Del otro lado...

Capítulo 19

Cuando Mitha habló de ir "de fiesta", no me imaginé que terminaríamos acá. The Gothic Night es un bar peculiar si me lo preguntan, pero sí que es interesante: es un lugar para rockeros y amantes del metal en todos sus géneros, donde pueden cantar y tocar si lo desean y donde se puede venir a tomar mientras se escucha música en vivo y bailar si así lo quieren. 

Con La Muerte a mi lado y ambos con un tarro de cerveza en mano, contemplo mi al rededor, apreciando la decoración gótica mezclada con música del lugar, donde pueden apreciarse diferentes tonos de rojos mezclados con negro, violetas, azules y verdes tanto en muebles como en las paredes, mesas, sillas y demás de madera oscura o negra con tachas, cadenas y tapizados de cuero, jarras, tarros y vasos con decoraciones de calaveras y mozos y mozas (junto con el barman) vestidos de cuero íntegro con tachas y demás, siguiendo la temática del antro. Hay cientos de velas y candelabros (obviamente falsos para evitar accidentes) por todos lados y varias pistas donde se puede bailar si gustan. También tiene una zona VIP, que es donde nos encontramos, que posee mesas altas con banquetas en una mitad y sillones con mesas bajas tipo ratonas en la otra, con una barra donde un barman lleno de perforaciones prepara tragos. 

Nunca había venido a este lugar y tampoco tengo idea exactamente de dónde (greográficamente hablando) es que estamos puesto que, como siempre, mi loca acompañante nos hizo aparecer acá directamente. Y por si se lo preguntan, no, la respuesta es no, no aterricé bien tampoco esta vez, de hecho, aparecí colgado de una luminaria y ella tuvo que ayudarme a bajar hasta la calle. Patético, sí, ya lo sé. En fin, eme aquí ahora. 

Actualmente, por los parlantes del lugar están sonando las pesadas notas de Guardians of Asgaard de Amon Amarth con la ronca voz de Jogan Hegg sonando con crudeza en tanto los que van a tocar pronto en el escenario, está preparando sus instrumentos frente al público que los observa y espera con interés. 

-Parece que la gente está bastante entusiasmada con la banda que va a tocar. 

-Sí, eso parece, deben de ser buenos. 

Doy un trago de mi cerveza negra mientras Mitha hace un sonido afirmativo y ambos nos quedamos contemplando a los músicos. Sin embargo, siento una mirada pesada en mi dirección y, siguiendo el punto de donde proviene con el rabillo del ojo, puedo ver a un grupo de unas seis personas (de las cuales, tres son mujeres y tres hombres) mirando hacia nosotros, sobre todo una de las chicas en particular: una pelirroja con ojos muy verdes con mucho delineador resaltándolos, piel blanca, labios negros y ropa que consiste de un vestido corto negro, medias de red rotas, cinto y muñequeras de tachas y unas botas de taco alto con pinchos en el taco. Su vista en mí en penetrante y puedo observar cómo se muerde el labio al tiempo en que me contempla como si fuera una gran tentación para ella.

-Parece que le gustaste a alguien. 

La vos de La Muerte me saca de mi estado de "espía disimulado" y me hace pasar mi atención a ella con una ceja alzada. Mitha se limita a hacer una seña hacia la mesa que estaba mirando anteriormente, dándome una razón ahora para pasar mis ojos a ella sin tener que simular que no la estaba observando y, justo en ese instante, los iris de la pelirroja conectan con los míos. Sus labios negros se alzan en una sonrisa seductora ladeada y me guiña el ojo izquierdo sin ningún tipo de disimulo. Mi compañera a mi costado se ríe por el intento de seducción de la ojiverde y eso me hace pasar la vista hacia los que la acompañan en la mesa. Los tres hombres están que se comen a la loca a mi lado con la mirada, arrancándole mentalmente la ropa; deberían aprender a disimular. 

-Parece que no soy el único. 

Mis palabras tendían a ser una devolución de su burla, no obstante, parecieron más un gruñido molesto que otra cosa y es que, por más que intente disimular, que esos tipos estén queriendo obtener su atención, me hace hervir la sangre de furia y no alcanzo a comprender del todo el por qué de eso.