La batalla comienza

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Ya faltaban menos de cinco días para la alineación celeste, Creación desesperaba cada vez más por el tonto orgullo del recipiente de su tan amado Touketsu, ¿Que había de malo en aceptar al demonio y ya? No sabía de donde había salido esa voluntad de acero de Vegeta, no lo venció eliminando a su amor de verdad, no lo había doblado ni un poco después de tanta tortura psicológica y física, era el guerrero Perfecto. —Vegeta ¿Cómo es que no te rindes?— Vegeta por su parte a medio poderse mover, chorreando sangre se rió —No puedes quebrar a quien ya está deshecho.— Era verdad, lo único que tenia era a Bulma y ya se la había quitado, aunque la revivieran, ella le tendría miedo. Todo lo que ella pudo haber sentido por él ahora sería odio... en el mejor de los casos. No le quedaba nada que perder, nada excepto su orgullo y a eso se aferraba. Ni la promesa de ser el más poderoso del universo era suficiente.

—¡Pero si eres una criatura sedienta de poder, todo lo que quieres es ser el más fuerte del universo! ¿Por qué eres tan necio? Lo puedes tener solo diciendo "si te acepto Touketsu".— Creación se hincaba a curar a Vegeta, cerraba sus heridas y lo revitalizaba. El ente sabía claramente que lo hacía a propósito, ella misma le dió esa habilidad a los saiyajin, eran sus guerreros favoritos. Sin embargo también les otorgó ese afán de poder, un saiyajin no podía ser saiyajin si no quisiera ser más fuerte y vencer a más contrincantes, la emoción de la batalla era su característica principal. —¿te atreves a preguntarlo? No pienso ser recipiente de nada, si soy el más fuerte será por mi cuenta, no por tus maldiciones.—

Creación se levantaba con coraje y le daba una patada a Vegeta en la cara , el saiyajin la soportaba mucho mejor que antes, tomaba aire y aunque estaba completamente bien, se quedaba tendido en el suelo, tal vez lograría aburrir al ente y eligiera otro recipiente. —¿Por qué eres tú tan necia? ¿No tenemos libre albedrío?— Vegeta cuestionaba a la Creación quien trinaba apretando los dientes. —Los saiyajin, como sabes, se levantan más fuertes cada que están a punto de morir. Yo les di esa cualidad y están hechos para soportar un Touketsu.— Vegeta se incorporaba, ya había hecho enojar a la creación. No lo mataría porque lo necesitaba, pero ¿Podría seguir molestándola hasta que su poder superar al Touketsu y así destruirlo?, el príncipe no estaba seguro, tampoco sabía cuánto tiempo le quedaba, pero la desesperación de la Creación lo incitaba a intentarlo. Vegeta encendía su Ki y atacaba a Creación quien respondía cada vez con más violencia, indiscutiblemente el saiyajin resistía más y su poder se elevaba exponencialmente después de cada batalla. —¡YA TE DIJE QUE DEJES DE QUERER QUE TE MATE, NO TE ASESINARÉ! — Creación bufaba en cada intento que el príncipe quedaba agonizante, parecía que no se rendiría. Sin embargo Vegeta solo quería eliminar al Touketsu.

—Radditz, ¿Puedes sentirlo?— Goku dejaba su actitud amable y despreocupada, Radditz con la misma seriedad asentía. —Es Vegeta, está dándolo todo.— La muerte también cambiaba su semblante. —Esto no es bueno, nada bueno. Para poder debilitar al Touketsu su oponente debe ser más fuerte que Vegeta.— Muerte volteaba a ver a Whis, quien de inmediato cruzaba los brazos. —Oh no, yo no voy a mover un dedo. Los Ángeles no tenemos permitido interferir. Antes les prestaré mi cetro.— Echalotte corría hacia Whis —Anda, por lo menos entrena a Goku, aunque sea un poco.— la mujer rogaba y Whis torcía la boca. —¿Tres días? ¿Qué puedo lograr con ese saiyajin en tres días?— Goku se emocionaba sobre manera. —¡Tenemos una habitación del tiempo! Cada día en la tierra es un año... pero solo podemos permanecer allí dos días.— a Whis le pareció interesante, después de todo, ese Goku tenía potencial, necesitaba uno más ... por el ki le hubiera gustado llevar a Vegeta, el niño de cabello negro se veía poderoso pero inmaduro... tal vez... —También me llevo al del cabello largo, Goku va a necesitar un saco de box.— Radditz abría los ojos de par en par. —¿Yo?— Radditz se señalaba a sí mismo. —No, a tu tía... anda que no tenemos tanto tiempo.— Whis ubicaba la dimensión con su cetro y llamaba a Radditz, lo jalaba con su poder y desaparecían en el aire, parecía una teletransportación pero en realidad era Whis quien se movía tan rápido. —Yo nada más iba a detener un cetro.— Radditz chillaba mientras era arrastrado con su hermano y el ángel hacia el templo de Kamisama. —Quiero aclararles que solo hago esto por que tienen buena comida en este planeta.— Radditz escuchaba a Whis y no podía evitar burlarse —Si claro, no es como que ese demonio con el cuerpo de Vegeta pueda llegar a ser mas poderoso que tú y destruir el universo donde vives.— Whis volteó ofendido —Obvio no.— El viaje terminó en la habitación del tiempo donde entraron a entrenar por dos dias.

Un amor de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora