labios —. Mira, lo siento ¿vale? Carter es mi mejor amigo y...confío en él, lo mismo con Camila y no es que no confío en ti, obviamente lo hago solo que yo...

—Respira —ríe un poco, aunque la tensión no se va —. Estás hablando muy rápido, solo, respira.

—De acuerdo, respiro —tomo una profunda inhalación y luego la dejo ir —. ¿Mejor?

—Mucho mejor —pasa una mano por su rostro —. ¿No han enviado más?

Sé que habla de las notas por lo que respondo de inmediato —. No.

—Bien, entonces solo hay que esperar un po...

—¿Quien es Sonia? —cuestiono, con curiosidad, interrumpiendo sus palabras.

Se calla abruptamente y ni siquiera me mira. Trago despacio mientras lo observo  insegura.

¿Quien es esa mujer?

—No lo sé...

—Mientes —aseguro.

—No lo hago —es lo que dice y se pone de pie —. ¿Te parece si cenamos, ahora?

Me pongo de pie de igual forma y niego con la cabeza un poco molesta por su abrupto cambio de tema.

—Ya no tengo hambre —camino hacia mi habitación para buscar mi celular y enviarle un mensaje a Camila. Se supone que ya debería estar aquí.

—Abby...

Escucho sus pasos detrás de mi, pero lo ignoro olímpicamente mientras entro a mi habitación cerrando la puerta detrás de mi –posiblemente se la cerré en la cara pero no me importa –. De verdad estoy muy molesta con él, de hecho, con el paso de los segundos la molestia crece mucho más.

Sus acciones solo me hacen pensar que no confía en mí y eso sin duda escuece.

—¿Abby? —suena alarmado, lo único que hago es tirarme de espaldas en la cama y tomar mi celular de la mesita de noche para luego desbloquearlo y entrar al chat de Camila para enviar un mensaje.

Nuestra Hija © [Christopher Vélez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora