Capítulo treinta y siete: "Eso"
Christopher
Observo los créditos pasar por la pantalla, mientras acaricio el cabello de Emma, quien duerme en mi pecho.
No aguantó ni siquiera hasta la mitad de la película que comenzamos a ver luego de dibujar con ella en su libreta. Abby se encargó de cocinar y Emma y yo nos entretuvimos pintando y dibujando. Es divertido hacerlo con ella porque me enseñó todos los colores –que ya conocía – y me dijo al menos la mayoría de los nombre de ellos, algunos se los dije yo y otros al parecer los olvidó.
Luego comenzamos a ver una película de princesas que Emma eligió, pero de la cual no miró siquiera más de la mitad.
No quisimos llevarla a la cama...bueno, yo no quise, por que lo único que quería –quiero – es abrazarla toda la noche y seguir diciéndole lo mucho que la amo.—Me gustó —observo a Abby justo en el momento en donde come una de sus patatas fritas. Sonrío. Creo que hoy lo he hecho más de lo normal.
—¿La película? —asiente —. Estuvo buena...a pesar de ser de princesas.
Ella se ríe y me observa —. Admitelo, tuvo buena trama.
—La tuvo —suspiro, ella come otro puñado de patatas y observa a Emma.
—¿Puedes ir a acostarla? —Pregunta, luego de tragar todo lo que tiene en su boca, toma el control y apaga la televisor dejando la pantalla completamente en negro —Yo me encargaré de recoger todo esto —señala el mol –que antes contenía palomitas –, también señala las dos latas de gaseosa, los vasos y platos.
—No tengo problema —me pongo de pie sosteniendo con fuerza a Emma, por que aunque sé que no se me caerá, me da miedo de que suceda.
—Gracias —se para sobre el sofá e inclinándose un poco y apoyando sus manos en mis hombros, deja un casto beso en mis labios para luego mordisquear mi labio inferior y apartarse luego —. Te espero aquí.
Asiento, remojo mis labios con la punta de mi lengua y me alejo caminando hacia el pasillo. Observo al angelito que duerme en mis brazos, la sonrisa es inevitable.
Pensar que para ella ya no soy "Chris" si no papi, hace que mi corazón lata con fuerza y la sensación cálida, agradable y hermosa que llena mi pecho amenaza por embarcarme por completo, pero no me da miedo. No tengo miedo.
No cuando tengo a las mujeres de mi vida aquí, conmigo, y eso no hace más que llenar mi pecho de felicidad.
No tardo mucho en llegar a la habitación de Emma, con un poco de dificultad abro la puerta y la pateo un poco con mi pie para que abra por completo y así poder entrar a la habitación. La dejo sobre su cama y gracias a Dios, Abby la vistió con su pijama de unicornios luego de bañarla, así que solo la cubro, beso su frente y murmuro un "te amo, descansa princesa" antes de salir se la habitación con un pequeño suspiro.
Camino hacia la sala y cuando llego y no logro ver a Abby, me encamino hacia la cocina con una sonrisa bailando en mis labios.
La encuentro tarareando alguna canción mientras lava los trastos que ensuciamos hace rato, me acerco con cautela y cuando estoy muy cerca de ella me inclino hacia su oído.
—Te quiero —susurro y ella salta en su lugar antes de llevar con rapidez una mano a su pecho.
Me rio.
—¡Chris! —me grita en un susurro y su antebrazo golpea mi pecho en el momento que paso mis brazos por su cintura.
—Auch —aparto su cabello, por que estorba mi objetivo. Cuando tengo su cuello al descubierto dejo un beso en el lugar y recargo mi barbilla en su hombro, mientras mis manos – traviesas – se adentran por debajo de su camiseta de dormir –la cuál se puso por que Emma mojó la anterior que tenía –.
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Nuestra Hija © [Christopher Vélez]
FanficÉl se fue, ella salió adelante sola, sin él, sin sus padres... Sólo dos personas estuvieron a su lado en aquellos momentos tan...difíciles. Ahora son ella y su bebé contra el mundo. Sin nadie más. Sin embargo, hay una explicación para todo, al menos...