1. Realidad

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Capítulo uno: Realidad.


Abigail.


Mis ojos se abren de golpe por el pitante sonido de mi alarma, son las 6: 30 de la mañana cuando me  fijo en el reloj de la mesita se noche. Un gran bostezo se me escapa y me estiro pesadamente.

Es hora de levantarme para poder ir al trabajo y luego dejar a mi hija en la guardería más próxima

Debo admitir que esto de los horarios y levantarse temprano no es lo mío, tal vez no lo era antes por que ¡vamos! ¿A quien en su adolecencia le gustaba despertar temprano?

Pues a mi no. Definitivamente a mi no me gustaba y tampoco es que me guste mucho hacerlo aún pero es obligación.

Me pongo en pie con demasiada pereza y calzo mis pies con mis pantuflas de conejo que mi hermano me regaló para navidad. Arrastro mis pies por la alfombra hasta llegar a la puerta y antes de abrirla trato de, al menos, ordenar un poco mi cabello que estoy segura, debe parecer una bola de cabello enredado.

Sí, no soy esa típica chica que despierta por los rayos del sol o por el canto de los pajarillos en su ventana, mucho menos que despierta con una hermosa apariencia física.

He de decir que yo, Abigail Hernandez, cuando me despierto soy un desastre humano, pero ese no es el punto ahora.

Salgo al pequeño pasillo de mi departamento y camino apresurada hacia la habitación de mi bebé.

Emma tiene tres años, por lo que debo llevarla a la guardería mientras yo voy a las oficinas del señor Pedro, mi jefe, quien por cierto me avisó horas atrás que hoy teníamos una reunión importante a la cual asistir.

Mierda.

Avanzo un poco más rápido olvidando mi pereza. Debo llegar al baño, darme una ducha, vestirme, hacer el desayuno, bañar  a Emma y...

Joder son demasiadas cosas por hacer.

Pero supongo que aún estoy a tiempo de hacer todas y cada una de esas cosas. En mi mente máquino una pequeña lista de orden por de las cosas por hacer.

1. Bañarme y bañar a Emma...

Creo que aquí podría abrir un paréntesis y bañarnos juntas, así ahorro tiempo.

Perfecto.

2. Vestirnos.

3. Preparar el desayuno.

Tal vez Waffles con fruta o yogurt y fruta...

Creo que optaré por cereales y leche...

Sí, eso es mucho más fácil, practico y rápido.

4. Llevar a Emma a la guardería.

5. Llegar al trabajo a tiempo.

Bien. Creo que eso es todo.

Camino dentro de la habitación de Emma completamente rosa y llena de peluches y juguetes perfectamente ordenados, puesto que ya le he dicho que cuando juega con ellos debe ponerlos nuevamente en su lugar, me siento a su lado causando que el colchón cubierto por el edredón rosa se hunda un poco. Por unos segundos me pierdo en su pálido y  sonrojando rostro, su cabellos está tejido en dos trenzas que me encargué de hacer esta mañana y su pijama de princesas cubre su cuerpo.

Sonrío a pesar de todo. Sacudo mi cabeza, por que no es hora de pensar y comienzo mi trabajo para despertar a mi bebé.

—Amor, vamos es hora de levantarse —murmuro cuando ella, luego de varios intentos, no hace más que acurrucarse un poco más —. Emma...

—¿Mami?

— Si cariño, tu Mami —dejo un beso en su cabello y me encargo de quitar la sabana de su cuerpo —. Es hora de despertar princesa.

Un puchero demasiado tierno se forma en sus labios y abre sus ojos segundos después restregando su manito en sus ojos para luego observarme.

Su mirada verdosa y somnolienta me hace saber que aún está algo dormida por lo que rio y beso una vez más su mejilla.

—Vamos, tenemos que darnos un rico y rápido baño para luego hacer un rico desayuno —que consiste en cereales y leche. Omito esa parte.

Sus pequeños brasitos se estiran hacia mí. Esa es mi señal para que la tome en brazos, por lo que de inmediato lo hago.

En automático, su cabeza se esconde en mi cuello y sus manos se aferran a mis hombros.

—Tengo sueño, mami —murmura, suspiro y me encamino fuera de la habitación para empezar mi camino hacia el baño.

—Yo también bebé, pero hay muchas cosas que hacer —ella asiente como si entendiera a lo que me refiero y lleva una de sus manos a su boca mordisqueando su pulgar.

De esto se tratan mis mañanas.

Y sinceramente, con solo tenerla a ella todo se vuelve más interesante.

Ser mamá no es fácil. Pero me encanta serlo.




Empezamos nuevamente ;)

¿Que les pareció?

Espero les haya gustado.

Nuestra Hija © [Christopher Vélez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora