Capítulo 26

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-Era mi cumpleaños y los chicos me habían organizado una fiesta en la casa de Jinxx. Al principio todo estuvo bien: música, bebida, comida, baile, risas, etc. El problema llegó al momento de soplar las velas; estaba frente a la torta, acababa de soplar y ahí empezó todo: primero me atacaron con serpentinas de las que se tiran en aerosol, eso no era nada malo, pero no era más que una distracción, de atrás Jinxx me empujó la cara contra la torta y lo siguiente que supe fue que un panda me acababa de golpear en el culo con una maldita raqueta de tenis. 

-¿Un panda? ¿Escuché bien?

-Sí, lo hiciste, fue alguien disfrazado de panda, nunca supe quién. 

Su cara en este momento es una mezcla de desconcierto, sorpresa y confusión. Conozco esa sensación, así estaba yo cuando todo pasó. Fue una de las cosas más raras que he vivido en mi vida, y miren que he vivido cosas raras viajando con mis amigos, por lo que es mucho decir.

-Ok, después de eso, entiendo tu necesidad de venganza. ¿Tenías algo planeado o alguna idea ya de lo que querías hacer? 

-Bueno, tenía un par de ideas, sin embargo, ninguna me parecía lo bastante como para compensar, para equilibrar la balanza. 

-Entiendo, y en parte tenés razón, es algo difícil de superar. 

-Sí ya sé, cuando ese par se junta, da miedo lo que sale de sus cabezas. Por separado no pasan de molestos, no obstante, juntos son un peligro. 

-Entiendo.

Mitha se queda pensando mientras se lleva un pedazo de la salchicha a la boca y mastica con lentitud, como si estuviera hundida en su mente. Mas no pasan más de dos o tres minutos, cuando su cara se ilumina y su sonrisa se vuelve una mezcla de siniestro con picardía y diversión malévola. 

-Tengo una idea y apostaría cualquier cosa a que te va a gustar. ¿Qué te parece si...

Su voz es interrumpida por un pitido que me molesta en los oídos y a ella pareciera que también. No dura más de un minuto, pero es lo suficiente como para que su cara cambie. En cuanto se corta, todo queda en completo silencio, el ruido de cubiertos moviéndose y gente charlando, al igual que el fondo musical, parecen haberse evaporado de la nada. Mi mirada recorre el lugar y todo está estático, casi parece como si fuera la escena de una película en pausa. ¿Qué está pasando? 

-El tiempo está en pausa...

-¿Qué? 

-Se acaba de dar un alto en el tiempo Andy.

-O sea que...

-Sí, estamos por fuera de la línea temporal, nada de lo que pase ahora quedará registrado o siquiera pasará realmente. 

Curioso por esa afirmación, alzo el tenedor y lo suelto a un costado como para dejarlo caer, mas nada pasa, solo se queda flotando. Ok, no esperaba eso, solo que al caer nadie lo notara, no que pareciera un truco de magia de objetos levitantes. Incapaz de resistirlo, paso una mano por debajo y por encima; realmente flota, ¿qué carajo?

-No va a caer, no hay tiempo para que lo haga, solo tocará el piso por sí solo cuando la línea se reanude. 

-Está bien, pero ¿por qué frenó entonces? 

-No estoy segura, mas no puede ser nada bueno, me atrevería a decir que esto no va a terminar nada bien. 

Sus violáceos iris recorren lentamente el lugar, como si lo escaneara a consciencia, lo que causa que yo también lo haga, ¿qué busca? De repente, la puerta del lugar se abre de golpe y cuatro personas encapuchadas de negro y tapados con túnicas del mismo color en las que parece haber un patrón móvil como líneas con números aparecen. ¿Quiénes son? Siento a Mitha ponerse tensa en menos de un segundo al otro lado de la mesa y enseguida entiendo que esto no es para nada bueno, para ninguno. 

Del otro lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora