Die trying + jjk + kth + myg ✔️

doce

-No, no irás Sungkyung. -Mamá dio su respuesta definitiva. Yo fruncí la boca, no satisfecha— Es la tercera semana que quieres salir de fiesta, así que es un no.

-Pero mamá...-Me quejé. Sungmin al otro lado de la sala empezó a reírse, pues nunca me veía haciendo un berrinche. Yo realmente quería ir a esa fiesta porque estaba curiosa de la vida de Yoongi y porque su rostro había oscurecido con las palabras de Jiyeon. No pensaba que algo me ocultaba, no, sino que tal vez había alguien ahí que Yoongi no quería que conozca. Tal vez una ex novia; o algún tema que no quería que supiera, no lo sé, pero lo que sé es que no le iba a juzgar, es decir, apenas llevaba medio año conociéndole, sabía que había tenido varias ex novias, sabía que había cosas que no me podía decir de su pasado ¿Por qué me iba a poner mal por eso? Aún así, el tonito sugerente de Jiyeon había activado algo en mi, a pesar que sabía que no debía confiar en lo que esa chica dijera. —Tenía que ir al cumpleaños de Sojin, mamá, y estuviste de acuerdo que me relajara en la casa de Byeol antes de parciales.

-Unos parciales que aún no acabas y ya me estás pidiendo salir. Y no, no insistas, Lee Sungkyung.

-Por favor, mamá, te juro que te hago limpieza todos los días, cocino, lavo, lo que sea —le dije, mamá se rió.

-¿Tú crees que no tenemos personal para eso? Olvídalo, la señora Song se encarga todo de eso. —Ella dijo. La señora Song era nuestra ama de casa, venía tres días a la semana a hacer todas las actividades de casa o cuando mamá quería. Cómo casi nunca nadie paraba en casa, excepto por las noches, esta nunca se ensuciaba y si lo estaba, mamá llamaba a la señora Song.

-Puedes darle la semana libre. -Ofrecí, pero mamá me miró seria.

-Lo que gana la señora Song es para que pueda comer sus hijos ¿Asi quieres que le dé una semana de descanso? No, ya vete a estudiar. Mañana aún tienes un examen.

Fruncí la boca, más no me moví. —¡Sungkyung!

-Bien. - me di la vuelta y dejé a mi mamá que escribía en el comedor. Sungmin empezó a reírse con fuerza diciendo que era una caprichosa, así que cogí un cojín y se lo tiré en la cara.

-¡Lee Sungkyung!-Mamá gritó cuando vio que le lancé aquello a mi hermano menor de 14 años. No dije nada y solo subí las escaleras. Apenas ingresé a mi habitación me lancé sobre la cama para recoger mi celular que estaba entre mis apuntes de literatura comparada, el curso que más odiaba. Desbloqueé el móvil y busqué el chat de Yoongi.

Tengo el permiso. Ven a verme el sábado a las 10, pero no toques claxon. Mamá aún no sabe que salimos.

Mandé el mensaje sabiendo que haría una tontería, pero no podía perderme la fiesta de la tal Chaerin por nada del mundo, me puse boca arriba y miré el techo. Sabía que me castigarían si me escapaba así, pero mamá estaba controlándome una vez más. Y sabía que había sido por el casi secuestro, pero ¡Ya había pasado mucho! Además no era de salir mucho, así que sabía que ella exageraba. Me iba a castigar, pero iba a disfrutar esa fiesta. Sin embargo una idea fatal se me cruzó, y sabía que si me iban a castigar, debía al menos disfrutar esa noche. Así que volví a escribir.

¿Crees que esa noche pueda dormir en tu departamento?

Me mordí el labio ante la locura que hacía, pero quería tal vez solo disfrutar de la noche y aunque Yoongi había dicho que fuéramos con calma, que me esperaría todo el tiempo, tal vez quería, quizá, solo tener un poco de estímulo. La penetración no es la única forma de satisfacer a alguien, eso siempre había sabido y si Yoongi esperaba hasta que estuviera cien por ciento segura de dar el siguiente paso, al menos podría hacer algo con mis manos o boca, por más sucio que sonara. Había escuchado en la biblioteca que Byeol decía eso a una chica, que al parecer su novio era virgen y ella no quería espantarlo, así que le estaba aconsejando que fuera con cosas suaves, estimulándolo poco a poco para que tuviera ganas, dejándome pensando que los hombres también tenían miedo; y aquello me hizo pensar en lo que Yoongi una vez me dijo, que él había tenido mas miedo de defraudar a su chica de ese entonces que de por sí perder su virginidad. Me había hecho averiguar una vez del tema, que quizá   tanteando haría que yo también tuviera más confianza. Claro, todo bien mientras  no le dejara una erección que le doliera. Y ahí tendría que dejarme llevar por el valor.