La canción bad boy sonaba con gran fuerza mientras caminaba por las calles de Hongdae en búsqueda de un Etude House. Se venía el cumpleaños de Sojin y no sabía que comprarle. Lo primero que se me vino fue: maquillaje. Ella tenía una enorme fascinación por esa tienda, así que decidí pasar por ahí antes de dirigirme a mis clases de piano, la cual estaba solo a 20 minutos de distancia, pero primero pasaría por casa, ya que se encontraba en Sichon, a solo un par de cuadras de la famosa zona. Ingresé al primer Etude House que se mostró en mi camino, pues en dicha zona habían como cuatro en total. A penas ingresé una chica se me acercó para prestar sus servicios, a lo cual terminé agradeciendo. Realmente no tenía ni idea qué regalarle. ¿Un perfume? ¿Mascarillas? ¿Productos de limpieza? ¿Labiales? Siempre había creído que hacer un regalo a un hombre era difícil, pero definitivamente a una mujer era mucho más. Tenías tantas opciones que nunca podrías decidirte por una. Así que seguí los consejos que me daba la vendedora, me enseñó un perfume que por su forma se veía que olería muy bien, y efectivamente, así fue. ¡Llevaba eso! Aún así, seguí buscando qué más comprar. Así que mientras veía entre los labiales una llamada me llegó, haciendo que dejé aquel lipstick que me aplicaba a un lado. Saqué mi móvil y miré el remitente.
Era Taehyung.
No me demoré mucho en contestarle. Taehyung no solía llamarme seguido, así que era extraño. -Hola, Tae ¿Qué sucede?
Le pregunté sin rodeos. Seguí caminando por la tienda hasta colocarme frente a los productos de limpieza facial. Había una crema que te sacaba los puntos negros. Sojin lo amaría pues siempre se quejaba de ellos. -¿Dónde estás?
-Hongdae ¿Por qué? - respondí ante su pregunta. Coloqué el móvil entre mi cuello y oreja mientras tomaba el producto con ambas manos y lo abría. Era de prueba y luego volví a tomar mi móvil mientras olía el producto. ¡Menta!
-¿En qué parte exactamente?- No entendía porque lo preguntaba.
-En Etude House, frente al...- volteé hacia la entrada para fijarme el nombre del restaurante que estaba al frente o alguna referencia, pero encontré a Taehyung observarme tras la luna ¡Él estaba ahí! Sin decir nada él cortó la llamada mientras le veía entrar a la tienda. La vendedora inmediatamente le dijo un bienvenido con una sonrisa bastante coqueta, que él ni siquiera reparó por acercarse a mí. -¿Cómo es que...?
Dejé mi oración al aire, pues Taehyung se acercó a mi mejilla para darme un beso. Me alejé de golpe. ¿Qué rayos era eso? Me agarré la mejilla, sorprendida.
—¡Lo sabía! Namjoon tenía razón, las coreanas suelen reaccionar todas rojas cuando le dan un beso en la mejilla mientras que las europeas no. —enunció. Le seguía mirando un poco sorprendida. Taehyung no entraba en contacto conmigo así de la nada. —Lo siento, Kyungie, era curiosidad.
—¿Qué haces aquí?—le pregunté, tratando de ignorar lo que había hecho, pero podía asegurar que mi rostro ardía. Taehyung sonrió ante mi pregunta como si esa pregunta le hubiera hecho tan feliz.
—En unos días cumpliré un mes más con Jieun y vine a comprarle algo. —Taehyung pronunció mientras me enseñaba una bolsa de compras. No podía saber qué era lo que le había comprado, pues era una bolsa negra grande y no reconocía el nombre de la tienda. -Iba hacia la estación cuando te vi aquí. ¡Qué coincidencia! ¿No?
-¡Sí, mucha! - le dije, dejando el producto de limpieza en la repisa.
-No sabía que te maquillabas. No parece- Dijo, observándome el rostro. No lo hacía a menos que fuera un motivo especial. Le miré. -Ese labial te queda muy bien.
Aún no me había retirado los residuos del lipstick que había probado solo segundos atrás. Me cubrí la boca, bastante tímida. A pesar que Taehyung ya no me gustaba, a veces era inevitable no sentirme así de tímida. -Solo vine a comprarle algo a Sojin. Y gracias...
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Die trying + jjk + kth + myg ✔️
Ficção AdolescenteSi veías a Lee Sungkyung por primera vez podías ver que era una chica tímida y fría, sin embargo, el concepto que tenía de ella no se alejaba mucho. Ella se resumía en que era como un helado. Fría y dulce a la vez, que apesar que me hacía doler la...