Another Way 『Slenderman』

Pesadilla

Llegamos a la cabaña, todos habían entrado ya pero Slenderman y yo aún no. Estábamos más lejos que ellos, aunque no entablásemos ninguna conversación.

Quería preguntarle por qué quería que me olvidase de aquél beso, porque no quería hablar de ello, quería saber por qué le molestaba. 

Estaba apunto de abrir la puerta, pero me giré y le encaré.

—Slenderman...

—Dime.

No, no podía decírselo. Mi boca quería hablar pero no sentía que fuese el momento, además, no quería tener una discusión con él ahora.

—Olvídalo —Dije mientras sacudía mi cabeza y entré a la cabaña.

...

Esta noche, cené rápido y me fui al cuarto que compartía con Slenderman, me dí una ducha rápida y me puse un pijama improvisado, salí al salón y me senté junto a Jeff, que estaba viendo una película graciosa, ya que se estaba riendo como un loco, pero cuando ví la pantalla, me dí cuenta que era de todo menos cómica. 

Gente gritando con temor, gente saliendo despavorida y cuerpos en el suelo manchados de sangre era lo que se podía ver, aparte de un hombre con una navaja en sus manos.

observé a Jeff con miedo y me levanté del sofá para ir al cuarto de Slenderman y no salir de ahí hasta el siguiente día.

Una vez en mi cama, la escena del beso se vuelve a repetir en mi mente. Me ruborizo y me digo a mí misma que me olvide de aquella escena que nunca jamás se repetirá, cuando Slenderman aparece por la puerta.

Quiero decirselo, creo que es el momento adecuado, y lo digo.

—Slenderman.

Éste me mira.

—Dime, Katherine.

miro hacia otro lado.

—Quiero saber... Por qué quieres que... Olvide lo del beso, quiero decir, no es que quiera ir con el tema otra vez, no es solo por el beso, también es por todo esto del amor, sé que no me debería de importar porque solo soy una persona que estoy viviendo aquí porque no me queda otra, pero, solo... tengo curiosidad —Respondí intentando buscar las palabras correctas.

Slenderman sacó un suspiro y se sentó en su cama.

—Ya te he dicho... miles de veces, que yo no creo en el amor, nunca me he enamorado, es algo que no va conmigo, y no porque no pueda, sino también por el hecho que con los años, he aprendido a... no sentir nada por nadie —Respondió un poco triste, aunque parecía que no quería sacar a relucir esa tristeza, al parecer no pudo esconderla.

Slenderman's PoV

Katherine se puso a mi lado.

—¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por qué no quieres sentir nada por nadie? —Preguntó.

Esta chica siempre queriéndose meter en mis cosas personales, ¿Acaso no entiende que no quiero hablar de ello?

—Es muy tarde, debes dormir —Respondí.

—¿Es por... toda la historia de tu pasado?

Que niña más entrometida.

—Buenas noches —Dije y me tumbé para darle la espalda.

—No, realmente quiero saberlo —Dijo ella con ansias.

me giré hacia ella.

—Katherine, todo esto sobre el beso, sobre lo que yo pienso sobre el amor... ¿Es por que sientes algo por mi? —Le pregunté ya asqueado por no dejarme en paz.

Ella se movió incómoda.

—No...

—Entonces buenas noches —Respondí y le dí la espalda de nuevo.

Como no me respondió más supuse que se había quedado dormida.

Lo que le dije a ella era totalmente verdad, nunca he sentido nada por nadie y todos estos años de soledad estuve poniendome una barrera al amor, para empezar porque ¿Quién quería salir con alguien como yo? Sin rostro y un asesino, y para terminar porque aquí no había nadie con quien estar.

Me he vuelto una persona fría con los años y no creo que nadie pueda hacerme cambiar eso.

No sé cuando me dormí pero algo hizo despertarme; unos gemidos de dolor y miedo.

me desperté rápidamente y me levanté de mi cama.

Pude observar a Katherine moviéndose, dando patadas en el aire y lágrimas en los ojos.

Me preocupé, solo un poco, y fui hacia ella para despertarla.

Dió un pequeño grito cuando abrió los ojos, se veía desconcertada y con miedo, pero en cuanto me vio, soltó un suspiro y se secó las lágrimas.

—Solo era una pesadilla —Le dije mientras le acariciaba la espalda. 

No sabía como actuar en estas situaciones, normalmente la gente era la que tenía miedo de mí así que no tenía que consolarles.

Ella estaba temblando y, aún se le veía preocupada. Me dolió un poco verla así.

—Jeff es un cabrón —Dijo con la voz entrecortada.

—¿Qué te hizo? —Quise saber.

—Puso una película de miedo, de un asesino, yo no sabía que era de miedo hasta que no ví la pantalla, porque él se estaba riendo y mi pesadilla fue a causa de eso —Respondió.

—Pero, almenos solo fue una pesadilla —Dije para animarla.

—Bueno... —Dijo mientas hacía una mueca de fastidio.

Me levanté para irme pero sentí su agarre en mi camisa.

—¿Qué te ocurre ahora? —Pregunté fastidiado.

Ella se veía insegura y un poco sonrojada.

—¿Puedes... dormir conmigo aunque... sea solo esta... noche? —Preguntó.

Yo me reí.

—Créeme, aquí no hay ningún asesino y yo sería la última persona en quien podrías confiar—Dije.

Ella me miró entristecida.

—Pero si tú nunca me has hecho daño, ¿Cómo no voy a confiar en tí? —Preguntó.

—Mira niña, eres demasiado mayor para que te dé miedo dormir sola, y ni siquiera sola porque yo duermo en la cama de al lado, así que no te quejes y duérmete —Respondí un poco duro.

Ella comenzó a respirar rápido.

—Slenderman, no me hagas esto, realmente tengo mucho miedo —Dijo ella apunto de llorar.

Me dió un poco de tristeza verla así, así que finalmente me puse en un lado de su cama y ella esbozó una pequeña sonrisa.

Verla así me hizo sentir mejor.

—Venga, dormiré contigo pero solo por hoy, ¿Vale? —Dije.

—Gracias —Dijo ella y se acostó a mi lado.

A los pocos minutos ella se quedó dormida, yo aún no podía. No estaba acostumbrado a dormir con nadie en una misma cama, y menos con una humana.

Ella de repente se mueve y me abraza, me siento extraño ante aquel abrazo, pero tampoco me sentía mal del todo. Odiaba ese sentimiento y me gustaba a la vez, me decía a mí mismo que solo era porque así estaba más cómodo. 

Observé a Katherine, se veía tranquila.

Su semblante era muy sereno.

Me percaté de sus pestañas largas, su nariz recta, su piel blanca, muy blanca.

Es linda; pensé y maldecí por eso. 

Luego observé sus labios, tragué saliva.

Será mejor que me duerma, porque la falta de sueño me hacía muy mal.