Capítulo veintitrés: Cita perfecta...con mi ex.
Abigail
Observo a Chris pedir nuestros helados con Emma a su lado, Emma parece decirle algo a lo que él asiente mientras ambos le sonríen al chico que los atiende, y es tan lindo verlos juntos que siento que babeare sobre la mesa en cualquier momento.
De hecho no soy la única, muchas mujeres aquí parecen comérselo con la vista por que él es un papi sexy, y el que esté con Emma a su lado le da ese toque de...
Mierda, no, ¿en que supone que estoy pensando?
Ya ni siquiera soy capaz de controlar mis pensamientos cuando él está cerca, mucho menos los latidos de mi corazón por que estos siempre son rápidos y frenéticos cuando él está cerca. Incluso puedo recordar que en mi adolescencia fue así.
Como la primera vez que me invitó a salir en donde me negué a hacerlo.
Puedo recordarlo perfectamente.
***
—¿Que dices? —ruedo mis ojos y cierro con más fuerza de la debida mi casillero.
—Que no —cruzo mis brazos a la altura de mi pecho —. Un gran y rotundo, no.
Resopla mientras recarga su espalda en el casillero que está junto al mío, que resulta ser el de Camie.
—¿Eres de las difíciles?
—Solo soy Abigail —aprieto los libros que saqué a mi pecho.
Sus ojos están tan fijo en los míos que logra intimidarme un poco la intensidad con la que me mira, pero solo un poco.
—Querrás decir: Solo soy la hermosa, preciosa e increíble Abigail —lucho contra el sonrojo que quiere expandirse por mis mejillas, pero creo que no lo logro por que su sonrisa se ensancha —. ¿De verdad no vas a aceptar? Puedo llevarte por una hamburguesa o un helado.
Muerdo mi labio inferior y creo notar como relame los suyos observando mis movimientos.
Cierto, que compartimos mas qué unos simples besos el pasado viernes.
—No estoy interesada, Christopher.
Suspira —Al menos dijiste mi nombre —señala.
—Enserio eres raro —hago un pequeña mueca pero luego sacudo mi cabeza —. En fin, hasta luego...o mejor hasta nunca —paso por su lado para poder llegar a mi salón donde creo que voy atrasada por un minuto, sin embargo su mano en mi antebrazo me hace detener.
—Voy a insistir —me hace saber —. Me gustas y voy a lograr que salgas conmigo, de ninguna manera te librarás de mi tan fácil.
Me suelto de su agarre.
—Ya quiero ver eso.
***
Y ¡mierda! De verdad el insistió, tanto que cuando se cansó de mi rechazo yo ya estaba atrapada y sin vuelta atrás, por lo que sí, terminé saliendo con Christopher y tuvimos una bonita relación. A escondidas, pero fue bonita y duradera.
Hasta que él se fue.
Sacudo mi cabeza alejando esos pensamientos por que necesito disfrutar esta tarde. Lo merezco después de tantas emociones encontradas estos últimos días.
—Aquí helado de chicle y menta para la hermosa dama —sonrío reconociendo su voz, ocupa la silla a mi lado con Emma sobre sus piernas —. Helado de fresa y chocolate para la princesa —besa su mejilla sonoramente logrando que Emma ría —. Y helado de vainilla para el afortunado que las acompaña —rio y tomo la primera cucharada de mi helado deleitándome con el sabor, ellos hacen lo mismo, aunque Christopher parece muy pendiente de que Emma no logre ensuciar su ropa por lo que la ayuda a llevar la cucharilla a sus labios.
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Nuestra Hija © [Christopher Vélez]
Hayran KurguÉl se fue, ella salió adelante sola, sin él, sin sus padres... Sólo dos personas estuvieron a su lado en aquellos momentos tan...difíciles. Ahora son ella y su bebé contra el mundo. Sin nadie más. Sin embargo, hay una explicación para todo, al menos...