Me la quedo mirando, su actitud cambió drásticamente de burlona a molesta en un parpadeo. Si no supiera que, a pesar de parecer loca, está totalmente cuerda, pensaría que es bipolar.
- ¿Qué?
Su voz me saca de mis pensamientos y me esfuerzo por no demostrar la vergüenza que siento al saber que me atrapó mirándola fijo. Aparto la mirada y me aclaro la garganta mientras busco con desesperación una distracción.
- SI la estás buscando, fue a la cocina.
Vuelvo la vista a ella con rapidez y la encuentro concentrada con su teléfono otra vez. ¡Por favor! ¿Qué tanto puede estar mirando en ese aparato?
- No la estaba buscando a ella.
- No... Claro, como vos digas.
Su tono sarcástico (más que evidente en su voz) me pica un poco, ¿acaso piensa que, teniendo a mi prometida preocupada por mí, pegada a mi cama en el hospital, podría fijarme en otra? "Te recuerdo querida contraparte que, aunque lo niegues, ya lo hiciste: te fijaste en ella". Trago con dificultad ante ese recuerdo, puede que odie sus comentarios, mas mi consciencia tiene razón, hace poco me fije en el cuerpo de Mitha, y no pude evitar la reacción del mío propio ante ella y las imágenes que se mostraron a traición en mi cerebro, todas eróticas, todas excitantes, todas plagadas de placer, lujuria y deseo. Sin embargo, aún así, es un caso distinto: ella es la muerte, no es una persona.
- ¿Vas a seguir mirándome así, como un acosador, por mucho más tiempo? Si fuera normal, me podría sumamente incómoda.
- No me interesan las mujeres fáciles en absoluto, me molesta que opines sobre mí sin saber.
Mitha me dedica una mirada aburrida con la ceja alzada, deja el celular en la mesa, apoya los codos, entrelazan los dedos de sus manos y apoya el mentón en ellos.
- Quiero que entiendas una cosa Andrew Dennis Biersack, que parece que no entra en tu cabeza y que ya debería estar asimilado en tu cerebro masculino cuasi adolescente: Soy la mismísima muerte, yo lo sé todo. Ya sea sobre personas o el mundo actual o el pasado, no hay nada que no sepa. No predigo el futuro, no obstante, puedo saber lo que quiera sobre cualquier persona o hecho del pasado una vez que el suceso se ha asentado en la línea del tiempo. Decís que no sé nada sobre vos, pero yo lo sé todo, te podría decir hasta cuál fue tu primer pensamiento al abrir los ojos cuando eras un bebé.
Sus palabras salen amortiguadas entre sus dientes apretados, sé que está enojada, mas yo también, ¿cómo es que sabe eso? ¿No se supone que ese tipo de cosas son privadas?
- Y si sabés tanto, ¿cómo es que no sabés qué fue lo que pasó conmigo? ¿No es que lo sabés todo?
- Eso es diferente. Como dije, yo lo sé todo, una vez que el suceso se asienta en la línea del tiempo. Casos como el tuyo, donde el libre albedrío del ser humano altera lo que está escrito en las posibilidades a pasar, donde los hechos toman un camino que ni siquiera fue contemplado, son los que se salen de la norma y dejan a las personas en situaciones como la tuya. Un hombre que debía llegar a la casa para encontrar a su mujer con otro o ir al telo con su propia amante, es interceptado, asaltado y asesinado antes de que alguna de las dos opciones se cumpla, alterando el destino de su vida que él mismo había causado. El asaltante y asesino, alteró el destino ya pensando por la víctima, causando un vacío no contemplado. Lo mismo pasó con vos, un tercero (uno o más) alterando lo escrito por vos mismo en tu destino. Estabas volviendo de ver a tus viejos, en camino a tu casa para encontrarte con tu prometida...
- Y el accidente pasó, me lo impidió.
- Exactamente, un tercero alteró tu destino y te puso en esta posición en la que estás ahora mismo.
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Del otro lado...
Romansa¿Cuál sería tu reacción si despertaras en el bosque, sin saber qué pasó y una chica te dice que es la muerte? ¿Y qué harías si ella te dijera que estás por morir (que es una gran posibilidad) y que, si no arreglás todo lo pendiente que te queda, pue...