Cena con un toque amargo

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Ya era hora de entrar en la cabaña, pero no quería.

Ahora Slenderman me ve como si fuera una cualquiera. Aunque sólo es un beso, ni siquiera un beso... Un besito.

¿Y porqué debería de importarle?

¡Es verdad!

Aquí a la única que le importa es a mí, entonces puedo entrar tranquilamente.

Pero...

¿Por qué me afecta que Slenderman piense así de mi?

Al entrar a la cabaña no me encontré a nadie, cosa que me parecía extraña porque siempre había alguien por ahí rondando.

Era la hora del almuerzo y no estaba ni la comida hecha.

Fui al cuarto de Slenderman, que compartía yo con él y me lo encontré en su cama sentado, leyendo.

—¿Hay algo para comer? —Pregunté.

Slenderman quito su vista de aquel libro para dirigirla a la mía, luego volvió a leer.

—Haztelo tu —Dijo seco.

—¿Y los demás?

—Querian ir a almorzar fuera, ¿Por qué? —Preguntó esta vez observándome.

—Por nada —Respondí y cerré la puerta.

Qué raro, ninguno me llamó para ir con ellos.

De igual forma fui a la cocina porque me moría de hambre y me hice un poco de patatas con carne.

¿Debería hacer un poco para Slenderman?

Sin pensármelo también hice comida para él.

Me dirigí a su habitación y sin llamar, abrí la puerta.

Dejé el plato en su mesita de noche.

—Uhmm... Slenderman... Hice un poco de comida para ti, he supuesto que no has comido así que...

—He comido ya, gracias, puedes irte —Respondió.

—¿De verdad? Puedes probar si quieres...

—He dicho que ya he comido, adiós —Dijo enfadado y salí de ahí rápidamente.

Ni siquiera ha levantado la voz y ya estoy muerta de miedo.

Me fui a la mesa del salón y comí ahí, sola.

No me gusta comer sola.

...

Ninguna cosa que pasaba por la televisión me gustaba.

Ni siquiera sé cómo obtiene cobertura está TV.

Ya eran las nueve de la noche y los demás no habían aparecido.

Observé la puerta del cuarto de Slenderman.

¿Qué hacía tanto tiempo ahí?

Me gustaría saber más de él, me parece una persona muy interesante y misteriosa.

Por alguna razón me estaba entrando sueño así que me quedé dormida.

...

Me desperté en el cuarto de Slenderman.

¿Quién me ha traído aquí?

¿Dónde está Slenderman?

Eran las 10 y media de la noche y mi barriga rugía por comida.

Me levanté y salí del cuarto para encontrarme a Slenderman haciendo la cena.

—¿Ya te has levantado? —Preguntó.

De repente una vergüenza recorría mi interior.

Desde que pasó lo del beso, ando tímida a su alrededor.

—Sí —Dije observando el suelo.

—Los demás aún no han vuelto así que he hecho la cena para nosotros dos, ¿No te importa, no? —Preguntó.

—¿Por qué me iba a importar? —Prgunté mientras le seguía a la mesa y ponía mi plato en mi sitio y el suyo en frente de mí.

—Porque saliste corriendo después de haber hecho ese comentario sobre ti esta mañana. Creía que te había molestado —Respondió mientras se sentaba.

—Me molestó —Respondí.

—Solo he sido sincero, no te he insultado —Dijo sin un ápice de sentimientos.

Me levanté de la mesa sin haber probado ni un bocado.

—¿Sinceridad? ¡Solo me besé con Eyeless porque sentí algo cuando me besaste, quise saber si con el pasaba lo mismo pero no es así! —Exclamé y me fui al cuarto.

Sé que Slenderman va a venir porque duerme aquí, pero de todas formas no quería hablar con él.

De repente sentí vergüenza por haber dicho algo así.

Pero quizás es mejor eso a que me vea como una cualquiera.

De repente Slenderman entra al cuarto y yo le doy la espalda.

Se sienta en su cama y enciende la luz.

—Katherine —Me llamó pero no le respondí— Te pido disculpa por mí comportamiento antes en la cena, no debería de haber pensado antes de saber el por qué de la situación.

—No es suficiente —Respondí.

Slenderman se quejó.

—¿Qué quieres? —Preguntó cansado.

No sé ni qué quería... ¿O sí?

Me giré y le observé.

Quizás haya una cosa que quiera.

—Quiero, saber más sobre ti —Respondí.

Slenderman se movió incómodo.

—¿Qué quieres saber? —Preguntó.

Observé que Slenderman había traído los platos de la cena aquí y sentí un poco de pena por él.

—Voy a preguntarte mientras comemos —Respondí y me traje mi plato a mi cama.

Slenderman repitió mi acción.

—Solo tres preguntas —Respondió.

Almenos me iba a responder.

—Vale. ¿Cómo encontraste esta cabaña? —Dije.

—Eso es una cosa que nadie va a saber —Respondió.

—Pero...

—Nada —Respondió.

—Esta bien... ¿Siempre vistes con traje? Quiero decir, ¿Nunca has intentado ponerte otra cosa? —Pregunté.

—No quiero, me gusta el traje —Respondio.

—Deberías intentarlo —Dije.

—Nunca —Respondió.

—Eres un infantil —Respondí.

—Menos que tú seguro —Respondió y dejé que quedase así.

No quiero otra pelea con Slenderman.

—¿Alguna vez has intentado visitar a tu familia? —Pregunté.

—Eso no es de tu incumbencia —Respondió.

—Aún...

—Y basta de preguntas —Respondió.

Me callé porque sabía que era mejor así.

—Y respecto con lo del beso... Será mejor que te vayas olvidando de eso, deja de besar a otros chicos porque no vas a sentir nada y olvídate de lo que sentiste porque, entre tú y yo nunca se repetirá ese beso —Respondió y se fue.

Another Way 『Slenderman』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora