La cara de mi hermano está pálida, como si estuviera viendo un fantasma y, de hecho, lo está haciendo, aunque no creo que él lo esté pensando precisamente. Se queda quieto, como congelado en el lugar: temo que no esté respirando.
- Parece que lo asustaste un poco...
Pongo los ojos en blanco disimuladamente e ignoro el comentario sarcástico de Mitha, concentrándome únicamente en mi hermano. Éste lentamente se levanta y se apoya con ambas manos en el escritorio, como si necesitara sostenerse de algo mientras me repasa una y otra vez con sus ojos, como si no creyera la que está viendo, y no me sorprende porque, como bien dijo La Muerte: estoy en el hospital en coma y la noticia ya ha llegado a todos lados. Lo veo tragar con dificultad y empezar a caminar hacia mí con paso lento; siento un casi irrefrenable deseo de correr y abrazarlo yo, mas no quiero asustarlo, por lo que me mantengo estático en mi lugar.
Giro mínimamente para quedar de frente a él y, cuando llega a mi altura, nos miramos fijamente a los ojos. Ninguno dice nada, pareciera que el silencio se apoderó de nuestras cuerdas vocales, sin embargo, el brillo de la mirada de mi hermano, la intensidad con la cual me observa, hace que no sean necesarias las palabras. Somos casi de la misma altura por lo que sus ojos están casi directos frente a los míos.
Sus labios se separan un par de veces para volver a cerrarse cada una de ellas, como si no supiera qué decir o no pudiera hablar. Su mano se alza un tanto temblorosa, como si fuera muy difícil hacerlo o le pesara toneladas y, cuando llega a mi cara, me toca con la punta de los dedos, como verificando que soy real, que enserio estoy acá, que no es un sueño o una alucinación.
- Andy... Esto... Esto no es...
- ¿Posible? Estoy acá, ¿no?
- Pero... Se supone que vos...
- ¿Estoy en una cama de hospital en coma en E.E.U.U.? Sí y ¿también estoy acá? La respuesta es otra vez sí, aunque suene raro, loco y/o imposible.
- Pero, ¿cómo es posible?
- Eso no importa ahora.
- ¿Que no importa? Estás en dos lugares a vez y apareciste de la nada en mi oficina, ¿cómo puede no importar?
- Porque acá lo importante es otra cosa.
- ¿A sí? ¿Y qué es?
- ¿Por qué?
- ¿Por qué?
- Sí, ¿por qué te fuiste y nunca volviste? ¿Por qué no me buscaste? ¿Por qué tengo que pasar años buscándote sin saber nada de vos para, de un momento al otro, enterarme que te casaste y que tengo cuñada y dos sobrinos?
Luke permanece en silencio, como si no supiera qué decir: lo sorprendí con mis preguntas, no se lo esperaba. No obstante, lo veo tragar nuevamente con dificultad, como si buscara las palabras exactas para intentar responderme. Puedo contemplar la angustia en sus ojos... Mi voz es apenas un susurro.
- ¿Por qué?
Mi hermano suspira rendido y baja la cabeza, frotándose la nuca, gesto que reconozco de siempre: es signo de su nerviosismo. Se gira hacia el escritorio y se apoya de nuevo en él con ambas manos, aún con la cabeza baja.
- Es largo de explicar.
- Tengo tiempo.
- Cuando me fui de la casa estuve un tiempo con Alan en la suya, busqué trabajo y terminé mis estudios de administración. Me costó, no fue nada fácil, pero compartiendo el departamento y los gastos con él, pude seguir adelante.
Lentamente se encamina a su silla y se deja caer pesadamente sobre ella, agarrando el marco con nuestra foto y pasando los dedos con suavidad por el cristal.

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Del otro lado...
Romance¿Qué harías si despertaras en un bosque sin recordar qué pasó... y una chica de ojos violetas te dijera que es la Muerte? Andy no está muerto... pero tampoco del todo vivo. Está en coma, suspendido en un espacio entre mundos. Y si no resuelve lo que...