Capítulo 21

479 9 1
                                        

Pelo rojo oscuro, casi del color del dulce membrillo, largo y ondulado, ojos claros del color de la menta fresca con estrías doradas, piel blanca impoluta, labios rosados y perfilados, no muy alta, vestida con un pantalón blanco ajustado, unas sandalias de color rosa pálido que combinan con su cinturón y una remera de bretrles igual de blanca, con tramado de flores en toda su extensión. Le queda suelta y vaporosa, como con vuelo, y es del tipo strapless. 

Su sonrisa, lejos de ser dulce o tranquila, casi parece altanera, sobrada, como si fuera superior y en sus ojos veo un brillo que no alcanzo a comprender, pero que no me gusta en absoluto. 

-¿Qué es lo que estás haciendo acá?

La voz de Mitha es dura y, cuando devuelvo mi mirada hacia ella, todo rastro de vulnerabilidad que presentaba antes, ha desaparecido por completo, como si nunca hubiera estado ahí. Su semblante se ha endurecido, sus violáceos iris se han oscurecido hasta casi el negro y su ceño está tan fruncido que creo que le va a doler la cabeza en cualquier momento. Además, su cuerpo antes relajado, ahora está tenso como un cable de acero y sus puños apretados con tanta fuerza, que temo que se haga sangre de un momento a otro con las uñas. 

-¿No te pone feliz verme?

-No. ¿Por qué habría de estar feliz de ver tu arrogante cara? Te dije la última vez que no quería que te me volvieras a acercar. 

-Huy, qué pena porque, si mal no recuerdo, yo también te dije algo ese día, y tampoco lo estás cumpliendo, ¿o me equivoco? 

-No tenés idea de lo que estás diciendo. 

-¿A no? Interesante, porque yo creo que no estoy precisamente equivocada. 

Veo cómo La Muerte aprieta la mandíbula y sé que se está conteniendo, que está aguantando, y yo estoy más allá de confundido, ¿quién es ella? Intentando calmarla y conseguir su atención para resolver mis dudas, alzo la mano y aprieto suavemente el hombro de la pelinegra, haciendo que ésta me mire de reojo. 

-Yo que vos no la tocaría mucho, no tenés idea de lo que te está haciendo eso. 

-¿De qué hablás? Mitha, ¿quién es ella?

-¿No le hablaste de mí? Que mala que sos querida, es descortés.

-Callate de una vez pelirroja mal teñida, deberías bajarle al rojo en tu pelo, casi parece que un pedazo de dulce de membrillo te hubiera vomitado en la cabeza. 

La susodicha entrecierra los ojos con molestia, como amenazando a Mitha con la mirada, sin embargo, ella no le presta atención y devuelve su mirada hacia mí, suspirando con pesar. En sus iris puedo ver una mezcla de cansancio con molestia, frustración y tristeza.

-Andy, ella es Aisha... alias Vida.

-O sea que...

-Así es, estás contemplando a mi contraparte, y no es que eso me haga muy feliz. 

-¿Y eso por qué?

-Porque cada vez que aparece...

-Sus errores son juzgados severamente como debe ser. 

La mirada violeta se dirige rápido hacia la verde y la contempla con bronca, prometiendo dolor, a lo cual, la tal Aisha no solo no se intimida, sino que además se ríe. 

-Sabés que eso no me afecta querida, no soy un ser inferior al que podés intimidar y hacer temblar. 

-Me gustaría hacerte otra cosa, pero estoy segura de que, no solo lo disfrutarías por lo retorcida que sos, sino que también terminaré yo con problemas. 

Del otro lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora