Radditz en Kame House

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Los días eran pesados en el entrenamiento de Kame House, los muchachos hacían su mejor esfuerzo. El maestro Roshi no estaba del todo contento con Vegeta, sin dudas era un guerrero talentoso como pocos, en el corto tiempo de entrenamiento había aprendido lo que muchos tardan años. Sin embargo seguía teniendo esa actitud tan pedante, orgullosa, soberbia y prepotente que lo llevaría a su perdición.

Necesitaba quitarle lo estirado a ese principito de cuarta. Tanto Goku como Krilin usaban su dobok naranja, con el escudo de Kame, pero Vegeta había rechazado el uniforme, lo consideraba ridículo, el maestro se molestó y como castigo lo obligó a usar ropa hecha de plomo y materiales sumamente pesados. Los movimientos eran más difíciles, pero Vegeta, lejos de considerarlo castigo, lo vió como un mejor entrenamiento.

Bulma se las arreglaba para no estar tan aburrida. La verdad ver chicos golpeándose y haciendo tonterías no era lo mejor del mundo. A menos que Vegeta se quitara la parte de arriba de su traje de pelea y entrara al mar. Eso si que la entretenía.

Llegó la hora de la comida y los saiyan eran los más felices comiendo todo lo que podían. Bulma se perdía en el rostro del príncipe y él la miraba siempre procurando que nadie se diera cuenta. El maestro Roshi aprovechó para dar sus comentarios, no eran para nada buenos.

—¡Goku!, tú técnica es muy descuidada, necesitas pulir tus movimientos o te vas a lastimar— Goku asentía, no mediaba palabra pero sabía que tendría que mejorar, entonces se esforzaría más.

—¡Krillin! , tú estás muy bien pero necesitas encender tu ki. Eres débil.— El chico pelón se encogía de hombros y bajaba un poco la cabeza, tomaba aire y asentía, tampoco protestaba las observaciones de su maestro.

—¡Y tú Vegeta!, tienes que aprender a modular tu ki, un uso imprudente puede matarte y ¡eres distraído!.—indicaba el maestro con voz muy firme.

—¿Distraído?.—se molestó un poco Vegeta, si estaba enfocado en su entrenamiento. No aceptaba ser un distraído. Frunció el ceño y cruzó los brazos.

—¡Por Kami, ya concéntrate Vegeta!.—Dijo Bulma de manera burlona mientras comía una paleta de dulce. Vegeta se perdió unos segundos en sus labios, de inmediato el saiyan relacionó su distracción con la mujer, cosa que lo enfadó. Estas cosas no le podían estar pasando, se sentía extraño. Por un momento perdido en sus pensamientos pero sintió esa presencia.

Al mismo tiempo Roshi, Goku y Krilin se miraron entre sí, no había dudas. Era una energía tan fuerte que todos la captaron, menos Bulma quien seguía jugando con sus agujetas.

Los niños salieron de la casa junto con el maestro.

—¡Yo también quiero ver!.— gritó Bulma. Vegeta sonrió aprobando la valentía de la chica y se enfocó en el poderoso Ki que se acercaba.

Una figura de un hombre alto, de largo cabello y muy fornido se revelaría ante los chicos. El maestro Roshi sudaba y concentraba su poder, así como Goku y Krilin. No así Vegeta, quien caminó calmado ante el hombre poderoso.

—¡Príncipe!.— el hombre se hincó ante la presencia del muchacho. Estaba emocionado y a la vez se tranquilizaba de haberlo encontrado, sano y salvo. Ahora solo tendría que llevarlo a la base y todo sería como si nada hubiese pasado.

—Radditz.—mencionó Vegeta, para nada estaba contento, si el inútil de Radditz lo había encontrado, era cuestión de tiempo para ser descubierto por Freezer. Pasaba saliva, estaba nervioso, pero tenía que aparentar.

—¡Vegeta!, que bueno que estás bien, mentimos para poder llevarte a casa. Corren rumores de que estás muerto.—le decía Radditz a Vegeta con un semblante de preocupación. Tampoco debería demostrar mucho su felicidad por haberlo encontrado. Sabía que al príncipe no le gustaban las cursilerías.

Un amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora