Entrenamiento en la habitación del tiempo

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Los chicos viajaron hacia el templo de Kamisama. Mr. Poopo los recibió junto con el gran Kamisama, un anciano verde parecido a Piccoro. Los chicos buscaban al joven namek, pero en su lugar un alto y fornido hombre verde apareció. Parecía haber envejecido años en solo unos días. Los saiyan se sorprendieron al ver el aspecto adulto del namek que era un niño.

—¿Cómo es que te hiciste grande tan pronto?— Preguntaba Goku con curiosidad, mirando y analizando a Piccoro. Quien con un semblante serio aclaró la garganta y señaló hacia una puerta.

—Esa es la habitación del tiempo, allí pasan años en cuestión de días, entrenaremos un día completo, nosotros lo sentiremos como si fuera un año. De hecho, envejeceremos un año allí dentro. Así fue como me hice adulto— cruzaba los brazos y miraba hacia la puerta situada en un edificio blanco con algunas plantas enmarcando la entrada.

—¡No es justo que nos hayas mandado a descansar mientras tú entrenaste años, podríamos ser mucho más poderosos y podríamos vencer Freezer sin problemas!.— Vegeta se ofuscaba y hacía berrinche al enterarse de todo el tiempo que había perdido jugando al escondite con las esferas del dragón.

Piccoro entonces se acercó a Vegeta y puso su mano en la espalda del joven, lo alejó del grupo y comenzó a hablar.

—Hay más motivadores que el poder, mira a Goku, ahora es muchísimo más poderoso, solo por pertenecer a una familia. Estoy seguro que lograrán su máximo poder y tenemos unos años para manejarlo.— Vegeta le miró sin decir nada, no le había cruzado por la mente que defender algo lo haría más fuerte. Y con los días qué pasó con Bulma, se dio cuenta que era la persona a la que quería proteger. Asintió y regresó con sus compañeros.

—Bueno, entonces van a necesitar mucha comida, son cuatro saiyan para alimentar.— Bulma sonriente sacaba en estuche de cápsulas, tenían grandes cantidades de comida y todo lo necesario para el entrenamiento de los muchachos.

Los cuatro saiyan y el namek se introdujeron en la habitación, Bulma se quedó afuera contemplando la puerta, sacó su mochila con las esferas del dragón y Mr. Poopo le entregó la esfera que hacía falta. Las contempló largo rato.

—Todo esto inició con una búsqueda que realice hace unos años, por azares del destino conocí a mi mejor amigo y me llevó a una nueva aventura. Ahora con estas mismas esferas conocí a Vegeta y estoy agradecida por ello. Sin embargo...—

Mr. Poopo escuchó a la joven Bulma y se acercó a ella, la vió triste y al ser una muchacha tan hermosa, no le gustaba verla sufrir.

—Bulmas, no temas, todos va a estar bien. Tengo confianza en los chicos y en piccoros. Le pasamos toda la sabidurias de kamisamas.— Bulma sonrió tiernamente y abrazó su mochila.

Todo iba a estar bien, Vegeta y los demás lograrían vencer a Freezer y se divertirían mucho en la tierra. Pensó en todo lo que podría compartir con su novio y se sonrojaba al imaginar un futuro juntos. —Tal vez, podamos viajar por el espacio y conocer muchos lugares.— Bulma mantenía su espíritu aventurero y no dejaba de idear.

En la habitación del tiempo, los muchachos pasaban días perfeccionando sus técnicas, Nappa, quien era el que mejor conocía a Freezer, tomó el papel del entrenador, los chicos obedecían sus indicaciones. Terminaban casi muertos y se recuperaban con semillas del ermitaño. Su poder subía tanto como su daño, eran como cicatrices que se hacían más gruesas con más cortes.

Ya había pasado medio día, o seis meses para los muchachos, en el descanso del día para comer, Goku se acercó a Vegeta. Tenía curiosidad del poder de Freezer y deseaba enfrentarlo más que nada en el mundo.

—Vegeta, ¿Cómo es que Freezer es tan poderoso? La verdad somos muy fuertes pero, no comprendo como puede alguien llegar a ser así, su entrenamiento debe ser muy duro.— se sentaba junto a Vegeta y lo miraba esperando la respuesta del saiyan.

Un amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora