Die trying + jjk + kth + myg ✔️

nineteen

Yoongi me tiró la partitura en la cabeza cuando me equivoqué de tecla en la tarea que me había encomendado —¡Ibas tan bien Sungkyung!

Él suspiró y despeinó su cabello negro. La palidez traslúcida de su cuerpo me estaba distrayendo. Yoongi era un fantasma. Pálido y sin vida a simple vista, pero como en ese momento, pero cuando le veías sonreír, parecía un gatito. Tenía los ojos bastante pequeños y era bajito y delgadito. Hasta me podía atrever a decir que yo pesaba más que él. Tenía un aire a misterio por siempre estar utilizando colores sombríos. La mayor del tiempo le veía de negro, pero ese día, vestía una camiseta blanca de cuello v que me hacía apreciarlo un poco más, especialmente ese cuello de tortuga que tenía, aquella manzana de Adán muy pronunciada y unas clavículas muy marcadas. Luego, si bajaba la mirada podía ver sus brazos llenos de venas marcadas y unos dedos que parecían toscos a simple vista, pero eran masculinos y bellos a la vez.

—¿Me estás oyendo?

Dijo fuerte antes de posar mis ojos en los suyos. Esos ojos negros que hacían contraste con su cabello azabache sin expresión. Asentí sabiendo que mentía. No había escuchado lo que me había dicho. —Entonces ¿qué esperas? tócala.

¿Tocar qué? ¿Qué diablos había dicho? Así que busqué una solución pronto. —No me la sé.

Dije mordiéndome el labio, y luego fruncí la boca cuando él se tocó el puente de su nariz diciendo que no me podía matar. Llevar casi cuatro meses de clases hacía que esos gestos no me asustaran. Sabía que su personalidad borde era así, pero en el fondo era muy bueno. —Sungkyung, te la enseñé ayer.

Rayos. ¡Spring Waltz! Me giré para empezar a tocarla, pero Yoongi me alcanzó más rápido, sentándose a mi lado. —Solo la tocaré una vez, Sungkyung, luego quiero que la toques tres veces sin parar ¿Me entendiste?

Su cercanía empezaba a ponerme loca.

Min Yoongi, era el único que me mantuvo cuerda. El único que sinceramente también te salvó, pues empezaba a darme cuenta de cómo eras, pero gracias a él, volviste a ser salvado de mi búsqueda de la realidad.