36. Papi... Felicidad

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Capítulo treinta y seis: Papi...felicidad

Christopher

Observo la foto que reposa en la mesa frente al sofá de Abby.

Es la misma que vi cuando vine por primera vez y es la misma que veo cada vez que vengo por el simple hecho de que me encanta, es una foto de Emma y ella es tan hermosa, tan inocente, tan dulce que yo simplemente no puedo dejar de verla, creo que de todas las que he visto esta es mi favorita.

Aún cuando mi celular está lleno de fotos de ella y Abby...y bueno, también hay muchas mías junto a Emma o a ambas.

Acaricio los bordes con mi dedo y esbozo una pequeña sonrisa.

Mi hija, definitivamente, es hermosa.

'Abby también lo es'

Ese pensamiento llega a mi mente haciéndome sonreír de inmediato. Sí, definitivamente mi novia es hermosa.

'Novia'

Siento que la sonrisa bobalicona podría dividir mi rostro por que simplemente es algo maravilloso y que sin duda pensé que en algún momento iba a perderlo.

Admito que luego de un año –cuando viajé con papá – salí con chicas, tal vez para olvidar a la bonita castaña que había robado mi corazón en la adolescencia. Es más que obvio que no lo logré, nunca logré olvidar a Abby.

Mucho menos cuando la quiero tanto como lo hago.

—¿Neglo? —escucho la suave voz de Emma junto a los pasos de Abby.

Sonrío saliendo de mis pensamiento.

A ella le gusta aprender colores nuevos y siempre que ve algo no pierde la oportunidad de preguntar por el nombre del color, aún cuando conoce unos cuantos por que en la guardería se encargan de enseñarle esas y otras cosas esenciales.

Aunque Abby también ha hecho un muy buen trabajo.

—Si, mi amor — en poco tiempo ellas están junto a mi.

Abby se deja caer a mi lado con Emma en sus piernas y noto lo mojada que luce su blusa traslúcida, lo que hace que las copas de su sujetador negro se noten. Carraspeo y desvío mi vista de sus pechos por que eso no me conviene mucho en este momento.

No cuando tiene a mi hermoso angelito en sus piernas.

—¿Que pasó? —señalo su blusa con la burla impregnada en mi voz.

—Emma creyó que sería divertido mojar a mami —besa su mejilla —. ¿Que haremos ahora?

Emma me observa recostada en el pecho de su madre mientras chupa uno de sus deditos.  La imagen es tan tierna que tengo el impulso de sacar mi celular para tomarles una foto y presumirla con mis amigos.

Sin embargo me controlo.

—No sé...¿ver una película? —propongo.

Abby ríe un poco y ata su cabello –también algo húmedo – en una coleta, luego comienza cepillar el cabello de Emma, con un cepillo que ciertamente no había notado por estar mirando sus lindos pechos.

Cuando el pelo de la princesa está completamente desenredado, comienza tejerlo con lentitud, Emma no se mueve de su lugar, solo me mira, luego sonríe.

Chris,lindo —me señala, mi sonrisa se ensancha y mis manos –por inercia – se alzan y acarician sus regordetas y sonrosadas mejillas.

—Tu eres hermosa —puedo notar, de reojo, como Abby sonríe.

—¿Shi?saca el dedo de su boca.

—Si —doy un toque en su nariz que la hace reír —. Eres la princesa más hermosa que he visto jamás.

Su boquita se abre en una pequeña o, que me hace reír.

—¿Soy una Pincesa?

—Lo eres —vuelvo a tocar la punta de su nariz.

Sonríe un poco  y juega con sus deditos, antes de mirarme nuevamente y sonreír mostrándome todos sus pequeños dientes.

Chris...—se detiene y mira a Abby que tiene la misma expresión de confusión que yo ante su interrupción —...Chris...papi.

Abro mis ojos con asombro y siento mi corazón latir con demasiada fuerza dentro de mi pecho. Ni siquiera miro a Abby, pero puedo sentir su sorpresa, de hecho, detiene su tejer y a soltado el cabello de Emma.

—¿Es papi, mami? —sus orbes verdes observan con curiosidad a Abby.

—Eh...—ella está igual que yo. No sabemos que decir o articular, por que esto sin dudas es una grata sorpresa.

Sus ojos ahora me observan a mi.

—¿Papi?

—Yo... —susurro.

Al no recibir respuesta ella comienza a aplaudir emocionada.

—¡Papi!

Emma sonríe y extiende sus brasitos hacia mi, no dudo ni un segundo en tomarla y de inmediato se cuelga en mi cuello mirándome a los ojos. Y he de admitir que me siento nervioso, eufórico e impactado...

Esperé esto tanto y ahora yo...no sé como reaccionar, estoy demasiado extasiado...demasiado feliz.

Papi —sus ojos verdes se achican un poco mostrando su enorme sonrisa, entonces ella empieza a canturrear —. Papi,papi... —aplaude —. Chris, papi, papi ¡papi!

Sonrío, sintiendo mi corazón aletear con fuerza en mi pecho. Estoy seguro que mis ojos reflejan la felicidad que siento en este momento.

—Oh, dios —escucho el murmullo de Abby, pero me concentro solo en ella, en mi hija.

—Papi...

—Te amo —hablo sin poder evitarlo —. Te amo mucho,bebé. Papi te ama mucho —la estrecho en mis brazos y siento una lágrima rodar por mi mejilla.

Joder la amo tanto.

Con tanta fuerza, que mi corazón se llena completamente del sentimiento que siento por ella y por su madre: Amor.

—Te amo, te amo, te amo —me escucho murmurar repetidas veces.

Ella solo ríe pareciendo divertida y encantada con todo esto.

—Te amu —repite mis palabras.

—También te amo hermosa —beso sus mejillas muchas veces.

—Te amu, papi.

Joder no creo poder estar más feliz de lo que me siento en este momento.

Nuestra Hija © [Christopher Vélez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora